PACIENCIA parte 3

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Asgore se sabía de memoria todos los puzles de las ruinas, y los pasó sin dificultad, no se había percatado que Toriel venía detrás de él, él no quería exponerla a un posible peligro, por eso no le avisó nada. Toriel pasó los puzles sin problema tampoco. Al llegar a la parte más remota al oeste de las ruinas, Asgore se encontró con una escena horrible. Una pequeña niña con las ropas desgarradas yacía inmóvil en el suelo, junto a ella, un cuchillo de juguete y en su cabeza su lazo que antes había sido rosa, pero había ido perdiendo color con el tiempo. Asgore tocó su cuello, en busca de signos vitales, sorprendido de la resistencia de la niña, sacó su celular rápidamente. 
-Doctor Gaster –Dijo Asgore- Prepare una camilla y un espacio esterilizado, un humano cayó y está gravemente herido, lo llevaré yo mismo, está vivo, pero sé que usted puede salvarlo
Asgore tomó en brazos a Paty, de su cabeza escurría un poco de sangre y uno de sus pies parecía torcido hacia un lado. Se encontró de frente con Toriel. Ella lloraba desconsoladamente. Veía al humano que había caído, mil imágenes se pasaron por su mente en ese momento.
-¡Asgore –Exclamó con fuerza Toriel- Sálvalo porfavor!

Asgore asintió con decisión y emprendió una carrear digna del monstruo más rápido del subsuelo. Era muy grande, pero no era nada lento. El pequeño lazo se escabulló de la cabeza de Paty, cayendo a escasos metros de los pies de Toriel, sin dilación, ella recogió el lazo y el cuchillo, los admiró por un momento y se hincó en el suelo para llorar. Asgore corría con precisión entre las ruinas hasta que salió y continuó por el camino del bosque exterior. Llegó Snowdin, y emprendió rápidamente al norte, hacia el barquero. 
-Buenas noches, Rey –Dijo el encapuchado barquero, con tranquilidad- ¿Qué puedo hacer…
-Llévame de urgencia a hotland –Lo interrumpió Asgore-. Rápido, porfavor. 
Sin mediar una palabra más. El barquero le dio dos golpes suaves a la cabeza de gato que tenía el bote en la proa, y este flotó por encima del agua, sin previo aviso, el barco se deslizó por encima del agua con una rapidez que jamás había presenciado el rey de los monstruos, sin ningún percance en el camino, el rey arribó al laboratorio, dónde la camilla estaba preparada en la entrada.
-¡Rey! –Exclamó con sorpresa uno de los ayudantes- ¿Ese es un humano?
-Sí, lo es. Está listo todo… emm
-Papyrus, señor –Respondió el esqueleto- déjelo con cuidado en la camilla, yo lo llevaré con el doctor.
Asgore dejó a Paty en la camilla, y Papyrus no perdió un solo momento, se notaba preocupado, pero a la vez feliz. Jamás había visto un humano en su vida, se veía tan… gordito. Y tenía una masita curiosa debajo de los ojos, algo suave que se podía apretar como arcilla, y…
-¡PAPYRUS! – La voz de W.D. Gaster lo sacó de su pequeño trance- Deja las mejillas del niño y apresúrate
-S… Sí señor- Papyrus corrió con más potencia, metió la camilla en el quirófano y chocó contra la puerta. Se levantó, entró cojeando al quirófano y cerró. Al cabo de un momento, su pierna izquierda trataba de entrar también, pero no podía girar la perilla de la puerta… pobre pierna.

Aquí la tercera parte de paciencia, solo falta una parte 😘 esperenla

Historias de las 7 almas humanas UNDERTALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora