PACIENCIA parte 4

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Asgore se quedó dentro del laboratorio, pero no molestó al doctor, la verdad es que hotland era demasiado caliente, y adentro tenían aire acondicionado. Estaba esperando noticias del doctor Gaster, cuando se abrió de nuevo la puerta del laboratorio
-¡Tori! –Exclamó Asgore- ¿Qué haces aquí?
-No podía quedarme llorando, no si este niño… MI niño puede salvarse
-Tori… oye, ese no…
La puerta del quirófano dónde estaban atendiendo a Paty se abrió; de él emergió el Doctor Gaster, con un cubre bocas. Innecesario, dado que era también un esqueleto, pero era una especie de costumbre que tenía. La pierna perdida de Papyrus entró al quirófano, dentro se escuchó que un estante se caía. 
-Lamento la demora, mi Rey, -Dijo Gaster- Pero el niño sufrió muchos daños, tiene un tobillo roto, algunas costillas fracturadas y una contusión en la cabeza
-¿Cuál es su estado, Doctor? –Dijo Toriel, al borde del llanto- 
-No voy a mentirles, majestades, este niño está muy grave, por ahora, está estable, pero no sé si vaya a sobrevivir la noche. Sus heridas fueron terribles, lo siento.
Asgore abrazó a Toriel, quien ya no pudo aguantar más, sus ojos ya se veían hinchados por el llanto. Gaster se retiró para hacer un seguimiento del estado del humano, y ellos se quedaron solos… por unos momentos. Un pequeño se les acercó sigilosamente. Asgore sintió un leve jalón en su capa, hizo caso omiso, pero fue un poco persistente. Al voltear, divisó a un esqueleto más, este era más pequeño que Gaster y Papyrus, llevaba una gran sonrisa en su rostro.
-Qué onda, emm, Rey Asgore, lamento interrumpir, pero sus tripas se escuchan hasta mi cuarto –Asgore y Toriel se sonrojaron y voltearon a ver su barriga- Les traje unos fideos instantáneos, pueden ponerles agua caliente, aunque yo los prefiero secos. Una vez intenté comerlos con agua PERONÉ estaban tan buenos.
El pequeño esqueleto les guiñó el ojo después de su pésimo chiste, Asgore no lo entendió, pero Toriel parecía muy divertida con eso.

Pasaron un par de horas, Asgore y Toriel se habían quedado dormidos en las sillas afuera del cuarto de Paty. Gaster trataba de analizar al humano, pero era muy difícil, no sabía nada de su estructura física, pero no parecía que se fuera a desmaterializar al morir, el proceso era diferente. Gaster no tenía ninguna duda de que moriría, nadie soporta tanto daño… los humanos le parecían increíbles. 
No pasó mucho tiempo, hasta que el pulso de Paty empezó a bajar, Gaster sabía que la hora había llegado, llamó a los reyes para que pudieran estar con el humano en ese último instante. Al llegar al cuarto, Asgore y Toriel tomaron una de las manos de Paty. Sin previo aviso, un resplandor comenzó a salir de su pecho, pero no era un resplandor normal, era un resplandor de color azul claro. Los 3 observaban impresionados esto, y entonces del pecho de Paty, surgió eso que los monstruos podía ver y los humanos no, una ALMA. Una alma de color azul claro. Un susurro les llegó a los tres en ese instante.

Todo lo que necesitaba era PACIENCIA para encontrar a una familia que me quisiera, incluso si apenas me habían conocido. GRACIAS.

El alma se quedó inmóvil, Gaster se dio cuenta de que podía manipularla sin tocarla, poniendo sus manos como si fueran un cuenco. Toriel se sentía extrañamente más tranquila, y decidió regresar a las ruinas mientras Asgore arreglaba lo demás. Gaster se llevó a Asgore al laboratorio subterraneo, quería hablar con él.
-Rey, tengo una hipótesis que nos puede ayudar a todos… pero para esto necesito su consentimiento.
-¿De que se trata, mi Científico Real?
-Aún hay mucho que aprender sobre las almas humanas, mi Rey, quiero su permiso para poder analizar esta alma humana, descubrir sus propiedades, sus comportamientos con ciertas sustancias… y su compatibilidad con cuerpos y almas de monstruos
Asgore lo meditó un segundo y preguntó
-¿Para qué querrías hacer eso, Gaster? –Le dijo sin emplear el título de “Doctor”-
-¿Recuerdas cómo logró Asriel pasar la barrera? –Le dijo Gaster, sin dilación- Lo logró justo después de que el humano… cuál era el nombre…
-Chara –Completó Asgore-
-Chara –Repitió Gaster- Creo que Asriel logró absorber el alma de Chara y así pasar la barrera, pero creo que no era suficiente. Quizás podía atravesarla, pero no podía romperla, pero… ¿Y si un monstruo pudiera tener más almas humanas? Creo que sería capaz de destruir la barrera para siempre.
-Me estás pidiendo…
-Sólo digo, mi Rey, que la posibilidad está abierta, aunque nos sería de utilidad conseguir otra alma humana… si tan solo pudiera
-¡Callate ahora, Gaster! –Exclamó con fuerza Asgore- Me pides que haga un genocidio con todos los humanos que caigan por aquí, para que investigues sobre sus almas. ¿Es que estás loco?
-Mil disculpas si lo ofendí, su majestad, pero es la mejor idea que tengo hasta ahora de cómo liberar a nuestro pueblo.
-Encuentra otra manera, analiza esa alma que tienes. Nosotros no la matamos, el humano se lastimó al caer aquí, y no conseguimos salvarlo. Pero no mataré…

Asgore se quedó en silencio, Gaster no lo estaba escuchando ya, tenía en su mano izquierda el alma azul claro, y en su mano derecha, pedazos de hueso se comenzaron a apilar como en una masa, Gaster miraba sorprendido lo que hacía, el alma le estaba dando poder para crear a partir de su energía. Gaster imaginó uno de los planos que había hecho tiempo atrás, planos de un arma poderosa que pudiera ser invocada, pero no lo había podido llevar a cabo, su nivel de magia aún no era tan grande. Pero en ese instante, se materializó. El diseño parecía como el cráneo de un dragón, podía flotar y Gaster lo controlaba, era pequeño, pero con más poder…podía hacer cosas mucho más poderosas.
Asgore lo miró sorprendido, ver el potencial del alma humana, pensar en sus hijos caídos por culpa de los humanos, lagrimas se deslizaron por su rostro, y con una mirada decidida, volteó la cabeza hacia Gaster.
-Comienza con la investigación del ALMA.

Toriel regresó caminando, no tomó el bote expreso. Iba observando la cinta y el cuchillo de juguete, se sentía extrañamente atraída a esos objetos, pero no soportaba tener que verlos, así que tomó una desición. El viento soplaba con fuerza, así que soltó la cinta y el viento se la llevó, fuera de su vista. En cuanto al cuchillo, subió hasta el techo de su casa, y con lágrimas en sus ojos, lo arrojó con toda su fuerza, con los ojos cerrados. Así, jamás sabría en dónde encontrar ambas cosas.

Aquí la ultima parte de paciencia, sig alma, Valentía!!!!!

Historias de las 7 almas humanas UNDERTALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora