El Entrenador McConaughy se mantuvo ante la pizarra hablando monótonamente sobre algo, pero mi mente estaba lejos de las complejidades de la ciencia.
Estaba ocupado formulando razones de por qué Mangel y yo no deberíamos ser compañeros y estaba haciendo una lista sobre ellas en la parte trasera de un viejo examen. Tan pronto la clase terminara, le presentaría al Entrenador mis argumentos. No es cooperador con las asignaturas, escribí. Demuestra poco interés en trabajar en equipo.
Pero eran las cosas no enlistadas las que me preocupaban más. Encontré inquietante la localidad de la marca de nacimiento de Mangel y estaba asustado por el incidente en mi ventana la noche anterior. No estaba completamente seguro de que Mangel me estaba espiando, pero no podía ignorar la coincidencia de que estaba casi seguro de que vi a alguien mirando por mi ventana solo horas después de que me encontré con él.
El pensar que Mangel me está espiando me provocó alcanzar el interior del compartimiento delantero de mi mochila, sacar dos píldoras de hierro de la botella y tragármelas enteras. Por un momento se quedaron atoradas en mi garganta, pero luego lograron bajar.
Por el rabillo del ojo, cacheé a Mangel arqueando sus cejas.
Consideré explicar que soy anémico y que tengo que tomar hierro varias veces al día, especialmente cuando estoy bajo estrés, pero luego decidí no decir nada. La anemia no era una amenaza contra mi vida... siempre y cuando tomara hierro regularmente. No estaba paranoico hasta al punto de pensar que Mangel querría hacerme daño, pero de alguna manera, sentía que era mejor guardar en secreto mi vulnerable condición médica.
- ¿Rubén?
El Entrenador se detuvo en el frente del salón, con su mano extendida en un gesto que mostraba que estaba esperando por algo, mi respuesta. Un suave incendio se abrió camino hasta mis mejillas.
- ¿Podría repetir la pregunta? - Pregunté.
La clase rió.
- ¿Qué cualidades te atraen en una potencial pareja? - Dijo el Entrenador con un poco de irritación.
- ¿Una potencial pareja?
- Vamos, que no tenemos toda la tarde.
Podía escuchar a Alex riendo tras de mí. Mi garganta pareció estrecharse.
- ¿Quieres que mencione las características de...?
- De una posible pareja, sí, eso ayudaría bastante.
Sin proponérmelo, miré a Mangel de soslayo. Él estaba recostado en su silla, estudiándome con satisfacción. Luego mostró una de sus sonrisas piratas y me dijo por lo bajo, Estamos esperando.
Yo puse mis manos sobre la mesa, esperando lucir con más compostura de la que en realidad sentía.
- Nunca he pensado sobre ello.
- Bueno, pues piensa rápido.
- ¿Podrías preguntarle a otro primero?
El Entrenador señaló con impaciencia a mi izquierda.
- Tu turno, Mangel.
Contrario a mí, Mangel habló con seguridad, posicionó su cuerpo de una manera que quedaba levemente inclinado hacia mí y nuestras rodillas estaban a solo pulgadas de distancia.
- Inteligente. Atractivo. Vulnerable.
El Entrenador estaba ocupado escribiendo los adjetivos en la pizarra.
- ¿Vulnerable? - Preguntó.
- ¿Cómo así...? Alex habló.- ¿Esto tiene algo que ver con lo que estamos estudiando? Porque en el libro no aparece nada sobre las características deseadas en una pareja.
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El chico de ojos negros
FanfictionPara Rubén Doblas, el romance no era parte del plan. Él nunca se había sentido particularmente atraído hacia los chicos de su escuela, sin importar lo mucho que su mejor amigo, Alex, los empujara hacia él. No hasta que Mangel llegó a su vida. Con s...