Capítulo 17 - DECISIÓN

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La tierra se quebró bajo mis pies cuando aterricé en medio del campo, cayendo con espada en mano en medio de un grupo de inadvertidos embrys que no tuvieron tiempo para reaccionar. Aún no dejaba de sorprenderme la facilidad con la que mi espada atravesaba su dura piel. Teniendo esa increíble arma en mis manos, sólo bastaba ser un poco más rápido que ellos para asegurar mi victoria.

«¿Qué sucedió? ¿Lograste sacar a los humanos?», preguntó Roran, mostrándose preocupado.

«Sí, todos están a salvo y han vuelto a la normalidad», expliqué.

«¿Cómo lo hiciste?», preguntó Xero, intrigado, algo anormal en él.

«Es largo de explicar, ahora tenemos algo más importante que discutir»

«¿Cuál es la buena noticia?», preguntó Roran.

«Bueno... hay una mala y una buena noticia»

«Excelente... por un momento pensé que las cosas se iban a poner aburridas», intervino Xero, y no pude distinguir si estaba siendo sarcástico o no.

«La buena noticia es que encontramos la ubicación de Tánuz», continué y ambos se quedaron en silencio por un par de segundos.

«¿Dónde está?», preguntó Roran.

«Está aquí, en el estadio, a varios metros bajo tierra»

«Maldito... por eso no podíamos sentir su presencia», exclamó Roran, mostrando toda su irritación.

«¿Cuál es la mala noticia?»

«Uno de los capitanes colocó explosivos por todo el estadio y pueden detonar en cualquier momento»

«Los humanos y sus juguetes. No creo que sea algo de qué preocuparnos»

«No subestimes a los humanos, Xero, en especial a este. Lo más probable es que haya colocado explosivos suficientes para hacernos volar a todos»

Mi mente se quedó en silencio por unos segundos. Ambos parecían estar decidiendo si debían tomar la amenaza del capitán Thorn en serio o no.

No estaba seguro cuantos explosivos había colocado aquel desquiciado humano, o que tanta potencia tenían, pero estaba seguro que en su delirio el capitán Thorn se tomaba en serio su misión de acabar con nosotros, y por lo tanto nosotros también debíamos tomarlo en serio a él.

«El dispositivo detonador debe estar emitiendo alguna clase de sonido o zumbido, pero ninguno de nosotros es capaz de percibirlo», dijo Roran luego, sonando firme y autoritario como siempre lo hacía, «Leo, tu eres el más poderoso de los tres. Tal vez tú si puedas escucharlo»

«¿Estás bromeando? Hay decenas de monstruos rugiendo y jadeando por todo el campo. Es imposible que pueda escuchar un sonido tan suave como ese»

«Si alguien puede hacerlo, eres tú. Al menos inténtalo...»

«Está bien, pero necesitaré que me cubran. No podré concentrarme lo suficiente si tengo que estar defendiéndome de estos monstruos»

«En un momento estaremos allí», dijo Roran y luego mi mente se volvió a quedar en silencio.

El campo de batalla se veía más vacío que antes y ahora había casi tantas criaturas plateadas como embrys, lo que complicaba un poco las cosas. Los hijos de Tánuz eran mucho más difíciles de exterminar, ya que su fuerza e inteligencia eran muy superiores a los de los embrys. No hubiera importado si hubieran sido sólo unas pocas criaturas, pero ahora había decenas de ellas, planeando ataques en grupo y usando a los embrys como distracción. No sería nada fácil acabar con todas ellas...

HIBRIDO, CRONICAS DEL LINAJE HUNDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora