A que sí

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No se puede. Ahora no. Eso no. No, no hay. ¿Cuántas veces has recibido un no como respuesta, sabiendo que en realidad correspondía un sí?
Tantas y tantas veces en tu vida has sabido que la respuesta correcta era un sí, y sin embargo tuviste que enfrentarte con un no.
¿Cuántas veces contestas que no porque no, sin pensar, sin saber, o solo por desidia, cansancio o comodidad? Quienes tienen el no en la boca suelen ser personas serias y amargadas, viviendo con el ceño fruncido y el rostro adusto, a la defensiva y discutiendo más de lo que les gustaría y de lo que deberían.
En cambio, adopta una actitud positiva y tendiente a facilitar la vida de los demás. Antes de responder como un autómata que no, piensa cómo podrías hacer para decir que sí. Dí que sí cada vez que puedas y si no se te ocurre cómo, al menos cambia ese "no" tajante y lapidario por un "déjame ver qué puedo hacer", o por un "déjame pensarlo".
Súbete a la onda positiva del "sí, se puede" y verás que así es; no solo para otros sino también para ti.

Susurros para el alma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora