Capítulo 13. Fuego

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AVISO: este capítulo contiene escena lemon

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El silencio había invadido la oscura habitación cuando el príncipe Darek la abandonó, dejando que las miradas de los dos amantes hablasen. Bulma se había sentado sobre el colchón al lado de Vegeta, que la contemplaba cubierta por maquillaje y prendas típicas del burdel. Sus ojos ébanos observaron el collar que llevaba alrededor de su cuello, luciendo ante el mundo cual era el puesto de la humana en aquella base.

Apretó los puños ante la rabia e impotencia. Su frente mostró la vena marcada ante aquella situación en la que no encontraba salida para vengarse. Bulma notó su actitud y bajó su mirada a sus manos cubiertas por sus guantes teñidos de sangre. Colocó las suyas sobre ellas llamando la atención del Príncipe.

Él contempló su rostro manchado de maquillaje y lágrimas. Algunas aun emanaban de sus cristalinos ojos. Sus labios seguían temblando por el temor que, imaginó, llegó a sentir.

Ella analizaba su odio y rabia en una mirada que estaba envuelta en fuego, su mandíbula estaba apretada a causa de la presión entre sus dientes. Contempló su cuerpo tenso, cubierto de telas roídas y ensangrentadas.

–¿Qué te ocurrió?–preguntó ella rompiendo el silencio y llamando la atención del saiyajin. Sintió un escalofrío por su cuerpo cuando uno de sus dedos acarició la piel de su mano descubierta por alguna de las roturas de su guante.

–¿Me preguntas a mí cuando acabas de ser subastada?–cuestionó él atrapando la mano de ella con firmeza. Bulma agachó la cabeza, llamando a la calma por no seguir con su llanto–. Dime a quien debo matar y lo haré.–

–¿Matar?–sonrió ella irónicamente volviendo a elevar la cabeza para enfrentarlo–. Esto no es cuestión de venganza por mucho que la desee... He sido ultrajada y humillada públicamente. No habrá sangre que aparte de mi mente esa horrible sensación, Vegeta.–

–Pero no han conseguido lo que querían–Bulma contempló con atención al saiyajin. Le notaba preocupado–. Has tenido que pasar por esa jodida tortura de Freezer pero no ha conseguido que tú...–

–Jeice casi me viola antes de la puja–le interrumpió ella sorprendiendo al saiyajin–. Me dijiste que estaría a salvo, pero si Dodoria no hubiera intervenido ahora mismo estaría muerta ya que Freezer hubiera sabido que no era virgen.–

Vegeta soltó la mano de Bulma, como si le quemara, ante su atenta mirada. Contempló al guerrero agarrarse al borde del colchón y apretarlo con fuerza. Su ceño se marcó más de lo habitual y sus músculos se tensaron. Cerró los ojos con fuerza y se levantó con agresividad, asustando a la humana ante la acción.

Le vio caminar en dirección a la puerta con la intención de abandonar la habitación. Rápida, se levantó para detenerle agarrándole por el brazo, pero fue incapaz de pararlo.

–¡Te matará, Vegeta!–el saiyajin paró en seco. Apretaba tanto los puños que empezó a autolesionarse la palma de la mano–. Si peleas mueres... lo sabes.–

–¡Y por qué me cuentas esto!–Vegeta se giró para enfrentarla–.¡Sabías que querría matarlo nada más tuviera constancia de ello!–

–En realidad... no pensé que fuera tan importante para ti–Bulma le soltó y él la contempló observando hacia algún punto de la pared mientras hablaba–. A pesar de todo creí que sólo era la humana que te fabricaba la Cámara de Gravedad y que en algún momento sería la que te diera placer.–

Vegeta apartó la mirada al escuchar las palabras pronunciadas por la joven. Esa rabia que sentía hacía mucho que no la notaba palpitar dentro de él. La única mujer que consiguió aquello o, mejor dicho, el único ser en aquel maldito universo, había sido su madre. Ahora Bulma había avivado una llama que parecía extinta.

Almas perdidas [BulmaxVegeta] ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora