Capítulo 36

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Aitana

-Lo sentimos, pero lo único que podemos hacer es mandar una patrulla por los alrededores de su casa durante 24 horas. Si no ha habido delito...

Miro a Luis que está a mi lado cogiéndome de la mano, como siempre. A mi otro lado Jordi. Él ha querido venir para explicarles el comportamiento de su amigo en las últimas horas. Aún así esto es lo único que podemos recibir. 

-Y no se puede hacer nada más? -Pregunta Jordi desesperado.

-Lo siento.

-Entonces hay que esperar a que le pegue o le haga algo, no? Pues menuda mierda de sistema. -Luis se gira indignado, es para estarlo. Veo como Jordi se queda hablando con la policía que nos ha atendido y yo me voy corriendo detrás de Cepeda. 

Lo encuentro fuera, en la misma puerta, apoyado a la pared y encendiéndose un cigarro. 

-Luiiiiis. Dijiste que dejabas de fumar. -Lo abrazo y el suelta el humo de la última calda.

-Si, pero esto puede conmigo.

-Mira, como te mueras por fumar por culpa de mi ex novio... Es que vamos! -El sonríe, me conformo con eso. Su cigarro sigue a mitad pero el lo deja en el cenicero que hay fuera de la comisaría y lo apaga.  -Así me gusta.

Vemos salir a Jordi y este va acompañado de dos policías. 

-Cualquier ayuda es poca. -Se gira para mirarlos. -Les he dado la dirección de vuestra casa y unas fotos de Vicente. Al menos intentarlo...

-Gracias, Jordi.

-Yo debería irme. Me sabe mal dejaros así... pero debería estar mañana en Sant Climent.

-Lo entiendo, no te preocupes. -Abrazo a Jordi primero, Luis le da las gracias por todo y también se despide de él con un abrazo. 

Vamos a casa, la policía está ya dando vueltas en el barrio. Ellos van en coche y nosotros a pie por la calle, la comisaría no está muy lejos de casa. 

-Voy a enviarles un mensaje a los chicos, para ver si pueden venir esta noche a casa. Al menos... No desperdiciamos el fin de semana. 

Luis asiente. Él no para de voltearse para comprobar que nadie nos sigue. Mira en cada coche por el que pasamos, en cada tienda abierta... esperando a que nadie se abalance encima nuestro.

Aprieto la mano que me une a Cepeda, para que esté más tranquilo. Oigo mi móvil y veo que es un whatsapp de Amaia.

Alfred y yo iremos ahora, que nos aburrimos en casa.

Sonrío a la pantalla del móvil. Ellos sabían lo que pasaba, habían propuesto salir esa noche al pub pero al decirles que no, Amaia me llamó para saber que pasaba. Se había asustado bastante y quería venirse ya a la hora de comer, pero le explicamos que íbamos a ir a la policía, así que me imagino que estaría pegada al móvil esperando a que dijésemos algo.

-Amaia y Alfred vienen ahora a casa.

-Nos vendrá bien tenerlos.

Llegamos a nuestro portal. La puerta de la calle no estaba bien cerrada, debí darle más importancia pero no lo hice. 

Cuando llegamos a nuestra puerta, Luis se fija en unas marcas en la cerradura.

-Esto...

Pero no puede continuar la frase. Vicente abre la puerta y en su mano lleva un cuchillo de la cocina.

Esto acaba de empezar. INCLUYE 2nda TEMPORADA TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora