09 de septiembre del 2010.
Todo está mal, todo.
Grito y tiro todos los papeles que tengo en la mesa al suelo. Me falta dinero y eso no puede estar pasando.
-¡Román!
A los pocos segundo de haber gritado su nombre, la puerta se abre.
-Señor.
-Me hace falta dinero y eso no puede estar pasando- estoy enojado-. Llama a Erick y dile que quiero su culo de inmediato.
-¿Algo más, señor?- me pregunta.
-Sí, tráeme algo para la cabeza.
-Enseguida.
Asiente con la cabeza y sale de la habitación. Me siento en la silla de mi escritorio y me sobo la cabeza.
Llevo días con este maldito dolor y no se me quita con nada. Ya intenté de todo y no se va.
Kate. Jodida mujer. ¿Por qué tiene que ser tan terca? Ahorita podría estar con ella follando en la cama, pero no. Esta metida en esa casa follando se a cualquier imbécil que se le crucé por enfrente.
-Maldita cabeza... ¡Román!
¿Qué tiene este idiota que no viene con mi pastilla?
La puerta suena y eso sólo hace que me duela más la cabeza.
-¡Adelante!
La puerta se abre y es Erick. Tiene un vaso en la mano derecha junto con la caja de pastillas para la migraña.
-Le he dicho a Román que yo te lo traía- me da la caja y el vaso. Sacó una pastilla y como si fuera dulce me la trago-. ¿Qué ha pasado?
-Me falta dinero. Necesito que me investigues quien me ha estado viendo la cara de imbécil.
-De acuerdo, ¿de cuanto estamos hablando?
Reviso en mi computadora.
-Trescientos mil por los sobres de marihuana y doscientos cincuenta mil de la cocaína.
-¿Estas seguro que no te lo has gastado con alguna mujer?
-Estoy seguro.
Que fastidio de hombre es.
-Esta bien. Mañana te traeré la información- asiento-, te pido que vuelvas a hacer cuentas.
Ruedo los ojos.
-¿Por qué te alteras tanto por quinientos mil?- me pregunta.
-Quinientos cincuenta mil- ahora el rueda los ojos-. Tengo que pagarle a Sanderson. Ese cabron no me ha perdonado.
-Creí que tu padre era el que le debía.
-Sí, pero mi padre no pudo pagarle todo. Estaba en la miseria antes. Tengo que pagarle a Sanderson para que deje de joderme y así poder quitarlo de mi camino- ya no me duele tanto la cabeza.
-Muy bien, me tengo que ir. Mañana te traeré toda la información sobre tu dinero y Sanderson.
-¿Sanderson? ¿Para qué quiero información sobre él?
-Eres nuevo en esto, Sanderson piensa que no sabes nada de lo que se hace aquí. Conozco a ese tipo y... ¿De cuanto es la deuda?
-Casi un millón.
Erick se ríe y se levanta de la silla para alisar su traje.
-Mañana te veo.
Sale de la oficina y me deja confundido. ¿Acaso Sanderson me está tomando el pelo?