Nunca, nada duró para siempre. Y nunca durará. En la realidad que nos toca vivir, todo tiene un principio y un final. El día se esconde para dar lugar a la noche, la cual, en una danza eterna e infinita, a su vez se ilumina dejando paso a un nuevo día. El otoño se enfría para dejar entrar el invierno, que luego se entibia y se convierte en primavera.
Ten esto presente y disfruta lo más intensamente que puedas de los buenos momentos que la vida te ofrece. Tenlo presente, y los malos momentos serán mucho más fáciles de transitar.
Nada, nunca durará siempre. Y eso incluye tu vida. Así que no te enojes por pequeñeces, no te amargues por tonterías y vive amablemente lo más que puedas
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Susurros para el alma.
SpiritualEl sentido de los miedos y qué hacer con ellos, la importancia de la actitud con la que enfrentas tus circunstancias mas que las circunstancias mismas, la comprensión de el arquitecto de la propia vida es uno y la aceptación de que las cosas son com...