-Lorelei estas progresando.
La voz del doctor Stark me esta hablando. Pero yo tengo los ojos cerrados. ¿Progresando? Já.
-Hablaré con los demás doctores para convencerlos de bajar el número de tus dosis. No creo que necesites mucha.
Abro mis ojos. Hágalo. Pero hágalo ya.
-Puedes salir ya, hemos terminado.
Me levanto de la camilla y camino a la puerta. Justo antes de salir, miro hacia el doctor. Está de espaldas a mi. Abro la puerta y camino al escritorio. Hay un frasco de pastillas en el escritorio y las tomo. Corro y salgo de ahí. Escondo el bote en una de las mangas de mi bata de enfermo. Enfermo mental.
Llego a mi habitación y me encierro. Bueno, sólo cierro la puerta ya que no hay seguros en las puertas.
Miro el frasco. Es mi tercer noche sin dormir gracias a las pesadillas que tengo. Que más que pesadillas, son recuerdos de cuando Adam intentó violarme. Lo siento como si fuera real. No puedo dormir y estoy cansada.
Abro el bote y saco tres pastillas. Me las trago. Sin agua. El amargo sabor me da escalofríos. Camino al otro lado del cuarto, en donde hay un pequeño lavabo. Tomo el vaso y lo lleno con agua. Cuando esta lleno hasta el borde, vierto todas las pastillas del bote en mi mano. Varias se caen pero con las que se quedan en mi palma, es suficiente. Lanzo el bote de medicina al suelo y me tragó las pastillas. Algunas se atoran en mi garganta, así que me tomo el agua y así me paso todas las pastillas.
Tiro el vaso al suelo y voy a mi cama. Me acuesto y cierro los ojos.
Siento a varias personas moviéndose alrededor de mi. Gritan pero no escucho nada. Mis ojos están cerrados y no se pueden abrir. Siento como abren mi boca y meten algo hasta llegar más abajo de mi garganta, a mi estómago. Mi garganta se aprieta y siento que voy a vomitar...
Me sobre salto. Me siento de golpe en mi cama y toso. Una vez que me calmo, respiro varias veces.
-Malditas pesadillas.
Estoy sudando y todo mi cuerpo me tiembla. Ese maldito recuerdo se sintió como si de verdad lo estuviera viviendo.
Aún lo recuerdo tan bien. El doctor Stark y sus compañeros, me impidieron morir. Estuve en cama media semana y el resto en el cuarto de aislamiento. No quería comer, no podía dormir, gritaba todas las noches gracias a los recuerdos de mi última noche con Adam y esos doctores imbéciles, creían que eran por los medicamentos y las drogas. Pero realmente estaba pasando un mal momento.
-¿Qué me esta pasando?
La noche anterior había soñado con Judy, el día en el que murió en mis brazos. Y ahora con esto. No entiendo porque están llegando estos recuerdos.
-Entonces, ¿quién es el afortunado?- dice con un tono burlón Lucas.
-Si les digo no irán a contárselo a alguien más, ¿o si?
Los dos niegan y después me escuchan atentamente.
-Es Scott-les digo. Ellos abren mucho la boca y van a decir algo, pero en eso Grey viene entrando-. No podré ir con ustedes chicos, lo siento.
Scott me lanza una mirada que dice: Te estoy vigilando.
Lo ignoro y les doy una mirada de advertencia a mis amigos.-Tranquila, esta bien. Será la próxima vez- dice Bobby siguiéndome la corriente.
La profesora de literatura entra y entonces nos acomodamos en nuestros lugares.
Después de unas clases muy aburridas, salimos por fin de la escuela. Mis amigos ya se han ido a su casa así que me toca irme en autobús. Estoy en el salón que nos corresponde para las tutorías de Scott. Le he enseñado el plan de estudios o la forma en la que van a ser las tutorías al profesor y este ha dicho que estaba bien.