—Bien, ¿están listas? —pregunté con nerviosismo, mordiéndome el labio inferior. Estaba a punto de desenterrar mis más profundos secretos. Hacía meses que no abría mi "caja de los recuerdos", y todo fue para evitar derrumbarme. Ahora, por el simple y maldito hecho de demostrar que no mentía, estaba por confiárselos a mis mejores amigas. Quizá iba a arrepentirme de hacerlo en cuestión de segundos.
—Vamos, tráela aquí —contestó Sasha, impaciente.
Yo rodé mis ojos, suspiré y di lugar a mis más preciados recuerdos.
—¡Oh por Dios, un pequeño Lukey! —gritó Anna, dejando escapar una pequeña risa. Por alguna razón, siempre posicioné esa foto de modo tal que sea la primera que se vea. Sí, era él. Estaba abrazándome, esbozando una pequeña sonrisa, con sus jeans (que jamás estaban rasgados en ese entonces) y su pelo rubio corto. ¿Yo? Bueno, decir que era feliz no era suficiente: todavía no podía superar lo que se sentía tener sus brazos alrededor de mí.
Recuerdos. Eso era lo único que tenía de Luke Hemmings.
Nunca había sido una chica que olvidase las cosas. Me consideraba afortunada por tener la memoria que tenía. Pero, a veces, ese don era un arma de doble filo. Me dolía, porque ya no construiría junto a él más momentos felices que atesorar. Solo me quedaban los que habíamos vivido.
—Supongo que perdí quince dólares —mencionó Sasha, encogiéndose de hombros—. La leyenda era cierta. Sí conocías a Luke Hemmings.
—Nunca mentiría con eso— Traté de sonreír. —. De todos modos, ya saben que no era mi intención que ustedes se enteren.
La verdad era que, cuando me descubrieron con un regalo suyo de hace siete años, no me quedó otra opción mas que relatar todo lo que sabía de él.
—Oh, Hailey. No te pongas mal —Anna me alentó y me abrazó, intentando consolarme—. Todos sabemos que es un imbécil.
Sí, un hermoso imbécil.
—Bueno, pero, ¿nunca has pensado en por qué no quiere hablarte más? —Sasha me tomó por sorpresa (una vez más), mirándome como si yo tuviera la respuesta.
Y eso, eso era lo que más me molestaba: no. No sabía la respuesta. En ese interrogante se basó mi vida durante los últimos años.
¿Por qué me alejé de mi mejor amigo sin razón aparente? ¿Por qué, si mi memoria traía constantemente a mi mente los momentos que había pasado con Luke desde que nací, como si fueran un vídeo reproduciéndose sin cesar, nunca recordaba qué había hecho para alejarnos?
—No recuerdo —alegué, en mi defensa. Era la verdad. En lo que a mí respecta, de un día al otro, ¡fush!, Luke no me dirigía la palabra, me evitaba y simulaba no haberme conocido nunca.
—Dah, obvio que no —Sasha miró a Anna, para ver si compartían la misma idea, pero la rubia no captó la diferencia.—. Es que... ¡Por favor, Hailey! Luke es... cómo decirlo...
—¿Soñado? —trató de contribuir Anna— ¿guapísimo? ¿un gran vocalista?
Por mi parte, estaba bastante de acuerdo con todo eso. En cambio, Sasha la fulminó con la mirada.
—Eres una idiota. ¡Despierten! —Nos miró como si fuera algo obvio.—. Es el típico chico popular, malo pero con un corazón sensible. Ugh, parece sacado de una mala comedia romántica.
—Malo... bueno, déjame disentir en eso. Seamos honestas, Luke no mataría ni a una mosca —dudó Anna, y pronto agregó—: Pero estás en lo cierto si estás pensando lo mismo que yo.
Mis ojos miraron al cielo. Ya sabía para donde viraba la conversación, porque no dejaron de sugerirme lo mismo en casi medio año. Tres, dos, uno...
—Hailey, necesitas un cambio de look —concluyeron al unísono.
Como para continuar con la idea de la mala comedia romántica, ¿no? Ah, mis amigas...
—Les he dicho un millón de veces que yo no... —comencé a protestar pero Anna me interrumpió.
—¡Sí, es eso, Hailey! —Empezó a dar saltitos.—. ¡Tienes que creernos! —agregó haciendo pucheros.
"Lo que me vendría bien sería nuevas amigas", anoté mentalmente.
—Chicas, yo les agradezco, pero estoy muy bien así y no creo que...
—¡No lo estás! —contraatacó Sasha—. Basta con echarle una rápida mirada a sus novias para darse cuenta de que a Luke le gustan esas con pinta de malas. Y tú, bueno... No sólo a simple vista, eres una nerd.
Oh, qué novedad. Me llevé las manos al pecho, dramática e irónicamente.
—¡Eso no es cierto!
Ambas se miraron y rieron. Como si fuera pertinente, comenzaron a cantar una de las canciones líderes del repertorio de la banda de Luke, 5 Seconds of Summer.
"Ella dejó el colegio porque no necesita un título. Los colores en su cabello no parecen desaparecer. Yo me visto cuando me despierto, pero ella se desviste". Sí, no era en absoluto lo que consideraría "mi estilo".
—Basta, basta—imploré—. Si tengo que cambiar para gustarle a un chico, no quiero hacerlo. Me sentiría una farsante.
—Honestamente, y a juzgar por tus actitudes, creo firmemente que lo necesitas —indicó Sasha—. Hailey, nunca te diríamos algo que no corresponde. ¿Qué te detiene? ¡Anímate!
Puse los ojos en blanco, exhausta. No podía siquiera tener en cuenta lo que me estaban diciendo.
Me acerqué a la ventana y miré a través de ella. Las cortinas del cuarto de Luke continuaban cerradas, y así iban a permanecer hasta que el rubio decidiera que el barrio estaba dormido, entonces podría ensayar tranquilo, a solas.
O en compañía de su más grande fan, que lo escuchaba de contrabando cada noche.
—Hailey, quiero que sepas algo, ¿de acuerdo? —soltó Anna repentinamente.
La miré atenta, aunque Sasha parecía no estar completamente segura de lo que nuestra amiga tuviera para develar.
—No te lo íbamos a confesar, pero... Luke es una excusa —Anna señaló y Sasha bufó.
—Iba a ser un secreto.
Anna la fulminó con la mirada y continuó, regresando su vista a mí.
—No es nuestra mayor intención que acabes acaparando la atención de Luke. Sólo queremos que ganes confianza en ti misma.
Mis dos amigas se sentaron en mi cama, y me invitaron a que lo haga yo también, en el medio de ellas. Accedí sin mediar palabra, y reposé mi cabeza sobre el hombro de Anna. Acto seguido, ambas me abrazaron.
Tenía que ser brutalmente sincera: lo extrañaba, y estaba por demás cansada de que me ignore, siendo que ambos éramos conscientes de todo lo que habíamos vivido juntos (porque él debía ser igual de consciente que yo sobre esto, ¿verdad?). Además, aunque me costara admitirlo, yo necesitaba un giro en mi vida. Últimamente, no hacía más que llorar. Me sentía echada a un lado, y mi autoestima no hacía más que decaer.
En ese momento, suspiré.
—¿Y, en qué consiste ése cambio?
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Mixtape #1, lado A {lrh} // EN EDICIÓN
Фанфик¿Qué harías si un error te separara del amor de tu vida? Luke cometió un error que lo obligó a alejarse de su mejor amiga, Hailey, y ella quiere averiguar por qué. Temas secundarios: salud mental, sobreprotección parental. Teen fic, cliché. Serie Mi...