Es cierto, la vida suele ser previsible. Por lo general, te permite planificar lo que vas a hacer de ella durante los próximos meses o años. Pero a veces, súbitamente y sin previo aviso, esa misma vida pega un salto y, dando un zarpazo, te deja totalmente desubicado, sorprendido, intentando infructuosamente comprender qué ha ocurrido.
En apenas un instante, quedas en medio de una tormenta a causa de hechos que, al menos en apariencia, no dependían de ti.
Nunca dejes de vivir, aquí y ahora, lo que hoy te toca vivir. Siente intensamente cada minuto de lo que eres y de lo que tienes. La certeza de que mañana las cosas serán igual que hoy no existen.
Por eso, además de planificar los próximos pasos y de proyectar los resultados de esa --probablemente lógica-- cadena de causas y consecuencias, vive y disfruta, agradece esto que tienes hoy, con sus dificultades y complicaciones, con la mayor intensidad que puedas.
Estarás evitando tener, en algún futuro probable, motivos por los cuales arrepentirte.
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Susurros para el alma.
SpiritualEl sentido de los miedos y qué hacer con ellos, la importancia de la actitud con la que enfrentas tus circunstancias mas que las circunstancias mismas, la comprensión de el arquitecto de la propia vida es uno y la aceptación de que las cosas son com...