Capítulo 23

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¿Nunca les a pasado que tienen Wattpad en el celular, están en el carro sentadas leyendo un cap sukiztrukiz( en mi caso , editando el capítulo)  y hay alguien parado viendo fijamente lo que está en tu pantalla, con cara de "se lo que estás leyendo pequeña sabandija pervertida e.e "? .... Bueno , a mi me paso hoy mientras editaba este cap .... tuve que bajar la cabeza y hacerme la dormida por la vergüenza xD ...

   Enjoy :)

23. YA DESCUBRÌ QUE TE AMO 

Capitulo 23


[Tom]

Después de escuchar la confesión de Ria, mi mente se lleno de cosas, pensamientos e imágenes que no coincidían con mi razonamiento. Deseaba estar solo y me fui a acostar en el jardín trasero por unos minutos, cierro mis ojos y los recuerdos de ese día me invaden. Estaba demasiado confundido, no entendía por qué viole a Bill, ahora sé que fueron esos chocolates, pero siento celos al verlo con Natalie, me molesta no tener su atención, descubrir que ya no me mira. ¿No comprendo por qué tengo estos sentimientos? Tengo que aclarar mi mente. Me levanto y camino hacia el edificio de la academia.

Yo no quiero a Bill, él no me gusta... pero no acepto que yo deje de gustarle, él me ama y no entiendo como puede estar tan cariñoso con Natalie.

Necesito tener mi mente despejada. Entro al sanitario, me sorprendo al ver a Bill lavándose las manos en los lavabos, me recargo en la pared. Bill se comporta como si no me conociera, como si no le afectara que este aquí. ¿Por qué me ignora? ¿A caso ya consiguió lo que deseaba? ¿Por qué si me ama no me mira? Espera... ¿Por qué me pregunto todas estas tonterías? Si lo obligue a tener sexo conmigo fue por los chocolates, no porque yo quisiera ¿cierto?

Lo miro, sigue sin importarle que estoy aquí observándolo, se acomoda el cabello... siento algo en mi cuerpo, él pasa sus dedos por sus labios. ¿Me está provocando? Me siento alterado. ¿Acaso los chocolates no tienen que ver con este deseo? Bill comienza a acercarse pero me evade y sigue hacia la puerta, lo tomo del brazo con fuerza, evitando que camine.

suéltame— me dice intentando soltarse, no le respondo, me siento agitado, siento adrenalina y deseo por todo mi cuerpo. Tengo que comprobar que los chocolates son los que provocaron que abusara de él. Lo obligo a entrar conmigo a un cubículo
¿Qué quieres? Déjame ir—  me pide forcejeando para salir. Cerré la puerta y lo mire directo a los ojos. Estoy seguro que si lo beso o lo toco no sentiré nada, solo así probare que los chocolates afrodisiacos tuvieron la culpa de lo que le hice. Me acerco más a él, Bill retrocede pero no sirve de nada, estamos muy cerca. —quítate —lo acorralo en una de las esquinas, entre la pared y yo.

Coloca sus manos en mi pecho, alejándome de él. Lo miro a los ojos, puedo sentir su cuerpo temblar por la cercanía, sus ojos nerviosos, su respiración se ha agitado. Sus labios... son preciosos y... parecen llamarme, paso mis dedos por sus labios, son lindos sus labios, quiero besarlo. Me acerco a su rostro, toco sus labios con mis labios, son tan carnosos y están temblando. Nos quedamos así por un tiempo, Bill pone fuerza e intenta aventarme pero soy más fuerte que él, eso me agrada, me hace sentir que tengo el control.

Tome sus muñecas para que se tranquilizara, bajo sus manos a sus extremos. Comencé a mover mis labios sobre los de él, se siente tan suave y tiene un sabor único, mi corazón se agita, mi deseo aumenta y quiero más. Paso mi lengua sobre sus labios, busco contacto con su lengua, tengo esa necesidad de jugar con ella. Su cuerpo tiembla, en eso abre un poco su boca y logro entrar en ella, enredo mi lengua con la de él, lamiéndola y reconociendo su sabor. Me pego más a su cuerpo, explorando toda su cavidad con mi lengua. Lo estoy besando con desesperación, lleno de deseo, de placer, intensamente. Siento como ha bajado la guardia, él me ama, lo sé, lo siento en su beso, en su cuerpo temblar cuando lo toco. Solté sus muñecas, baje mis manos a sus caderas, lo estoy acariciando, lo pego a mi cuerpo sin pensarlo, hasta sentir que por accidente nuestros miembros se han rozado.

COMENZÓ POR UNA APUESTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora