Top secret | Completada

¿Me quieres o no?

12.-

 Llevo toda la tarde dándole vueltas a lo que me dijo Thom. Entonces cuando me besó era consciente de ello, ¿y sólo me dijo eso para que no hubiese mal entendidos? Después de que me hiciese esa pregunta le empujé y subimos en el coche. No hablamos en todo el camino menos cuando me dió las gracias por llevarle a casa. ¿Qué me pasa? 

- Zoe, arréglate ya.

- ¿Para qué? - digo mientras me incorporo del sofá.

- ¡Para la cena!

- ¿Qué cena?

- ¿No es escuchas cuándo te hablo?

- Sí lo hago, mamá. ¿Qué cena?

- Hoy vamos a cenar con unos clientes del trabajo. 

- ¿Y por qué tengo que ir yo?

- Para que estés conmigo. Además su hijo estará allí y no voy a quedar mal.

- ¡Mamá!

- ¡Sube a tu habitación a arreglarte!

Eligo unos shorts altos y un top amarillo, unos zapatos con plataforma amarillos y un collar. Me aliso el pelo y me recojo hacia atrás los mechones de delante. Con el pelo me tapo el chupetón.

***

- Bueno hija, compórtate. - dice mi madre y llama al telefonillo de la casa.

Una mujer con el pelo negro abre la puerta y nos saluda amablemente. Luego lo hace su marido. La casa es muy grande y la mesa está preparada ya.

- Señora Demons, acomódese, por favor. - le pide la mujer sonriendo. - Y usted - me indica.

Nos sentamos los cuatro en la mesa.

- Ahora bajará mi hijo, es que tarda muchísimo.

Y al cabo de cinco minutos se escuchan unos pasos que vienen a mis espaldas. No quiero girarme para no ser muy descarada pero lo hago disimuladamente. ¡No puede ser!

- ¿Raúl?

- ¿Zoe?

- ¿Os conoceis? - preguntan las dos madres al unisoro.

- Sí... somos... amigos. - me cuesta decir.

- ¡Perfecto! - sonríe su madre.

Sus padres y mi madre hablan sobre el asunto de la cena. 

- Acompáñame, Zoe.

Raúl sale al jardín trasero y se sienta en el escalón de la casa. Yo hago lo mismo.

- ¿Te contó Candace?

Lo ví.

- Sí...

Suspira y saca de su bolsillo un cigarro. Se lo lleva a la boca y con un mechero lo enciende.

- ¿Fumas?

- Sí, hace unos meses.

- ¿Candace lo sabe?

- No. - echa humo de su boca y me mira. - No quiero hacerle daño.