Pedir perdón puede no ser fácil. Puede darte vergüenza, temor, rabia por tener que reconocer que has cometido un error.
Puede a veces sentirse como algo injusto. Mirándolo desde este punto de vista, el otro tiene razón y pedirle perdón estaría bien... pero si lo miras desde este costado, quizás encuentres argumentos suficientes para evitarlo y hasta sientas nuevamente esa efervescencia interna que, lejos de llevarte a pedir perdón, te daría motivos para profundizar las diferencias.
Pide perdón por ti, ni siquiera por el otro o porque el hecho en sí lo merezca. Pide perdón para librarte del rencor, el enojo y la energía negativa que ello genera en ti.
Siéntelo sinceramente y expúlsalo. No te quedes con eso dentro de ti, no pidas perdón en silencio. Amígate con el otro, reconcíliate y te estarás haciendo un favor al amigarte con la vida. Pide perdón y te perdonarás a ti mismo.
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Susurros para el alma.
SpiritüelEl sentido de los miedos y qué hacer con ellos, la importancia de la actitud con la que enfrentas tus circunstancias mas que las circunstancias mismas, la comprensión de el arquitecto de la propia vida es uno y la aceptación de que las cosas son com...