𝓣𝓱𝓮 𝓑𝓸𝔂𝓼 ➻ The Beatles

Cap.24 -Felicidades querida Holly

La castaña sentía miradas demasiado pesadas que molestaban su sueño.

-Feliz cumpleaños querida Holly -Cantaban -Feliz cumpleaños a ti.

Stella, Bridgit, cantaban por todo el cuarto a Holly, junto con un pequeño pastel con una vela potente de fuego.

Holly sonrió al momento que se dio cuenta de su pequeña celebración.

-¡Tienes 16! -Felicito Bridgit dando un fuerte abrazo.

-Hija, ya eres una jovencita -Dijo su madre orgullosa -Felicidades.

Holly apago las velas, Stella las dejo solas para que pudieran platicar un poco y bajaran a desayunar.

-Ya eres muy grande -Rio la rubia -A pasado tan rápido el tiempo.

-Lo se ¿Iremos de compras? -Pregunto Holly mientras se levantaba de la cama y entraba a al baño para ducharse.

-Si, pensaba en ir de compras y luego ir a un restaurante elegante -Dijo la rubia acercándose a la puerta del baño.

-¡Me parece bien!

Cuando termino de arreglarse Holly, ambas bajaron a desayunar.

-Que te diviertas -Dijo Stella despidiéndose de Holly cuando salían.

-Claro mamá, nos vemos.

En pocos pasos que daban las chicas. Richard, el vecino felicito a la castaña a través de su patio.

Las chicas caminaron por las mejores tiendas de Liverpool para comprar ropa, en tanto miraban los vestidos platicaban de sus vidas amorosas como era de costumbre.

-Stuard es muy guapo -Revelo la ojos de angel -Tiene ese aspecto de chico malo, aunque es todo lo contrario. Me encanta hablar con el, además de que es pintor.

-Crei que salias con Ivan.

-No era nada oficial -Dijo DeBerry -Prefiero mil veces a Stuard.

La castaña se quedo pensando un largo rato.

-¿Como sabes que te gusta mas? -Pregunto ella.

-Facil. Me siento mas cómoda, le platico todo, me dan gracia sus chistes...

Claro que eso no la ayudaba en nada, porque se sentia de igual manera con los tres chicos que la acompañaban en cada momento de su vida, hasta ahora. Se había vuelto muy buena amiga de ellos, tenia la posibilidad de que era mejor solo eso, amigos.

-¡Mira eso! -Señalo un maniquí con un lindo vestido azul fuerte -Es tu vestido.

Miraron ese vestido por un largo tiempo, hasta que la morena se decidió por probarlo, cabe mencionar que se le veía precioso.

-Lo tienes que llevar esta noche -Rogo la rubia a su pequeña amiga al verlo -Es el indicado, es para ti.

El vestido era largo, vaporoso por la falda, un escote lindo de corazón con encaje y lentejuela.

-Es muy caro -contesto -Mejor compro algo mas barato.

-Mejor yo lo pago -Dijo la rubia sacando su billetera -¡Feliz dulces 16!

Al terminar las compras regresaron a su casa.

-Voy a ir por algo, también iré a cambiarme. Regresare por ti mas tarde.

-Bien.

Al ir a su cuarto, Stella, su madre la ayudo a arreglarse para la cena de amigas que tenia esa noche.

-Te ves muy hermosa -Dijo Stella con una sonrisa -No me di cuenta de lo rápido que has crecido. Lo peor es que no estuve cuando me necesitabas.

Holly volteo a ver las lagrimas de su madre y acto seguido la abrazo.

-Vamos mamá -Consolo -Lo importante es que estás aquí ahora.

-Perdon por las cosas que pasaron hace años -Dijo la señora Napoli limpiando sus lágrimas -Ya sabes, lo de tu padre, lo de nosotros. Tú ansiedad provocada por esto.

-Ya no importa.

El timbre sonó, la castaña alargó una sonrisa enfrente de su madre. Stella fue a abrir la puerta, mientras ella lo hacía la joven soltó un suspiro desolador. Su madre tenía que tener esa seguridad de que ambas estaban muy bien. Por lo tanto descartó la idea de decirle sobre las secuelas de su enfermedad le había provocado. Stella se derrumbaría al saberlo.

La apenas cumpleañera se asomó por la puerta mirando como su mamá platicaba con una persona. Al darse cuenta de su presencia la señora Napoli abrió la puerta dejando ver a George, que al verla sus ojos se iluminaron, su piel se le puso como de gallina.

-¿George? -Pregunto acercándose -¿Qué haces aquí?

-V-Vine a darte tu abrazo de cumpleaños -dijo el con una sonrisa tímida -Ah, Bridgit me busco, dijo que se retrasaría unos minutos, me pidió que te acompañará al restaurante. Ella no quería que te fueras solas.

-De acuerdo -dijo confundida -Ire por mi bolso.

Stella miro la cara del joven enamorado, a lo que rápidamente dedujo. Alargó una sonrisa porque a ese chico lo estimaba demasiado, sabía que era un buen joven como McCartney, el tipo de chico con el que su hija debería estar.

Holly había deseado que por lo menos unos de sus pretendientes la viera en aquel vestido, con ese pequeño ego que tenía de chica. Pues sabía lo bien que se veía con el.

Si los chicos la hubieran visto habrían quedado callados por mucho tiempo apreciandola.

John sería el primero en hablar, haría cualquier cosa para llamar su atención mientras la presume con todo el que pase.

Paul destacaría lo bella se que ve, le regalaría una rosa o le diría cumplidos toda la noche.

George cómo lo demostró sería tímido y se limitaría a decir unas cuantas cosas para estar con ella.

Y no nos olvidemos de Richard, que solo se pondría bastante nervioso demostrando cosas torpes al tratar de hablar con ella.

Si bien las personas tenían su favorito para ver a Holly en una relación. Stella, su madre, adoraba a Paul pero George era su favorito, Bridgit pensaba que McCartney era lo que la castaña necesitaba, todas las chicas de su colegio pensaban que John le daría diversión y pasión en su vida. Mientras tanto todos los vecinos pensaban que Richard y ella harían no pareja. Pero ella no tenía a algún favorito ¿O si?

Ambos salieron de ahí, el chófer de los DeBerry los esperaba emprendiendo el camino a.... Su fiesta sorpresa.

-Fue extraño que te dijera a ti -Comento Holly -¿No crees?

-¿Por que lo crees?

-No importa.

Holly tuvo una reacción de sorpresa, pues estaba afuera de la casa de visitas de los DeBerry. No se encontraba aquel restaurante que le prometieron.

-Creo que se han confundido -dijo ella al chófer.

-Feliz cumpleaños -Sonrio George.

La tomo por los hombros guiándola a la puerta. Un estruendo se escuchó.

-¡Feliz cumpleaños Holly!