Me pasé toda la noche dando vueltas en la cama. El viento venía a ráfagas desde el campo abierto y circulaba por la granja, rociando escombros contra las ventanas. Me desperté varias veces, escuchando como las tejas eran arracadas del techo y caían por el borde. Cada pequeño ruido que hacían las vidrieras de las ventanas junto con el ruido que yo hacía al moverme en la cama, me hacían despertar de un salto.
Me rendí como a las seis y me arrastré fuera de la cama, forzándome a caminar por el pasillo para tomar una ducha caliente. Luego limpié mi cuarto y mi closet se veía vacío luego de llenar un cesto de ropa sucia para lavarla. Estaba subiendo las escaleras con una tanda de ropa limpia cuando alguien tocó a la puerta, la abrí y me encontré con Samuel parado en el umbral.
Llevaba puesto unos jeans, una camisa de cuadros con las mangas enrolladas hasta los codos y una gorra de los Red Sox. Así de primeras se veía como una persona normal, pero yo sabía más que eso y una sacudida de adrenalina nerviosa lo confirmó.
-"Rubén"- Dijo Samuel con una voz condescendiente. Él se inclinó sonriendo y logré captar el agrio olor del alcohol en su aliento. -"Últimamente me has estado causando demasiados problemas."
-"¿Qué estás haciendo aquí?"
Él observó al interior de la casa tras de mí. -"¿Qué parece que estoy haciendo? Quiero hablar. ¿Puedo entrar?"
-"Mi mamá está durmiendo. No quiero despertarla."
-"Nunca he conocido a tu mamá."- Algo en la manera en que lo dijo, hizo que se erizaran los bellos de mi nuca.
-"Lo siento, ¿Necesitas algo?"
Su sonrisa era mitad descuidada y mitad desdeñosa. -"No te agrado ¿Verdad, Rubén?"
Me crucé de brazos a manera de respuesta.
Él se echó para atrás con una mano presionada sobre su corazón. -"Auch. Estoy aquí, Rubén, aunque me desprecies. Es mi último esfuerzo para convencerte de que soy un chico normal y que puedes confiar en mí. No me dejes."
-"Escucha, Samuel, hay un par de cosas que necesito hacer..."-
Él metió su puño en la casa y con sus nudillos golpeó la pared lo suficientemente fuerte como para descascarar la pintura. -"¡No he terminado!"- Él arrastraba las palabras con su voz acalorada y de repente inclinó la cabeza hacia atrás y rió calladamente. Él se puso en cuclillas, puso su mano sangrante entre sus rodillas y gruñó. -"Apuesto diez dólares a que después me voy a arrepentir de esto."
La presencia de Samuel hacía que mi piel se arrastrara. Recordé varios días atrás, cuando de verdad pensaba que él era guapo y encantador. Me pregunto como pude ser tan idiota.
Estaba pensando en cerrar la puerta y asegurarla, cuando Samuel se quitó sus gafas y reveló sus ojos inyectados en sangre. Él aclaró su garganta y su voz salió clara.
-"Vine para decirte que Frank está bajo mucho estrés en la escuela. Exámenes, gobierno estudiantil, aplicaciones para becas académicas, bla, bla, bla. Él no está actuando como él es. Tiene que apartarse de todo eso por un par de días. Nosotros cuatro, Frank, yo, tú, Alex, deberíamos irnos a acampar durante las vacaciones de primavera. Irnos mañana a Powder Horn y regresar el martes en la tarde. Eso le dará a Frank tiempo para relajarse." - Cada palabra que salió de su boca sonó inquietante y cuidadosamente practicada.
-"Lo siento, pero ya tengo planes."
-"Déjame hacerte cambiar de opinión. Planearé todo el viaje. Yo pondré las tiendas y la comida. Te mostraré el gran chico que soy. La pasarás muy bien conmigo."
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El chico de ojos negros
FanfictionPara Rubén Doblas, el romance no era parte del plan. Él nunca se había sentido particularmente atraído hacia los chicos de su escuela, sin importar lo mucho que su mejor amigo, Alex, los empujara hacia él. No hasta que Mangel llegó a su vida. Con s...