CAPÍTULO 6

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A la mañana siguiente estaba sorprendido de ver a Samuel entrar a la clase de Educación Física, justo cuando la campana tardía sonó. Él estaba vestido con unos pantalones de baloncesto que le llegaban hasta las rodillas y una sudadera Nike blanca. Sus tenis parecían nuevas y costosas. El me miró, luego de entregarle un papel a la Srta. Sully, me saludó de lejos y se reunió conmigo en las gradas.

- "Estaba pensando cuándo sería el día en que nos encontráramos otra vez," él dijo. "La oficina principal se dio cuenta que no he cogido Educación Física en los últimas dos años. No es requerido en las escuelas privadas. Están debatiendo cómo cubriré cuatro años de EF en los próximos dos años y medio y, pues aquí estoy. Tengo Educación Física a primera hora y en el cuarto período."

- "Nunca escuché por qué te transferiste aquí," dije.

- "Era demasiado costoso para mis padres. Les estaba costando todo el dinero que habían ahorrado para su retiro."

La Srta. Sully sopló su silbato.

- "Entiendo que el silbato significa algo," me dijo Samuel.

- "Diez vueltas alrededor del gimnasio, sin cortar las esquinas." Me levanté de las gradas. "¿Eres atleta?"

Elliot se levantó de un salto, bailando en la punta de sus pies. Tiró al aire unos cuantos ganchos y puños y terminó con un puño alto que terminó a solo centímetros de mi mentón. Sonriendo, él dijo, -"¿Un atleta? De corazón."

- "Entonces vas a adorar la idea de diversión que tiene la Srta. Sully."

Samuel y yo trotamos juntos diez vueltas, luego salimos fuera del gimnasio, dónde el aire estaba cubierto de una fantasmal niebla que parecía tapar mis pulmones y me ahogaba. Del cielo cayeron unas cuentas gotas, amenazando con una tormenta en la ciudad de Madrid. Yo miré las puertas del edificio, pero supe que no tenía caso, la Srta. Sully era muy firme.

- "Necesito dos capitanes para el softball," ella gritó. "Vamos, luzcan con vida.¡Déjenme ver algunas manos en alto! Es mejor que lo hagan voluntariamente, porque de lo contrario yo escogeré los equipos y no siempre soy justa."

Samuel levantó su mano.

- "Muy bien," le dijo la Srta. Sully. "Ven aquí a la meta y... qué tal... Marcie Millar como capitán del equipo rojo."

Los ojos de Marcie se movieron sobre el cuerpo de Samuel. - "Veamos quién es el mejor."

- "Samuel, es el primero en escoger los miembros del equipo," dijo la Srta. Sully.

Cerrando sus dedos sobre su barbilla, Samuel examinó la clase, al parecer midiendo nuestras destrezas en el juego con solo mirarnos.-"Rubén," dijo.

Marcie echó su cuello hacia atrás y rió. - "Gracias," le dijo a Samuel , enviándole una sonrisa tóxica que, por razones más allá de mi conocimiento, cautivaban al sexo opuesto.

- "¿Por qué?" Dijo Samuel.

- "Por regalarnos el juego." Me señaló con un dedo.

- "Hay cientos de razones por las cuales soy porrista y Rubén no. Coordinación es la primera."

La fulminé con la mirada, luego caminé hasta ponerme al lado de Samuel y me puse una camiseta azul.

- "Rubén y yo somos amigos," le dijoSamuel a Marcie calmadamente, casi con frialdad. Era algo exagerado, pero yo no lo iba a corregir. Marcie parecía como si le hubieran echado un balde de agua helada y yo lo estaba disfrutando.

- "Eso es porque no has conocido a nadie mejor. Como yo." Marcie enrolló su pelo en su dedo. "Marcie Millar. Pronto escucharás todo sobre mi." O su ojo tenía un tic, o le lanzó una guiñada.

El chico de ojos negrosWhere stories live. Discover now