Los Hermanos, Sus Hermanos

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—Hermana. —dijo Rugal notando la llegada de su hermana, el punto de reunión es afuera de un espeso bosque, sentados en una piedra—. Tus hijos están alterados.

La rubia se impresiona—. Por lo pronto no creó que nos causen problemas. —respondió viendo una foto del pelinegro con su familia—. Es una pena pero no les visitaré, por ahora.

—Me preguntó si su simple presencia hizo la diferencia. —comentó el hombre de piel marrón mirando a las estrellas—. Digo, se ha comportado algo diferente a los "otros".

—Hizo frente a nuestros ataques, algo es poco para lo que hizo. —agregó la rubia; mientras su mirada castaña se fija en su hermano con enojó—. Algo no esta bien con esta versión de Edy.

El pelimarrón ve su mano—. Si, cuando intenté ahorcarle. —esbozó haciendo un puño, el cual hace resaltar sus venas—. No mostró dolor o resistencia.

La rubia respiró profundo con el fin de calmarse—. Mi jefa me ocultó algo o nos perdimos de algo allá atrás. —supusó la rubia mientras de su espalda brotaron ramas oscuras.

Al día siguiente, el sol abraza con su luz las hojas de los árboles, lo fresco del pasto hace que brille con el rocillo y el cantar de los pajaros dan la bienvenida a un dia tranquilo.

El chico esta frustrado aunque la mañana esté denotando un ambiente optimista, en el resto del mundo ja dado inicio del apocalipsis zombi, personas siendo devoradas, ciudades colapsando, gobiernos cayendo ante el caos.

—Que bello. —susurró mientras sus ojos marrones atestiguaban la belleza de los árboles y los pájaros que cantaban—. Estoy vivo y yo. —dijó tratando de concentrarse—. Madre, yo debería... no lo sé.

Decidido a confrontar este nuevo día, se levantó para dar un par de vueltas alrededor de la casa rodeada de árboles, montañas e incluso nubes. A diferencia de la noche de ayer, gritos, disparos, charcos de sangre y sobretodo, personas de piel verde y ojos rojos caminando atacando a quiénes se les cruza en su camino

Al cabo de minutos logró divisar la llegada de Rugal, el pelinegro se le acercó saludandole con gran simpatía, sonriéndole mientras lo saluda elevando su mano izquierda.

—Espero que hayas podido dormir bien. —dijó Rugal, un ciborg de apariencia humana, la piel de sus brazos indica su pigmentación morena—. Vengó de limpiar el área, hacer vigilancia a los alrededores. —volvió a decir; en tanto dejó en la pared, el rifle que traía consigo.

—Si eso creo. —responde Edgy nervioso por lo de ayer, ve que cuando Rugal habla, no tiene emociones—. Oye, ¿en verdad estamos a salvo?

—Bueno, es difícil pero en resumen no deberíamos tener problemas. —respondió quitándose el casco para sostenerlo en sus brazos, quedando expuesto su cabello marrón, rostro liso moreno de rasgos cuadrados—.  Aqui es donde encontrarás menos zombis.

—«Que curioso este ciborg». —pensó Edgy viendo cómo sus ojos parecen de diferentes tonos uno de azul y el otro de rojo, su mirada parece muerta—. ¿Hay más como tu?

—Sueltos por el mundo, lo dudo. —respondió sin dudar.

—Entiendo, ya que. —dijó el pelinegro mientras nota que el ciborg observa su cuello—. Este, ah gracias por la ropa, aunque el pañuelo y los guantes los deje aguardados. —agregó suponiendo que por eso lo ve fijamente.

—Bueno, el pañuelo y los guantes son para el frío. —contestó el pelimarrón—. Por cierto, hay algo que quería decirte. —expresó Rugal para llamar su atención—. Sobre mi hermana.

La Cruzada de Edgy: Corrupción ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora