Una Madre

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Sotiene con fuerza el cuello de la camisa de su hijo, sintiéndose incapaz de estar de pie "Hay tanto que quiero decirte y ponerte al tanto, pero no queria que sufrieras lo mismo que yo" es lo que Ester pensó, ya que tuvo experiencias que parecen alejarla del camino que recorrió.

—Lo... lo siento hijo, pero yo ¡DE VERDAD QUERÍA! —trata de seguir hablando, mas no puede resistirlo,  su mirada se llena completamente de sangre, y a su vez quedando inmóvil—. «Tengo miedo de que ocultarle todo cause su muerte, pero...» —aun tiene consciencia y control de sus pensamientos, pero no de su cuerpo.

"Quería que fueras feliz, que no pasaras por lo mismo que yo"

Es lo que pensó; en tanto cayo boca arriba, su hijo esta estupefacto. El pelinegro trata de revisar su estado físico, tocando la muñeca de su madre siente que parece casi congelada, como si hubiera salido de un refrigerador en una noche helada, no sabe que hacer. Empieza a llorar de la repentina desesperación, piensa en pedir una ambulancia pero Karla tiene su teléfono.

—Carnee —al hablar su piel esta congelada y palida, su voz tiembla como si estuviera en el polo—. Yo... «hijo corre, aléjate de mí, debes hacerlo, no debes llorar». —pensó en lo que su persona de lanza contra él—. Tú ¡Alimentame!

El muchacho de pelo oscuro parece confundido, el miedo lo consume al notar que no hay rastro de vida, sus pupilas indicándole que esta muerta.

—A-Alejate, ¡tu no eres mi madre! —forzandola a que lo soltara para levantarse y retroceder, tembloroso apenas se mantiene de pie.

—Soy tu madre... —habla ella, viendo sus manos llenas de su propia sangre, extiende sus brazos al cielo—. Abrázame. —preguntó de forma tierna, mientras escupe saliva de su boca —. Abrázame, ¡Y déjame! —exclamó limpiando su boca con la manga de su vestido—. ¡Déjame saborearte!

El chico queda inmóvil con la cabeza baja, mientras el cadáver viviente de Ester fija la vista al cuello de su hijo, se acerca tambaleante como si viniera de tomar un par de tragos mientras en su rostro se muestra ansioso por devorar lo que sea que tenga enfrente.

El pelinegro cae al suelo—. Esto es, es imposible. —expresó mientras su madre se acerca—. No.

Del salón salieron las personas huyendo, entre ellos los hermanos y la amiga de Edgy. Entonces Karla ve al pelinegro a lo lejos tirado en el suelo frente a su madre.

—No, ¡hermano! —exclamó su hermana con la intención de ir con él—. Mamá. —pero entonces Karla la detiene—. ¡No! ¿qué haces? —cuestionó la hermana con desesperación incluso soltando algunas lágrimas—. ¡Sueltame!

—¡Edgy! —alzó la voz Johan, mientras este también es atrapado por la pelicafé —. ¡Déjame! —gritó forcejeando—. Malditos músculos con anabólicos.

—No uso anabólicos en mi rutina. —aclaró Karla mientras también atrapó a Yanet—. Cómo sea, esas personas raras los mataran si se acercan a ellos. —expresó Karla mientras empieza a retroceder lentamente con los hermanos del pelinegro en brazos—. No puedo exponerlos a eso. —afirmó la chica mientras ve al pelinegro—. ¡Lo siento! —exclamó corriendo en dirección contraria.

—¡No! ¡Edgy! —exclamó el hermano.

—Hermanito. —esbozó extendiendo la mano hacia el chico—. ¡Madre! —agregó mirando a su madre con desilusión.

Ester nota la inamovibilidad del chico—. Eso, significa que puedo, te destrozare hasta que no quede nada tuyo, hijo. —no planea detenerse, su hambre la supera.

—Esto no puede estar pasando. —dice tembloroso, esperando que ella lo escuche aunque sabe que no responderá, habla queriendo llorar—. Mamá... no.

...

Ambos se ven inmóviles, el cuerpo y los instintos de Ester le susurran al oído como fantasmas "destrozalo, terminalo de una vez" pero hay una parte pequeña de ella esta haciendo que se detenga, entrecierra los dientes, intentando recuperar la cordura de cualquier modo.

Cualquier cosa, no importa lo que sea, si hay alguna forma de romperlo, entonces parece encontrar un hueco, un recuerdo aflora, del momento cuando lo vio por primera vez, tan indefenso, frágil, jurando que lo protegería día y noche si fuera necesario.

"¿Qué estoy pensando?
¡Una madre jamás, ha lastimaria a sus hijoz!"

Más afectados intentaron tomar su parte del festín que el pelinegro representaba.

—Hijo... ¡corre!  grita desesperadamente su madre temblorosa mientras su cuerpo tiembla—. «Los detendré»

—Aún estas aqui mamá , no te puedo perder.. —viendo que la vista de sus ojos da rastros de vida nuevamente—. Te-te llevare a un lugar seguro, estaras bien, todo esta bien mamá, lo estara.

—Sueltame Edgy, ya es tarde... —dice haciendo un débil esfuerzo por que le suelte, este ni siquiera responde—. Yo... «A este paso yo ¡no!» —pensó imaginando en hacerle daño, entonces forzó a que le soltara—. ¡He dicho que me sueltes!

Entonces con el empuje que su madre le dio, cae al suelo, al verla de nuevo la mente de Edgy esta en blanco, no se siente apto para manejar la situación, no sabe que hacer.

—¿Que..? ¡pero! —exclamó Edgy algo impactado y desesperado, no esta seguro de que decir, hasta le cuesta trabajo levantarse.

—Solo no te atrevas a morir... huye, ¡RÁPIDO! —dice levantado la mirada a su hijo que hace poco besaba el pavimento, su mirada se volvió roja , sus manos tiemblan, cuando ella las mira ve que se tiñen de un tono verdoso—. Solo vete hijo, te amo, estoy orgullosa de ti. —pierde control de su cuerpo, empieza a arrastrarse a su hijo inconscientemente.

La mirada de Edgy se llena de lágrimas, sus deseos de que las cosas terminen bien han muerto para él, al igual que ella, con eso en mente se levanta a toda prisa empezando a correr sin detener el paso, sin ver atrás, las lágrimas del chico parecen un rastro de migajas mientras caen al suelo.

—Eso es, corre lejos de aquí. —esbozó viéndolo irse a toda prisa, mientras muchos iguales a ella intentan darle caza—. No sé atrevan. —expresó tocando la gema amarilla que esta incrustada en su vestido—. ¡Me llevare a todos los que pueda! —afirmó mientras se materializó una espada en su mano.

Entonces alcanzó a los primeros, los atravesó con su espada para decapitarlos al instante, detras de ella se acercan otros, ella corre en dirección opuesta a ellos para cortarles sus extremidades con el fin de dejarlos inmóviles.

A pesar de sus esfuerzos muchos más le rebasan, toda su área de visión es ocupada por seres igual de enloquecidas que ella.

—¡Hijó! —exclamó Ester desesperada.

—¡Hijo! ¡Nos te detengas! —grita con mas dolor en sus palabras que en su cuerpo, extendiendo sus manos con sangre y su boca manchada, llorando de sufrimiento— ¡No te rindasss!

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—¡Hijo! ¡Nos te detengas! —grita con mas dolor en sus palabras que en su cuerpo, extendiendo sus manos con sangre y su boca manchada, llorando de sufrimiento— ¡No te rindasss!

Fueron mi razón de existir, espero puedan ser felices, ustedes son mi todo, ojalá pudiera seguirlos acompañando. Y en esos últimos momentos, el alma de Ester deja definitivamente su cuerpo, el último fulgor de su alma, se ha apagado por completo.

Dando paso al alma caníbal que solo piensa en satisfacer su apetito, fija su objetivo en Edgy quien desgraciadamente no logro alejarse lo suficiente, debe escapar ahora.

La Cruzada de Edgy: Corrupción ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora