Inseguridades

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El chico arrojo su corbata negra al aire mientras camina por la carretera de cemento siendo rodeado de sembradios de maiz que son alumbrados por la luna, entra en una duda, en eso llegan a una estación de servicio al parecer ya abandonada.

—Mi hermano esta por aquí, ven. —afirma la chica tomando del brazo a Edgy, con dirección a la tienda—. Creó que sigue adentró.

—Es probable. —comentó Edgy siguendola, ya dentro del local, lo primero que les llamo la atención fue dos cadáveres cubiertos sábanas—. Acaso no será.

—Si tienen agujeros entonces probablemente sea él. —expresó la rubia preocupada.

—Por favor no piensen mal. —dijó una persona de piel morena con casco emergiendo de la oscuridad; ambos chicos no pueden dejar de sentirse impactados—. Te mostraré algo, asi no pensaras mal de mí.

El tipo del casco tomo a la chica del brazo—. Perdí mi objetivo. —afirmó.

La rubia voltea a Edgy—. Luego hablamos de esto. —esbozó.

Descubre los cadáveres para mostrar a una mujer con el cuello y el cuerpo lleno de mordidas y rasguños; el otro tiene mas de dos disparos en la cabeza, con la piel de tono verdoso y ojos llenos de sangre.

—Lo lamentó, no debía ser así. —lamentó la rubia decaída, volviendo a tapar el cuerpo—. Prometo terminar la misión. —susurró llevando su mano al pecho.

—Oigan, ¿por qué me esta ayudando? —pregunta Edgy de golpe. La rubia no esbozó palabra alguna, solo se digno a cruzar de brazos—. Agradezco su ayuda en serio, pero es demasiado ¿no creen?

La rubia movió los ojos hacia el cielo por un milisegundo—. No, esta bién, seria mal de mi parte si no te explico lo que pasa. —dijó caminando hacia el—. Pero antes debo llevarte a un lugar seguro ¿entiendes?

El pelinegro se muestra dudosa—. Pero me ayudaras como lo prometiste  ¿verdad? —cuestionó tomando una actitud sería.

El tipo del casco se acercó a su hermana—. ¿Qué dijiste que haríamos eso? —le preguntó levantando la voz.

—Dije que buscaríamos a sus hermanos. —respondió la rubia con preocupación, lo cuál hace enojar a su hermano—. Era la única manera de traerlo. —afirmó la rubia viendolo de frente—. De lo contrario no hubiera venido a tiempo.

—No es como si pudiera reclamarte. —habló el tipo nuevamente levantando la voz— ¿Qué hay del plan b?

—No funcionó.

—¡Oye, no importa que sea tu hermana! —exclamó el pelinegro al tipo del casco—. No le levantes la voz de esa forma.

Entonces el tipo volteó a su hermana, la cual lo ve en tono de burla—. No, no es lo que parece, en serio. —explicó rápidamente sonando nervioso, Edgy ve el cadáver de la fallecida con interés—. ¿Cuál es el problema? —cuestionó viendo a su hermana.

—Bueno, espero que no haya más problemas entre ustedes. —expresó el chico mirando a la fallecida, decidio destaparla—. No parece que se vaya a convertir en un zombi. —afirmó el pelinegro viendo las marcas de la mordida—. Ni siquiera parece infectada es como cualquier muerte.

—Averigualó tu mismo. —sugirió la rubia extendiendo su mano a Edgy para con su hermano—. Anda, intentalo.

Entonces el tipo del casco se acercó al chico sin siquiera dudar de lo que esta a punto de hacer, dando paso lento para tomarlo por sopresa, entonces con rapidez va y lo toma del cuello por la espalda.

El pelinegro al sentir algo de presión en su cuello se da la vuelta—. Oye, ¿hay algún problema? —preguntó el chico levantandose—. Escucha ¿podrías soltarme por favor?

El tipo mira su brazo—. ¿Estas bien? —preguntó soltandole—. ¿No te duele?

—Bueno, si pero no para llorar. —afirmó el pelinegro mientras este le suelta—. ¿Me ayudaran entonces?

Tanto la rubia como el hermano de esta presente se mantienen en total silencio, renuentes a si brindarle ayuda al chico.

—Asi que no lo haran. —afirma haciendole a un lado para dirigirse a la salida—. Bien, fue un placer .

—Y quien debería convencerlo ha muerto. —comento el hermano viendo como se retira—. Lo siento, lo arruine hermana.

—Improvisemos —le susurro su hermana—. ¡No espera! —exclama la rubia—. Solo acompañanos, por favor creé en nosotros, te lo pido de verdad.

—No es eso, tenemos prioridades distintas. —expusó el pelinegro enojado—. Yo iré por mis hermanos, aún si muero.

—Se que estas pasando por un momento muy doloroso, pero también tenemos ordenes. —afirma sonando intranquila más sus palabras no llegan al hacer reaccionar al chico—. Dime la verdad, ¿cuándo nos conocimos parecía que sería capaz de ser mala contigo? —la rubia abraza al pelinegro, el cuál esta cabizbaja—. No sabes cuan feliz estoy de verte, por favor entiéndeme.

—Lo siento. —expresó el pelinegro haciendo que le suelte—. Pero iré a buscarlos quieran o no. —afirmó retomando su camino.

La rubia y el pelimarrón lo miraron fijamente, mostrándose incómodos.

—Bueno, si eso es lo que quieres entonces vamos. —recomienda él hombre del casco caminando al frente con su rifle al hombro—. ¿Tienes algun plan en mente?

—Primero ir al salon donde seria la graduación y si no estan allí buscarlos en el edificio municipal.

—Oigan esperenme. —expresó la rubia corriendo hacía ellos—. No hagan eso ustedes dos.

Entonces el tipo del casco saco un llavero de su bolsillo—. Bueno, entonces esto nos sera util. —afirmó el pelicafé haciendo liberar el seguro de un auto cercano—. Ya lo llene de gasolina. —respondió caminando los dos a la salida.

—¿Tienen un auto acaso? —preguntó Edgy alcanzandoles—. Lo robaron.

—Eso es muy grosero para quienes acaban de salva. —comentó la rubia con enojó—. Se dice gracias.

—Ah lo siento. —expresó preocupado—. De verdad gracias.

—Encontremos a tus hermanos y salgamos de este horrible pueblo. —afirmó el tipo entrando al asiento del conductor—. «Espero no sea tarde».

La rubia detuvo al chico antes de que el o ella entrara, pensó un poco las cosas mientras su pie golpetea el suelo—. ¿Por qué los buscarías en el edificio municipal? —preguntó la chica mientras lo ve a los ojos arqueando un poco la cabeza hacia arriba.

—Allí se reúnen todos para hablar cuando una crisis afecta a todo el pueblo. —contestó Edgy sonando agitado.

La rubia entrecerró los ojos en señal de duda, pensando que la idea del chico no este fundamentada. Al ver a a rubia el pelinegro comprende su inseguridad.

—Oye, si no encuentro nada en esos dos lugares prometo seguirte ¿si? —propusó el pelinegro mientras intenta subir al auto, entonces la rubia por fin le da paso—. Es un trato entonces.

La rubia se colocó a la par de él en incluso se le pegó a pesar del espacio—. Soy Eri. —afirmó la rubia ofreciéndole su mano con el fin de estrecharla—. Eridna Bradley, un placer Edy.

La Cruzada de Edgy: Corrupción ZombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora