Capítulo 17.2.

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Es jueves y la novia hace su último pase de modelos ante sus amigas para ya dar por bueno el vestido y llevárselo consigo para el gran día. 

Durante esa semana Aitana no ha dejado de llamar a Luis y de intentar dar explicaciones por el whatsapp. Entiende perfectamente su postura: la última vez se fue, quién iba a confiar en ella ahora? Lo peor era que solo Raoul conocía lo sucedido esas últimas semanas y con él era con menos ganas tenía de hablar de ese tema. Lo quería mucho y se había portado muy bien con ella, pero era sacar a Luis en conversación y un nervio salía en el cuello del chico que le subía hasta la cabeza, lo cual le provocaba dolores en la sien y una terrible manía por escupir al hablar. Así que Aitana no lo sacaba en conversación. 

Hay que decir que Raoul seguía en Madrid. Se había alojado en el mismo hotel, pero en otra habitación. Incluso Ana había hecho amago de querer invitarlo a la boda, más que nada por cortesía, pero Aitana se había ocupado de que esto no pudiese suceder. Bastante tenía ya con tener a Luis enfadado en la boda, como para llevar a un acompañante que se moría por ella y podía hacer cualquier locura.

Ese mismo jueves, Ana invitó a Amaia y Aitana a comer a su casa, por toda la ayuda prestada en aquellas semanas. Como en el pack de Aitana se incluía Raoul, pues este también fue con ellas a la casa de los casi ya marido y mujer.

Roi estaba allí preparando la comida. Lo que no esperaba Aitana es que también estuviesen en la casa Alfred, Luis y un amigo de Roi más mayor llamado Roberto. Al entrar, Ana y Amaia se echaron en brazos de este último, debía ser alguna persona que Aitana desconocía así que esperó las presentaciones. 

Roberto resultó ser un compañero de Roi en el trabajo, con el que se habían visto varias veces aquel último año. Parecía tener un carácter muy parecido al de Roi: alegre, chistoso, sonriente... en resumen, una buena persona.

Roi les hizo pasar a la mesa y colocó, algo apretujado entre Amaia y Aitana una silla más para Raoul. Amaia tenía de frente a Luis, que podía estar imaginando mil cosas sobre aquellos dos.

-Y bueno, Raoul, cuando te vas?

Como siempre Amaia bien directa, aunque le había costado el primer plato y parte del segundo soltar aquella frase. Nada más pronunciarla, Alfred le dio un codazo a su lado y Luis, en frente, intentó darle una pequeña patada de advertencia. 

Por el momento Luis no tenía motivos para sospechar que Raoul fuese pareja de Aitana, pero no le gustaba la forma en que le miraba ese chico, ni tampoco le gustaba como la miraba a ella y como se comportaba: siempre protegiéndola, acaparando sus conversaciones y sin establecer amistad con nadie más. 

Raoul había sido un conocido del pasado, pero parecía una persona diferente ahora. Como si jamás hubiese estado con todos ellos.

-Mañana cojo un tren para Barcelona. Quería ayudar a Aitana y así irme el lunes con ella -Raoul claramente lo miró a él. -pero dice que no hace falta.

Aitana se queda callada, no sabe si debería añadir que no hace intención de volver el lunes. Pero no habla, solo mira su plato para apartar la vista de Luis, que no ha dejado de mirarla.

Cuando la comida termina, pasan a los cafés y Roberto saca unas pastas de la nevera que ha traído para la ocasión.

-Aitana, tenía muchas ganas de conocerte. Me han hablado mucho de ti. -Aitana se imagina todo lo que le habrán dicho de ella, su historia con Luis, que se marchó sin dar explicaciones, su amistad perdida con los demás... Se le hacía un nudo en la garganta pensando en aquello.

-Vaya...

-No creas que es nada malo, mujer. -La tranquiliza Roberto, dandole un golpecito en la espalda con cariño.

Ella sigue la conversación con Roberto, aunque da un rodeo por todos con la vista. Ana, Roi y Alfred están hablando entre ellos, riendo también. Amaia y Luis hablan en frente de ella, Luis se encuentra con sus ojos y ambos los desvían. Raoul, a su lado, aún sin separarse, sigue callado sin entablar conversación con nadie que no sea ella.

Pasados unos minutos, Roberto pasa a hablar con Amaia. Raoul ha ido al baño y es Luis el que se levanta dirección al balcón. Posiblemente va a fumar.

Ella toma esa oportunidad con las dos manos, y va tras él. Cierra la puerta del balcón, aunque sabe que todos les han visto, pero no quiere que también les oyan.

Lo encuentra allí, con el cigarro en la mano pero aún apagado. Está apoyado en la barandilla mirando a la calle. Aitana siente miedo, vertigo por la proximidad del chico al precipicio.

-Luis.

Él se gira, pero vuelve a mirar al frente.

-Se que no tengo ningún perdón y estás en tu derecho de no hablarme, porque yo hice eso y no puedo reprocharte nada. -Él parece que está ausente, pero la realidad es que está atento a cada una de sus palabras. -Entiendo que estés así, pero te prometo que volveré de Barcelona. No puedo dejar mis cosas allí medio tiradas. Buscaré trabajo aquí y te buscaré. A ti. -Ella nota que él no va a decir nada, así que se aleja. Antes de salir, sin girarse, vuelve a hablar. -Solo quería que supieras que voy a luchar por ti.

Luis se queda pensando en aquello en el balcón. Sigue sintiendo miedo, vertigo, no por la altura del edificio, sino por Aitana. Quiere confiar, quiere creer que va a volver, pero aún hay algo que lo detiene.

No sabe que es, pero le falta ese último impulso para confiar al 100% en sus palabras.

Esto acaba de empezar. INCLUYE 2nda TEMPORADA TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora