La Fuerza de Una Guerrera

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El pelinegro despertó—. No quiero hacer nada. —dijó mientras su vista se aclaró—. Chicos.

—Perdon por el daño que te cause. —expresó mientras recuerda el momento, vió las heridas del chico—. Tu mente, de verdad lo sient-.

—No es ningún problema, no es muy diferente a mi sueño. —respondió el pelinegro retrocediendo un poco—. Bueno, ¿sobre que querían hablar? —pregunta el chico.

—¿Tu sueño? ¿Qué soñaste? —preguntó la rubia.

—Pues, mira para resumir creó que es lo mejor, mi mamá está muerta. —reflexionó el pelinegro cabizbaja—. Debo aceptarlo, al igual que mis hermanos.

Entonces la rubí recordó el encantamiento que hizo—. «No, esto no podría ser peor, ahora todo será raro entre nosotros». —pensó la rubia con desánimo.

Pensando en que le podrían decir y a su vez idea una respuesta decente—. Gracias Eri, entiendo que solo querías ayudarme. —expresó Edgy sonando más animado.

—Pero es que... —contestó volteando a verle con esperanza—. ¿En serio?

El pelinegro intentó ver a la rubia a los ojos, no parece que lo odié o algo parecido—. No haz hecho más que salvarme desde que te conocí. —afirmó mientras ve las marcas que el piedrin causo en mas rodillas de la rubia.

Soltó un suspiro el ciborg—. Sin duda eres raro Edgy. —respondió Rugal, con una sensación de haberse preocupado por nada—. Bueno, allí está hermana.

—Si. —respondió recuperando los ánimos.

El viento frio sopla cada vez con mas intensidad, los tres están sentados en la mesa sin esbozar palabra alguna.

Entonces el pelimarrón ve a su hermana—. Creo que deberías empezar a hablar hermana. —pensó agobiada de tanta planeación por parte de la rubia.

—«Antes debo probar la fuerza de Edy nuevamente». —pensó recordando cuando le golpeó en la cara, y como esa resistencia palideció al ejecutar el hechizo—. «Me pregunto si lo de ayer fue algo de una sola vez».

Entonces Rugal asintió con la cabeza a Eri, la rubia respondió haciendo el mismo gesto.

Minutos antes, en el cuarto de Eri...

—Si iremos con sus hermanos, quiero saber de qué es capaz exactamente. —afirmó la rubia mirando el mapa y la bitácora de su amiga—. Dile a mis chicos del sur y el norte que atraigan zombis hacia acá.

—¿Perdón? —contestó Rugal confundido.

—Iremos Edy y yo para combatirlos. —explicó Eri dejando el mapa y la bitácora en su escritorio—. Se su resistencia pero no su habilidad en combate.

—¿Y luego? —cuestionó el pelimarrón con seriedad—. ¿Qué harás?

—Lo llevaremos a ciudad J. para buscar a sus hermanos. —explicó Eri mirando hacia una radio en su cama—. El ejército acordono la ciudad, si lograron llegar solo hay que entrar a buscarlos. —agregó la rubia sonando animada—. Pero ahora debe ser allá un campo de guerra.

—Si, aún no me explico quien los llevo para allá. —dijó el ciborg—. Habrán sido contratados por el padre de sus hermanos de seguro.

—Da igual, si logramos que los mire de lejos. —contestó Eri determinada—. Su confianza a nosotros se restaurará.

—¿No te perdonó cuando te incaste?

La Cruzada de Edgy: Corrupción ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora