—Es una locura saber que hace una semana me odiabas —susurré repentinamente, luego de un intervalo de miradas y sonrisas.
—Hailey, yo nunca te odié. —Cerró sus ojos, apenado ante mi afirmación. —Sólo que sé que no debería haber vuelto a tu vida.
—¿Por qué? —quise saber.
—Ya te lo contaré. —Me pegó más a su cuerpo. Santo cielo. —Ahora sólo quiero pensar que nunca sucedió.
—Está bien —dije, y luego callé, cerrando mis ojos, disfrutando su compañía.
Luke acariciaba mi espalda, nervioso. Estábamos tan cerca que sentía sus mismísimos latidos, acelerados. Sus manos se movían de arriba abajo a un ritmo lento y dulce, hasta que vencieron la barrera entre mi camisa a cuadros y mi remera, logrando una cercanía aún mejor.
—¿Te importa...? —preguntó, nervioso. Como si eso fuera posible... Yo negué.
Él continuó las caricias. Abrí mis ojos para verlo sonreír.
—Te extrañé demasiado, Diana.
Reí. Me hizo recordar a cuando éramos pequeños. —También te extrañé, Robert.
Volvió a cerrar los ojos. Su labios se abrían como si estuviera repensando una y otra vez si pronunciar en voz alta las palabras que rondaban en su mente. Finalmente, accedió. —¿Cómo arreglaremos esto? ¿Cómo desharemos todo el dolor? —consultó, algo angustiado.
Yo me encogí de hombros. Sinceramente, ¿cómo podía esperar él que yo respondiera eso? Si apenas habíamos vuelto a hablar, si no tenía ni idea de lo que nos separó... —No lo sé. Dime, ¿realmente vale la pena devolver todo el tiempo que no podemos reemplazar?
—Claro que sí... —añadió— Pero... la verdad es que tengo miedo de que te enfades cuando te enteres por qué tomé esta drástica decisión —espetó, lisa y llanamente. Lo agradecí internamente.
—Luke, no me voy a enfadar. —Llevé mi mano a su mejilla y él me miró, atento. —¿Quieres hablar de ello?
Él se mordió el labio. —No, aún no. Al menos, quiero hacer que sea reconfortante.
—Como quieras —le indiqué y dejé un beso en su nariz—. No tienes que esforzarte demasiado, con la verdad me basta.
—Ni sueñes que te haré caso. —Rio y bostezó. Yo también lo hice. —Tú eres la única razón para volver atrás.
Dicho esto, nos quedamos en silencio por no-sé-cuánto tiempo. Nuestras respiraciones reguladas nos hacían relajarnos, tanto que acabamos por dormirnos. Bueno, al menos yo sí, y creo que él también.
Un portazo nos hizo sobresaltar: el castaño estaba de vuelta.
—Ups, siento interrumpir. —Rio. —¿Van a tomar sus chocolatadas o qué?
Luke suspiró y se acostó de nuevo. —Gracias, Ashton.
—No es nada —respondió y se acercó para darme la mía—. Estimo no han hablado demasiado sobre una venganza, ¿me equivoco?
Miré a Luke, quien reía observándome.
—Bien, lo supuse. —Ashton se sentó en el sofá, bebiendo su licuado.
—Lo lamento, Ash. No te queríamos dejar afuera.
—Tus mentiras me lastiman, Hails. No tienes que fingir, sé que estabas muy ocupada en sus labios —dijo mirando su teléfono. Si no supiera nada de la vida de Ashton y sus sentimientos hacia mí, podría haber jurado que eso eran celos. Al segundo, me causó un poco de gracia, porque sentía que la situación no podría ayudar para nada a desmentir el rumor en e cual nos encontrábamos envueltos...
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Mixtape #1, lado A {lrh} // EN EDICIÓN
Fanfiction¿Qué harías si un error te separara del amor de tu vida? Luke cometió un error que lo obligó a alejarse de su mejor amiga, Hailey, y ella quiere averiguar por qué. Temas secundarios: salud mental, sobreprotección parental. Teen fic, cliché. Serie Mi...