Capítulo 7. Confesiones

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Los ojos azules de la joven científica seguían el andar de Lord Kavit por su despacho, aquel mismo al que entró la noche anterior. Observándole podía apreciar una postura tensa. En ocasiones la miraba para luego volver la vista a otro lado dubitativo.

Bulma sólo pudo pensar que él estaba buscando las palabras exactas para contarle sobre su problema y lo que podría hacer ella para ayudarle. La humana estaba más que agradecida de que Vegeta hubiera explicado lo que le ocurría, porque no imaginaba como hubiese reaccionado el monarca cuando supiera que la científica era ignorante en el tema.

Ella, al recordar el nombre del Príncipe, se sonrojó. Su mirada dejó de seguir al kavitiano para mirar a la mesa donde estuvieron hurgando. Si cerrase los ojos aun podía sentir la sensación de estar sentada en ella con el saiyajin devorando su boca. No bastó demasiado para que el recuerdo se adueñase de su mente en ese momento.

(Flash Back)

Sintió una corriente eléctrica recorrer por su espalda. Su cuerpo parecía inmóvil pero sus dedos se enredaban en su puntiagudo cabello casi por inercia. La boca del guerrero la devoraba con hambre mientras sus fuertes manos la sujetaban con firmeza de la cintura.

Había cerrado sus ojos para poder sentir aquel beso casi como si fuera un sueño real del que daba miedo despertar. Estaba segura que su corazón nunca había latido tan fuerte y que era la primera vez que entendía lo que era sentir mariposas en el estómago.

Bajó una de sus manos hacía el hueco entre su cuello y hombro, aferrándose con fuerza a la prenda del saiyajin mientras seguía el ritmo de sus labios. No quería que aquel beso terminase. No deseaba separarse ni un milímetro de aquel perfecto cuerpo.

Más tuvo que reprimir el gruñido cuando él se separó un centímetro de sus adictivos labios. Vegeta se dio el gusto de ver el enrojecido semblante de la científica. Sonrió de medio lado al verla con una expresión embrujada. Él no tenía intención de romper aquel beso, sólo quería subir un poco el nivel.

Con gran facilidad la subió encima de la mesa haciendo que ella despertara del hechizo de su beso. Cuando quería hablar él volvió a buscar sus labios y, a pesar de que la había interrumpido, esta vez ya estaba más preparada para su acción. Volvió a abrazarse a él con la excepción de que esta vez sus piernas también se enredaban en su espalda cuando él las separó para sentirse más cerca de ella.

Vegeta la acercaba agarrándola por la cintura mientras su otra mano acariciaba su muslo derecho sintiendo la suavidad de su piel. Ella se estremeció entre su cuerpo al sentir el placentero roce. Sentía que todo lo que hacía la iba a dejar inconsciente en cualquier momento.

¿Qué demonios ocurrió aquí?–Vegeta y Bulma se separaron sobresaltados al escuchar una voz detrás de la puerta.

Maldición–gruñó Vegeta separándose del apetecible cuerpo humano. Bulma se levantó de la mesa mientras se cubría con la transparente bata–. Uno de los soldados se ha despertado.–

Nos van a pillar–dijo Bulma asustada–. Sabrán que entramos y cotilleamos en el despacho de Lord Kavit.–

Si salgo rápido podré dejarle inconsciente antes de que levante a los otros–antes de escuchar alguna palabra de Bulma sobre su plan Vegeta ya lo puso en marcha. Salió de la sala tan rápido como pudo.

Bulma escuchó el golpe que Vegeta propinó y a continuación el impacto del soldado vencido contra el suelo. Sus ojos viajaron a una de las estanterías que vio antes y, al ver los licores, tuvo una idea.

¿A qué esperas?–gruñó Vegeta entrando de nuevo en la sala–. Pueden venir otros soldados.–

He tenido una idea–Bulma se fue corriendo hacia la estantería agarrando una botella con un licor de color verde. El Príncipe al verla con aquella bebida en la mano dudó sobre sus intenciones.

Almas perdidas [BulmaxVegeta] ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora