Al día siguiente, tanto Satsuki como el resto de la familia de Aomine fueron recibidos por una escena un tanto peculiar, pero que sorprendió en demasía a la madre, sobre todo al ver a su hijo quien era una calca de su difunto esposo.
Aomine se encontraba cantando y moviendo su cadera junto con las piernas en movimientos suaves al ritmo de la música que salía de su celular, al tiempo que la tarareaba o cantaba, todo eso mientras cocinaba, ¡cocinaba! El moreno estaba tan sumido en su mundo y la música que no escuchó las pisadas de los demás integrantes de la familia. El susto que se dio cuando giro y los noto fue notorio, pues este dio un brinco cual gato ante un perro feroz. Todos esperaban que su buen humor se disipara al verlos, pero grande fue su sorpresa cuando les dedicó una radiante sonrisa.
–¿Qué haces idiota?
Momoi en serio quería saber qué le pasaba, la escena presenciada no la había visto hace mucho tiempo, desde que murió su padre para ser exactos, no obstante, la chica no noto como el moreno se acercó a ella hasta que fue tomada de una de sus manos y jalada hasta el cuerpo contrario.
–¿Qué pas...?
La pregunta no la terminó ya que el moreno tomó su mano derecha mientras que la otra la colocaba en su cintura para realizar un agarre firme, pero delicado. Otra radiante sonrisa fue formada y comenzó a ser guiada en un baile. Eso sí extraño en sobremanera a todos, incluyéndola.
–¿Quién eres y qué le hiciste a mi fiera?
Una vuelta y la respuesta llegó.
–No le hice nada.
–¿Seguro? ¿Por qué tú no puedes ser el idiota y perezoso...? –Satsuki inquirió.
–Ya, no es para tanto... sólo me dio la gana.
–¿Sólo te dio la gana... ponerte a bailar y cocinar?
–Sí.
La giró, soltó y acto seguido tomó a su hermana Natsuki para estamparle un sonoro beso en la mejilla, tomarla entre sus brazos y ponerse a bailar con ella. La pequeña no podía ni articular palabras, era la primera vez que veía a su hermano de esa manera, era divertido lo que hacía con ellos dos. Divertida la niña le acarició la mejilla para preguntarle.
–Daiki-oni-chan, ¿por qué estas feliz?
Touché. Fue el pensamiento general de todos los presentes.
El moreno dejó de moverse, detalló el rostro de su hermana hasta el más mínimo detalle, le sonrió, la volvió a besar y la bajo. El moreno no respondió, tomó los trastes de comida junto con sus cosas, con una mirada le dijo a la chica que se iban, está sólo dio un suspiro para tomar sus cosas del suelo y caminar hacia la puerta, pero antes de que los dos abandonaran la puerta Natsuki corrió para gritarle a su hermano.
–¡Daiki no me respondiste!
El moreno volteo le sonrió y contestó. –Se-cre-to.
La puerta se cerró.
Daiki sabía que con eso su hermanita lo iba a estar atacando para sacarle la verdad, aunque contara con sólo siete años era demasiado perspicaz, además, por alguna razón era por la que tenía más debilidad y confianza, ¿por qué? No lo sabía, pero quizá sea la forma en cómo sus ojos azules, en un tono más claro que los suyos, le recordaban a él cuando era niño, llevándolo a querer proteger esa luz y alegría que irradiaban sus iris como los suyos una vez lo hicieron. También sabía que sus otros dos hermanos los estaba apartando e ignorando notablemente, pero no podía acercarse a ellos, a estos los sentía como meros desconocidos o intrusos... pero, ¿a quién engañaba? El intruso en aquella familia era él y no ellos.
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Cazador
FanfictionLa tecnología no puede sustituir un medio que ha prevalecido a lo largo de los años y nuestro protagonista sabrá el valor de aquello catalogado como anticuado, cursi y poco varonil pues... Las cartas aun no estan pasadas de moda. Kagami x Aomine ~~~...