JUSTICIA parte 1

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No lo podía explicar pero, desde el día en que salieron de picnic, Juste no se sentía normal. Él pasaba todos los días junto a ese cuarto al lado del suyo, un desván que su padre utilizaba para guardar todas sus cosas. Desde herramientas hasta algunos muebles viejos que se niega a vender. Pero… en ese lugar había algo muy extraño. Él no recordaba haber entrado ahí por ningún motivo. Pero no había nada, más que; polvo, ratas y arañas. Juste se sentía raro, como si algo le faltara a su vida. Él era feliz, tenía un par de padres amorosos y un montón de cosas para él solo. Al fin de cuentas, él era hijo único, ¿O no? 
Un día, mientras jugaba en el patio con su pistola falsa, se imaginaba a diferentes personas (bandidos o maleantes) para dispararles. A pesar de que era sólo su imaginación, en verdad sabía que les daba. Su padre era un aficionado a las armas, y, un par de veces al mes, lo llevaba a un campo de tiro para practicar. Juste había usado únicamente el arma de su padre, una pistola de rodillo con capacidad para 6 balas únicamente. Era un arma precisa, aunque algo vieja y descarapelada. Su padre la tenía en su cajón al lado de la cama, era muy paranoico. No confiaba en nadie y siempre estaba preparado por si necesitaba utilizarla, de hecho, siempre estaba cargada y tenía una caja de balas de reserva.
Mientras Juste jugaba a dispararle a los maleantes imaginarios, Un zumbido arremetió en su cabeza, como si de pronto empezara a vibrar, era una sensación conocida, era muy familiar. -!Ayúdame Juste!- es lo que decía la voz de lo que parecía una niña asustada, una niña… ¿Quién sería? La voz resonó por todo el cuerpo de Juste, haciéndolo estremecer una vez más. Entonces, de entre los enemigos imaginarios que tenía enfrente, la figura de una niña muy parecida a él, con un delantal blanco y un sartén en la mano apareció. 
-¿Kim? – Preguntó Juste, sin saber bien a qué se refería, pero, al pasar de unos minutos, logró recordarlo todo, el perro, la sartén quemada. Y como se desvaneció todo. Había pasado ya un tiempo de eso, pero… era tan real, no podía ser una alucinación. Sin dudarlo un solo momento, Juste fue a casa a contarle todo a sus papás, pero su respuesta lo dejó atónito. Ellos le dijeron que no, que jamás había tenido una hermana gemela llamada Kim, él había sido el único hijo que habían tenido. Entonces: ¿Por qué estaba imaginándose a una niña, con un nombre y sobre todo que en verdad parecía su gemela? Necesitaba pensar en eso, pero no quería, la idea era horrible. ¿Y si ella murió y él se olvidó? ¿Y si sus padres se lo ocultaban para que él no sufriera? Quizás era ese su fantasma que venía por venganza o algo así como en una película de terror. Pero era real, Kim era real.
Esa noche, Juste estaba sólo pensando en ella, tratando de recordar más cosas, algo que lo convenciera de que eso era mentira, quería que fuera mentira. Pero no, y fue entonces que una silueta apareció en su cabeza, eso, acompañado de tres letras
W.D.G.
La silueta era de una persona calva, parecía vestir una especie de traje negro pero no podía asegurarlo, se veía completamente negro, era muy alto también. Acto seguido, La silueta hizo desaparecer la visión de Kim, como si se la hubiera llevado. Eso fue suficiente para Juste. Se levantó de su cama y buscó a tientas su ropa de acción. Unas botas vaqueras, pantalones azules y un sombrero replica de los que usaban los antiguos vaqueros, con esto se sentía listo. Sabía que esa cosa: W.D.G. le había hecho daño a Kim. Ella, aunque apenas la recordara, él no permitiría que le hiciera más daño. Él tenía que protegerla. Estaba lleno de JUSTICIA.
En puntillas, se dirigió al cuarto de sus padres, ellos estaban dormidos ya. Juste era fuerte, pero para esta misión, él iba a necesitar mucho más que sus puños y sus botas. Caminó lentamente del lado de la cama de su papá, abrió con cuidado el cajón sin hacer ruido y tomó la pistola que guardaba, estaba en su funda, así que la tomó con todo y salió. Quería tomar la caja de balas, pero seguramente haría más ruido. Pensó que, simplemente para salvar a su hermana, 6 balas serían más que suficientes. 
A esa hora, ya no había transporte, así que tomó su bicicleta y pedaleó con fuerza hasta llegar al monte Ebott. No tenía mucha idea de cómo moverse dentro del monte, pero había algo dentro de él que lo guiaba. Todo estaba oscuro, y lograba percibir que la luz de la luna se reflejaba intensamente en las flores doradas que, durante esa época, cubrían gran parte de la superficie de la montaña. Él podía ver algo que nunca nadie logró, un camino, marcado por líneas de flores doradas que se veían, ahora, más brillantes que nunca. Continuó pedaleando, hasta que se topó de frente con el claro donde habían estado teniendo su picnic él y sus padres. En ese momento, los recuerdos llegaron a él de nuevo. El perro haciendo que Kim la siguiera, el como el mareo no lo dejó mover, pero esta vez, él también seguiría al perro.
Las flores amarillas lo guiaron justo al acantilado, donde Kim había desaparecido, aun era un misterio el por qué la había olvidado, pero lo descubriría al bajar. Puso la pistola enfundada en su cinturón, se ajustó el sombrero. Tenía algo que tanto era una debilidad como un don. Cuando se trataba de Kim, nada le daba miedo. Entonces, sin ningún atisbo de duda en su mirada, corrió hacia el acantilado velozmente y saltó, evitando caer sobre cualquier piedra. Cayó hasta la parte del acantilado donde ya no se veía nada, esa parte oscura que nunca nadie había visitado.
Espérame, Kim, voy por ti

Mientras caía, es como si Juste hubiera perdido la consiencia, era como si se hubiera dejado volar, dentro de sí tenía un gran espíritu, alimentado por la JUSTICIA, pero había algo más resonando dentro de él, algo que hacía que se sintiera en casa, ahora lo había entendido todo. El hecho de caer en ese agujero, provocaba que, en el mundo humano, tú ya no existieras. Se borraba lo que habías hecho, salías de las memorias de la gente que conocías y todo se regeneraba, creando una nueva realidad como si jamás hubieras nacido. Este lugar, ese agujero, era como si estuviera en otra realidad, por eso nunca nadie consiguió llegar ahí, pero ¿Cómo logró llegar Juste a esta conclusión? ¿Cómo es que le caer de un precipicio le dio todas las respuestas? Entonces, una voz llamó su atención, era dulce.

Juste, tienes que despertar. Para ir ahí, no sólo necesitarás tu Justicia
Debes estar DETERMINADO a salvar a tu hermana.
Me llamo…

En ese momento, Juste despertó, había caído sobre una cama de flores doradas. Los pétalos de estas flotaban, como si recién hubiera caído hace un momento. Aún tenía la pistola en su cinturón, el sobrero se le había soltado, pero había caído cerca de donde estaba. Se sentía diferente, algo había cambiado dentro de él. Pero no había tiempo de pensar. Ahora que estaba dentro, podía recordar todo perfectamente. A su hermana, los perros, todo lo que habían hecho juntos. Ahora mismo él no existía en el mundo, pero una duda lo carcomía. ¿Cómo se sabía que los niños desaparecían en el monte Ebott si su existencia se borraba luego de caer? Aunque averiguaría eso después. Tomó su sombrero y corrió a través del pasillo, por lo que parecían las ruinas de un antiguo palacio. Había diferentes instrucciones en los muros, como si se tratase de juegos o puzles que se tuvieran que superar para pasar, pero estaban desactivados y las puertas estaban abiertas. En los recuerdos que su hermana le compartió, podía ver múltiples criaturas, monstruos. Pero en ese lugar no había nada, Juste tenía un mal presentimiento.

Historias de las 7 almas humanas UNDERTALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora