4 días después...
Vegeta impactó contra el suelo cuando la patada de Zarbon le dio en las costillas. El saiyajin escupió la sangre de su boca observando con rabia al soldado que le respondía de igual forma.
–Maldito mono de mierda–gruñó Zarbon aplastándole el hombro con el pie escuchando el gruñido de Vegeta. Se negaba a gritar de dolor por su causa–. ¿Sabes la humillación que he sufrido? ¿Y todo lo que he perdido? ¡Me las vas a pagar!–
–Que te jodan–escupió cuando sintió su hombro liberado, pero pronto se suplantó por una patada en su costado derecho terminando por romperle una costilla. El guerrero se retorció adolorido mientras apretaba los dientes para que su grito de dolor no saliera de su boca.
–Nadie debía saber que esa manta de pelo era impotente pero vienes tú y tu nueva personalidad de seamos amigos y le haces una maldita orgía ante sus hombres–Zarbon se agachó para mirarle a la cara–. Esa mocosa que te lame el culo todo el rato no te habrá comentado nada ¿verdad?–
Vegeta le miró con desprecio y sin pensarlo le escupió en la cara ensuciándolo de su sangre. Zarbon se limpió la cara con asco y, lleno de cólera, empezó a propinarle patadas y pisotones.
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Bulma se encontraba en la sala de entrenamiento reconstruyéndola para construir la famosa Cámara de Gravedad. A pesar de todo ella cumplía sus promesas y por mucho que ahora no quisiera ver al Príncipe debía seguir con su proyecto si algún día quería salir de ahí.
Sintió una punzada en su corazón cuando recordó el rostro del guerrero. Apretó sus labios y cerró con fuerza sus ojos para impedir que de nuevo las lágrimas la ganaran. Sintió el nudo en su garganta y no pudo evitar recordar el fatídico día.
(Flash Back)
Estaba tirada en su cama con una sonrisa tonta en su rostro. No podía olvidar los besos de hacía unas horas ni mucho menos las caricias de sus manos por su cuerpo. Nunca en su vida hubiera imaginado que el Príncipe fuera tan pasional y atento. Veía en sus ojos un deseo recíproco. Ella sentía exactamente lo mismo.
Se levantó de la cama y se dirigió al espejo para contemplarse con atención. Iba vestida con un camisón negro y su transparente bata. Había recogido su corto cabello dejando el cuello expuesto.
Lamió sus labios y tocó con delicadeza su cuello. Cerró los ojos y recordó los labios del Príncipe sobre él besándola con delicadeza. Llevó su mano por su hombro izquierdo apartando la tela de la bata que caía por su brazo.
Su piel se erizó con el tacto y la desnudez así como del recuerdo de las manos del guerrero sobre ella tocándola con delicadeza como si se fuera a romper. La yema de sus dedos tocaron su clavícula y con el filo de las uñas terminó por el comienzo de su escote.
Abrió los ojos y miró por el reflejo su pecho. Vegeta no la había tocado ahí y sólo pensarlo la ponía nerviosa. ¿Cómo sería? Tragó saliva y luego suspiró. Volvió a colocarse la bata y se apartó del espejo. No sabía lo que era tener sexo y ya tenía pensamientos lascivos.
Despertó de sus pensamiento cuando golpearon a la puerta de su habitación haciendo que se sobresaltara. Era muy tarde para que alguien tocara. Sonrió pensando que sería el Príncipe así, que sin pensarlo, dio permiso para que entrase.
La sonrisa en su rostro se desvaneció en cuestión de segundos mostrando su desilusión cuando vio a Raditz entrando en la habitación y no al culpable que le robaba el aliento.
–¿No crees que es peligroso que invites a alguien a entrar en tu habitación sin saber quién es?–preguntó Raditz en un tono cómico haciendo que Bulma le contestase con una sonrisa fingida–. Tienes suerte de que sea yo.–
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Almas perdidas [BulmaxVegeta] ORIGINAL
ФанфикUA. Bulma es secuestrada por Freezer para que trabaje en su base. Después de ver como destruyó su planeta y mató a su familia, pasa cinco años en aquel infierno con el único deseo de venganza, algo que no sólo ella compartía. Vegeta arde en deseos d...