Capítulo 18

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En el camino de regreso, Mangel tomo la salida Topsham, y aparco junto a la histórica fábrica de papel Topsham, asentada a la orilla del rio Androscogging. En un momento, la fábrica había sido utilizada para convertir la pulpa del árbol en papel. Ahora un gran letrero se leía al lado del edificio COMPAÑÍA DE ELABORACIÓN DE CERVEZA PERRO DE MARCO.

El río era amplio y entrecortado, con árboles maduros se alzaban a ambos lados. Todavía estaba lloviendo fuerte, y la noche caía alrededor nuestro. Tuve que confundir a mamá en casa, pues yo no le había dicho que iba a salir...

Y bien para ser honesto Mangel no era el tipo de chico por el que las madres sonreirían, él era la clase de chico que las haría cambiar de casa.

-"Podemos salir? "pregunté.

Mangel abrió la puerta del conductor -"Alguna solicitud?"

- "Un sándwich de pavo. Pero no pepinillos, y no mayonesa''. No sabía que había ganado una de sus sonrisas superficiales de las que nunca te dejan tranquilo. Me pareció ganarme un montón de ellas...

Esta vez, no podía entender lo que yo había dicho. -"Veré qué puedo hacer''-, dijo, deslizándose hacia afuera, dejando las llaves en el encendido y el bombeo calentando por un par de minutos.

Me repetí la noche en mi mente. Y en esto amaneció enterándome que estaba solo en el jeep de Mangel. Su espacio privado. Si yo fuera Mangel, y quisiera esconder algo, como un gran secreto, yo no lo dejaría en mi habitación, no en mi armario de la escuela, o incluso en mi mochila, todas las brujas podrían confiscarlo o registrarlo sin previo aviso. Lo escondería en mi brillante jeep negro con un sofisticado sistema de alarma.

Abrí mi cinturón de seguridad y revolví el montón de libros cerca de mis pies, sintiendo una fluencia de sonrisa misteriosa a mi boca en la idea de descubrir uno de los secretos de Mangel...

Yo no esperaba encontrar algo en particular, yo me habría conformado con la combinación de su armario o su número de celular, tantee con el pie alrededor de las asignaciones de la escuela, desordenadas en la alfombra del piso, encontré un pino ambientador, una autopista de AC/DC (banda de rock) en el infierno CD. Trozos de lápiz, un comprobante de pago de los 7-Eleven fechado el miércoles a las 10:38pm nada especialmente sorprendente o revelador. Abrí la guantera de un estallido y en el compartimiento tamizado otro documento oficial de servicio y un manual de instrucciones.

Hubo un destello de cromo, y había metal pulido en las yemas de mis dedos. Saqué una linterna de acero y la encendí pero no pasó nada. Quite el fondo, pensando que habría un poco de luz y, por supuesto, no había batería. Me preguntaba por qué Mangel mantenía una linterna sin batería almacenada en la guantera. El último pensamiento que tuve ante mis ojos se centró en el oxidado líquido que interno en un extremo de la linterna... sangre.

Con mucho cuidado devolví la linterna al compartimiento de la guantera y la cerré, fuera de mi vista, dije que había muchas cosas que dejarían sangre en una linterna, tal vez Mangel la había sostenido con una mano lesionada, al recoger un animal muerto al lado de la carretera... Nadando al rozar con fuerza se había roto su piel. Mi corazón latía fuerte, y dije la primera conclusión que vino a mí. Mangel me había mentido. Él había atacado a Marcie, él me había dejado caer la tarde del miércoles, había negociado su motocicleta por el jeep y salió a buscarla. O tal vez sus caminos se habrían cruzado por casualidad o por algún impulso, de cualquier manera, resultó herida Marcie, la policía estaba involucrada y Mangel era culpable.

Racionalmente, sabía que era un empate rápido y un salto, pero, pero emocionalmente la apuesta era demasiado alta para dar un paso atrás y pensar en ello MANGEL tenía un terrible pasado y muchos, muchos secretos.

El chico de ojos negrosWhere stories live. Discover now