Ni Antes, Ni Después

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Una de tus mayores limitaciones para ser feliz y vivir en paz contigo mismo es la que surge de no sincronizar correctamente con los tiempos de la vida.

Las circunstancias, los acontecimientos, los seres, hechos, problemas, soluciones, todo llega justo cuando tiene que llegar. Ni antes, ni después.

Muchas personas lo ignoran y otras, aún sabiéndolo, lo olvidan. Así, su percepción del tiempo termina siendo más larga de lo que en realidad es. Cuando eso te ocurre, vives con ansiedad, angustia e intentas por todos los medios que las cosas sucedan antes de lo que, de todas maneras, va a ocurrir.

Quieres que lo que va a ser, sea YA, ansioso por lo que vendrá, esa actitud no te permite disfrutar el camino hacia la meta.

Date cuenta de que las cosas serán cómo y cuándo tengan que ser. Y eso no significa resignarte. Implica saber esperar, haciendo todo lo que tengas que hacer sabiendo que lo que tenga que ocurrir, ocurrirá en el momento justo. Si tratas de forzar la situación, lo único que lograrás será retrasarla o, peor aún, arruinarla por siempre.

Deja que las cosas transcurran estando atento a ellas y haciendo lo que debas, no más, tampoco menos. Por que cuando está maduro, el fruto cae. 

Susurros para el alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora