Capítulo 15. Plan de escapada

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*IMPORTANTE: Cuando terminéis el capítulo, al final de este apartado dejaré una pregunta que libremente podréis contestar, sin ningún tipo de obligaciones por supuesto. Sólo quería recalcarlo al principio porque es posible que haya gente que no lea la parte en negrita y en este caso, si os gusta este fic, me parecería importante vuestras opiniones, pero como mencione siempre que uno quiera.*

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La adolescente, tras terminar el chequeo que le realizó Malaka, se fue para almorzar al comedor en compañía de su amiga Nella. Tara las había servido la comida, pero Bulma no había probado bocado. En cambio, se encontraba removiendo el contenido del plato que, debido al olor de éste, no la incitaba a comérselo. La prostituta, que estaba sentada enfrente de ella, la contemplaba jugar con el tenedor moviendo su almuerzo. Analizó el rostro de la humana y lo asemejó al de una niña pequeña a la cual le ponían de comer algo que no le agradaba, pues se encontraba con la cabeza cabizbaja, los labios haciendo un leve puchero y la mirada perdida.

–¿A ti no te dijeron que no se juega con la comida? –Bulma levantó la mirada del plato hacia Nella, que se encontraba con el ceño fruncido.

–No entiendo cómo puedes comerte esta porquería–bufó la joven dejando el tenedor con desgana–. No sé cómo decirle a Tara que su comida cada vez está peor. –

–¿La probaste acaso para poder decir que está mala? Está muy bueno–Bulma desvió la mirada molesta tras el comentario. Sonaba como su madre cuando no quería comer algo–. Sabes que Tara tiene buena mano en la cocina. –

La mujer escuchó y vio a la joven resoplar con pesadez. Realmente se sentía como una niña que recibía una reprimenda de su madre por no querer comer. La chica contempló a Nella comer con tranquilidad para demostrarla que estaba confundida con el sabor, algo que la incomodó.

–¿Acaso no lo hueles? –la adolescente hizo una mueca de asco al ver a la mujer comer–. No creo que sea una delicia. –

–Huele bien–sentenció Nella una vez que olió el aroma de la comida, encontrándola apetecible–. Mira a tu alrededor, niña. Nadie le hace asco a la comida de Tara. –

Bulma, haciendo caso de las palabras de Nella, observó a los presentes que se encontraban en el comedor. Todo el mundo allí hablaba mientras comía con tranquilidad, sin ningún gesto de desagrado o apartando su plato como si les diera asco.

–No lo entiendo–Bulma volvió la mirada a su amiga, contemplándola con preocupación–. ¿Será por el estrés del laboratorio? Vegeta me dijo anoche que estaba muy delgada y que me veía horrible por culpa de las ojeras...–

Nella, tras las palabras pronunciadas por Bulma, alzó su mirada hacia ella y analizó su rostro mientras ésta suspirada de manera cansada. La mujer notaba que su aspecto físico mostraba algunos cambios que la alertaban de que necesitaba dormir con urgencia, así como alimentarse de forma inmediata.

–Hoy fui a ver a Malaka para que me hiciera una revisión–seguía hablando la adolescente mientras la mirada analizadora de Nella se clavaba en ella–. Dice que he perdido cinco kilos y que debería recuperarlos. ¿Cómo lo hago si no puedo comer? –

Nella guardó silencio durante unos segundo mientras contemplaba a la científica jugar nuevamente con su tenedor y el trozo de carne en el plato que le sirvió Tara. La mujer empezó a pensar en varias hipótesis que explicaran la situación que atravesaba en ese mismo instante la humana, y había una que danzaba en su cabeza como la más certera debido a su postura con la comida y su estado físico.

–Bulma...–Nella miró fijamente a la humana, que mostraba un semblante entristecido. La joven, al escuchar su nombre, alzó su mirada azulada para encontrarse con la de su amiga–¿pasas mucho tiempo con Vegeta? –

Almas perdidas [BulmaxVegeta] ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora