Adiós Zack.

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11.-

La luz entra por el balcón de mi habitación iluminándola, abro los ojos y me estiro. Me levanto de la cama y me acerco al espejo. Tengo los pelos como una loca. Recuerdo lo que pasó anoche en la puerta de mi casa y no puedo evitar que en mi cara se forme una risilla tonta. Pero esa risilla dura muy poco cuando me doy cuenta lo que tengo en el cuello. No me puedo creer que me haya hecho un chupetón, y tan grande. La sangre sube a mis mejillas y me llevo las manos a la cabeza. Maldito Thom... Abro el armario y saco un mono de tirantes color azul y mis vans beige con los cordones marrones. Intento ocultar la marca del cuello con maquillaje, pero no sirve. Se sigue viendo y mucho. No me queda otra opción de bajar así y aguantar las risas de mi madre y de mi hermana. A menos que me ponga un pañuelo... ¿con el calor que hace? Me tomarán por una loca. Peino mi cabello y me hago un recogido con los mechones de delante sueltos.

- Buenos días. - digo al bajar a la cocina.

- Buenos días Zoe, ¿qué tal te lo pasaste... ayer?

Mi madre mira el cuello y antes de que pueda responderle me interrumpe ella.

- Vaya, parece que muy bien. - ríe.

- ¿No te molesta...?

- Para nada. Bueno, si no ha sido Thom el culpable de esa marca sí.

- ¡¿Pero por qué Thom?! ¡Si es un idiota!

- Es un buen chico y está coladito por ti. - dice limpiando con un trapo la mesa.

- ¿Por mi? Él sólo quiere hacerme daño... lo sé.

- ¿Ves esto? - dice señalándose los ojos. - Vi ayer cómo te miraba, y cómo le mirabas tú a él. He tenido vuestra edad, Zoe. - sonríe orgullosa.

- De todas formas no sé si hice bien en seguirle el tema, mamá... - digo mordiendo una manzana.

Mi madre deja de limpiar y se acerca a mí sentándose en el otro taburete.

- ¿Volverías a repetir ese momento?

¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Millones de veces! ¡Todos los días!

- Supongo...

- Entonces mereció la pena, Zoe. - sonríe y se levanta.

Suspiro y vuelvo a morder la manzana.

- Mamá.

- Díme hija.

- ¿Sabes que Zack se va hoy a Texas? Me enteré ayer.

- Me encontré el otro día con su madre y me contó.

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- Zoe, ese chico te ha hecho mucho daño. No quiero ser así pero, creo que es una buena idea que se aleje de esta ciudad un tiempo. Además, piensa en su lugar, ahora tendrá otra ciudad entera con la que besarse y acostarse.

Aunque haya veces que sienta escalofríos al escuchar a mi madre hablar así, se lo agradezco. Sabe hacer que me sienta bien.

- El otro día no se acordaba quién era yo.

Mi madre suelta una carcajada y me mira.

- ¿Vas a ir a despedirte?

- ¿Hablas en serio, mamá?

Top secret | CompletadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora