Nivel 10: Romper objetos Personales

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Eren se encontraba en la recamara que compartía con Levi, han pasados tres semanas desde que se casó con Levi no es que le desagradara la idea, pero no le gustaba en lo absoluto que fuera forzado, sin ni siquiera que se lo propusiera. Sin mencionar que solamente asistieron tres personas a la ceremonia, ¡Ni siquiera los conocía!

Miró hacia la ventana y suspiro, desde aquel día se había encargado de las tareas domésticas, algunas veces tarareaba una canción que siempre le cantaba su mamá.

Lo único que Eren hacia era cocinar, limpiar, lavar y atender a Levi cuando llegaba de trabajar, por un tiempo fue feliz dado que estaba viviendo su vida de recién casado con Levi. La maravillosa vida de recién casados que siempre soñó, la típica escena donde al despertar veía el rostro de su marido durmiendo, al estar en la cocina preparando el desayuno que su, ahora, esposo lo abrace por detrás; despedir a su esposo en la puerta de entrada con un beso ¡Vaya vida!

Esa idea a Eren le emocionaba, pero sentía un vacío en su pecho, pues ya no se veía ni contactaba con sus amigos y con su hermano-primo, los extrañaba y mucho. No importaba si era la vida de ensueño que siempre anhelo, no era lo mismo si no podía ver a su familia—ni si quiera había algún teléfono en su casa—estaba totalmente incomunicado del mundo.

Había una vieja televisión donde solamente podía ver algunas novelas de los 80’ o quizás de los 90’, no sabía muy bien a qué época pertenecen esos programas de tv que son los únicos que Levi le deja ver. Levi era el único que salía de la casa, debido a que tenía asuntos que atender en su empresa; Eren estaba sentado en el sillón de su sala mientras leía “El Principito” de Antoine de Saint Exupéry, un suspiro se escucho en la sala mientras Let it be sonaba en la vieja casetera que Eren encontró en el sótano.

Aún duele, de su cuello colgaba un hermoso, aunque antiguo, camafeo que había sido un regalo de sus padres, el único recuerdo que tenia Eren de sus padres y hermano; el camafeo estaba hecho de oro, tenía unos símbolos dibujados en el hermoso color dorado, al abrirlo había una foto donde estaban su padre, madre, hermano y él. Desde aquel día que se mudó con Levi, aquel objeto se volvió su posesión más preciada.

Eren apretó su agarre alrededor del camafeo, dejo a un lado el libro y miró por la ventana el cielo estrellado, una hermosa noche sin duda

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Eren apretó su agarre alrededor del camafeo, dejo a un lado el libro y miró por la ventana el cielo estrellado, una hermosa noche sin duda.

“¿Cómo estarán mis padres?”

Pensó con melancolía, Levi estaba por llegar y él estaba decidido a pedirle que por lo menos le dejé llamar a la casa de sus padres. Se levantó del sillón y fue a la cocina a servirse un vaso con agua pero antes de que realizará dicha acción pudo escuchar el sonido del cerrojo ser retirado, inmediatamente se dirigió a la puerta de entrada donde Levi acababa de entrar.

—¿Qué tal te fue  en tu trabajo?—Preguntó Eren mientras dejaba el abrigo de Levi en el perchero y su portafolio en una mesa pequeña cerca de la entrada.

Levi entró y fu directo a sentarse al sillón.

—Agotador, cariño tráeme algo de beber.

Eren fue a la cocina y le sirvió un vaso de agua fría, dado que Levi disfrutaba de las cosas heladas. Una vez que Levi termino de beber el agua vio que Eren estaba algo ansioso y nervioso.

—¿Estás enfermo?—Preguntó Levi con cierta preocupación.

Eren negó lentamente:—No, estoy bien es solo que…—pauso para tomar un respiro—bueno me preguntaba si, solamente cabe la posibilidad de que pueda… tú sabes.

Levi alzó una ceja ante lo dicho por Eren estaba más que claro que no había entendido ni un carajo de lo que su esposo trataba de decirle. Se cruzó se brazos y miró fijamente a Eren.

—Eren si quieres más joyas puedo cómprate más en el fin de semana.—Respondió tranquilamente Levi.

Eren le miró con sorpresa e indignación.

Desde que se quedaba solo en casa Levi le compro un joyero donde habían hermosos collares con diamantes, brazaletes de oro, algunos aretes de rubíes o zafiros, tenía varios anillos ya sean de plata, oro, diamante, jade o cualquier otra piedra preciosa. Al principio se sintió alagado y agradecido con el gesto de su marido, pero poco a poco se sentía vacío e insignificante.

«Ni todas las joyas del mundo podrán reemplazar la atención que me hace falta»

—¡Oh, no es eso! Quiero decir no me molesta las joyas que tengo ni deseo más es solo que… pensé que tal vez podría llamar a mis padres, los extraño y solamente qui-

—Ellos están bien.—Interrumpió Levi.

—Levi, amor por favor yo realmente quiero hablar con ellos.

—¿Para que? ¿Acaso no eres feliz estando casado conmigo? Te he comprado joyas, ropa nueva, zapatos, todo lo que quieras te lo he dado, tus padres están bien y eso es todo lo que necesitas saber.

Luego Levi se retiró de la sala, Eren pudo escuchar como Levi azotaba la puerta de su recámara, suspiró rendido. Levi era muy celoso y terco quizás deberá de dejar el tema de lado y… resignarse a no poder hablar con ellos nuevamente.

La sala contaba con unos sillones color crema, una pequeña mesa de centro hecha de cristal, del lado izquierdo un gran ventanal que era cubierto por cortinas color vino, frente a los sillones había una gran chimenea. Eren se distrajo mirando el fuego. Instintivamente sujeto el camafeo entre sus dedos, sentía una pequeña calidez al agarrar ese pequeño objeto, solamente así podía sentir la calidez de su antiguo hogar, recordar los abrazos de su madre, el calor paternal que le brindaba su padre y los momentos divertidos que pasó con su hermano.

No se percató de que Levi lo observaba.

—¿Qué es eso Eren?—Preguntó con una voz autoritaria y una expresión molesta.

Eren se sobresalto y miró con nervios a Levi, cubrió el camafeo con la palma de su mano izquierda.

—Nada, solamente un collar.—No pudo continuar ya que el azabache se acercó y en un movimiento rápido arrancó el camafeo del cuello de Eren, Eren lo miro con miedo y desesperación— Espera Levi, es mío, ¡Por favor! Devuélvemelo.

Levi abrió el camafeo y miró la foto que había dentro de este, Eren observaba cada movimiento de Levi; el otro miró fugazmente la chimenea y sonrió.

—Ya veo.—se acercó a la chimenea y arrojo el camafeo al fuego, Eren inmediatamente se acercó al fuego y miro con tristeza y dolor como el único objeto que lo mantenía cerca de su familia era consumido por el fuego, se mordió el labio para evitar soltar el llanto retenido frente a Levi.—No debes de distraerte con esa baratija, tienes joyas mucho más hermosas que esa antigüedad. Tú eres mío Eren y solamente debes pensar en .

Luego Levi se retiró.

El castaño retiro las rejas de hierro que impedían que alguien se acercara al fuego, una vez retiradas acercó su mano al fuego, sin importarle si se quemaba; sintió un inmenso calor y dolor envolver su mano derecha, al agarrar—lo poco que quedaba del camafeo—gimió de dolor dado que el camafeo se había derretido y lo único que agarró fue un líquido caliente que le quemaba la mano. Una vez que sacó el pequeño fragmento del camafeo, lo cual era un pieza negra totalmente derretida, la acunó entre su manos, su mano estaba muy roja, hinchada y llena de ampollas y quizás era alguna quemadura de segundo grado.

Incontrolables lágrimas salían de los ojos esmeralda del castaño.

Violentometro [Riren] E D I T A N D ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora