Día 4

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Lauren enviaría hoy la respuesta de asociación a la empresa, Camila dormía plácidamente en el sillón color madera de la oficina Jauregui. La pequeña castalla vestía jeans y un suéter, pero "por el frío" se había puesto el saco de lauren y dormía abrazada a este con media sonrisa.

Tan frágil e inocente chiquilla

— Dinah, yo-

— ¡Shh! — Alfredo pareció asustarse bastante— Salgamos de aquí, Camila está durmiendo.

El cabezota de mi hermano solo hablaba de los ingresos y las reuniones de prensa, los contratos para una revista que quería hacer un reporte de la empresa y nuevas gamas de pitura que habían llegado a la bodega, mientras mi cabeza estaba en Lauren y sus decisiones.

Pasamos unos veinte minutos ajustando la ahora mejorada agenda de lauren, y todo iba realmente tranquilo hasta que Bianca llegó.

  — Señorita Jane— saludó cordial— Alfredo— saludó cortante, a lo que yo rei.

— Buen día Bianca, ¿traes algún recado?

— No realmente, la señorita Jauregui llamó hace unos dos minutos y pidió que le remitiera la llamada hasta su oficina, parecía bastante alterada — sentí mi sangre congelarse—  pero no hay de que preocuparse, la señorita Camila le tomó la llamada y estoy segura de que ella podrá calmarle los nervios ad-

La mujer quedó hablando sola mientrasyo corría con mis tacones resonando en el pasillo hasta llegar a la oficina y abrir de golpe.

... y es una mierda, Dj. Amo a camila, estoy enamorada hasta las trancas de ella, pero no puedo simplemente volver,  besarla, tocarla... tan siquiera mirarla. Le he sido infiel, joder... y dos veces seguidas. Soy la reina de las idiotas... —camila me miró con su rostro rojo y sus ojos llenos de lágimas—  Dinah dime algo, ¿camila está cerca? diablos... no le digas sobre esto, dile que me tardaré porque iré a buscar ese bonito anillo, lo haré realmente. ¿Sigues ahí, Dinah?

  — Me enamoré de ti por ser una tonta— respondió camila entre el llanto, mi cuerpo no reaccionaba —  pero jamás imaginé que tu idiotez llegara tan lejos.

el altavoz seguía activado, reaccioné cerrando la puerta y acercandome a la morena deshecha en lágrimas.

— ¡No te acerques Dinah Jane!— exclamó con odio y asentí— ¿lo sabías?— volví a asentir— Lauren... te amo. Pero dudo mucho que sea capaz de amar a lo que ahora conozco de ti.  No tienes que volver si no quieres.

  — Camila, espera. Maldita sea, espera un momento. No te lo voy a negar, pero necesito que entiendas lo que estaba protegiendo al hacer esta mierda— gritó entre llanto.

  — Dime lauren... ¿qué protegias? porque es claro que nuestro matrimonio no era. ¿Sabes qué? que te den, lauren. Hoy mismo me voy de tu vida y todo lo que esto conlleva. Que seas feliz.


Camila se levantó ignorando el llanto y las súplicas de Lauren, me sonrió con sinceridad mientras se paraba frente a mi.

— No es tu culpa. Sólo fuiste una amiga que le cuidaba la espalda. Estaré bien, pero no le digas nada sobre mi. Por favor, cuida ahora mi espalda y engañala por mi.

Dejé que saliera y la vi desde la ventanilla cuando se situó en la acera y le hizó señas a un taxi. ¿a dónde iba? no quería saberlo, no podría mirar a lauren a los ojos y negarle información. Me iba a ser mas fácil. 

 

 


Piel y Hueso; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora