17 de marzo del 2011.
-Espero y podamos llevarnos mejor.- dijo Trent.
-Claro...- dije. No quería llevarme bien con él.
Terminé de lavar los platos y salí de la cocina. Fui por el cigarrillo que tenía y comencé a buscar un encendedor. No encontré nada.
Trent me enseñó el suyo. Lo tomé y lo encendí. No era como la marihuana, pero era lo único que tenía.
-No sabía que fumaras.
-No me gusta el tabaco- exhalé el humo.
-¿Qué te gusta?
-No te interesa.- le dije cortante.
-Ya basta de tu actitud. Estoy tratando de ser amable contigo.
-No quiero que seas amable conmigo. No quiero tener nada que ver contigo, así que no te esfuerces.
Apagué el cigarrillo y caminé por el pasillo hacia la habitación de Fey y mía. Pero los brazos de Trent me detuvieron y me giraron hacia él.
-Cuando me hablas así, no puedo evitarlo pero, me excitas.- dijo gruñendo. Se pegó a mi y confirmé que en efecto, estaba excitado.- Desde que te vi te deseo, no puedo más.
No me dio tiempo de decir nada. Estampó sus labios a los míos y yo tan idiota le correspondí el beso. Mis manos se enrollaron en su cuello y la suyas en mis caderas, levantando me.
Sin despegar nuestros labios, fuimos hasta el cuarto de Trent. Me apresó contra la puerta cerrada y sus manos fueron a mi trasero.
Llevaba puesta una falda y sus manos la subieron a mi cintura. Acarició mis muslos. Gemí en su boca. Nos despegamos de ahí, abrió la puerta y caímos en la cama. Yo encima de él.
Como una loca, me quité la playera, la falda y los zapatos. Trent hizo lo mismo con su camisa. Su mano acarició uno de mis senos por encima del sostén. Dejé caer mi cabeza hacia atrás. Comenzó a besarme el cuello y mis pechos por encima de la tela. Hacia mucho tiempo que no tenía sexo. Bajé mis manos a su pantalón y abrí el botón junto con la cremallera.
Lo miré. Metí una de mis manos en su pantalón y acaricié su erección. Estaba dura. Tanto que creí que hasta le dolía.
-Yo no hago esto a no ser que quieras que me embarace- le dije. Gruñó y me soltó.
Fue a uno de sus cajones y revisó en ellos. Cerré la puerta para evitar que nos vieran. Cuando encontró uno regresó conmigo. Me tomó de la cintura y me sentó de nuevo en su regazo.
-Quítate la ropa- me dijo.
-Quítame la tú- le dije sobre sus labios.
Nos volvimos a besar y sus manos desabrocharon mi sostén y lo lanzó por el cuarto. Volvió a tocar mis pechos pero esta vez desnudos. Lo fui acostando mientras le bajaba el pantalón. Él se lo sacó junto con los bóxers. Tomó el condón y lo abrió para luego ponérselo.
Se giró haciendo que quedara debajo de él. Besó mi cuello y después uno de mis senos. Sus manos bajaron el resto de mi ropa interior por mis piernas.
No podía hablar. Estaba muy excitada y lo necesitaba mucho. No me importaba si era un criminal, el hermano de la chica que me ayudó o quien fuera.
-Eres... Perfecta- murmuró sobre mi vientre.
Su boca volvió a la mía y me besó intensamente. Sentí como iba entrando en mi. Lentamente.
-Muévete- le dije. Y lo hizo.