Historias de las 7 almas humanas UNDERTALE

INTEGRIDAD Parte 5

Dentro, Undyne se había relajado un poco, pero aún estaba sudando, su temperatura corporal aumentó. Ingrid olvidó el té y se puso a ponerle trapos mojados en su cabeza, para hacerla que se enfriara, pero era inútil, su temperatura aumentaba, al grado de que incluso parecía quemar. Fue entonces, cuando Undyne dejó de moverse. Ingrid soltó una lágrima, la abrazó, la besó. Le pidió que no se fuera, no podía abandonarla ahí. No conocía a nada, había salido muy poco en todo ese tiempo y no conocía a nadie más en el subsuelo. Un respiro de Undyne alivió esa desesperación de Ingrid. Estaba viva, no sabía que los monstruos al morir, se convierte en polvo. Ingrid Se alegró y volvió a su trabajo de ponerle trapos mojados en la cabeza, pero cuando estuvo a punto de ponérselo, la mano de Undyne se lo impidió, la tomó de la muñeca con violencia.
-¡Humano! –Dijo Undyne- Serás atrapado

-En nombre del rey Asgore –Pronunció Gaster, con una malévola sonrisa afuera de la casa.
En ese momento Ingrid se soltó y corró hacia la cocina, Undyne se levantó con agilidad y la persiguió, era claramente más fuerte. Ingrid trató de salir de la casa, pero algo bloqueaba la puerta, Undyne alzó su mano derecha, poco a poco, una lanza de color cyan se materializó en su mano, parecía estar hecha completamente de luz. Undyne parecía sufrir al generar esa mágia que Ingrid no conocía. Sin ningún remordimiento, Undyne le arrojó la lanza a Ingrid. Ella logró esquivarla por poco, su agilidad al ser bailarina se había desarrollado mucho. Undyne generó dos lanzas más, una en cada mano, ambas las lanzó e Ingrid las esquivó de nuevo. Se logró meter al cuarto y atrancar la puerta. Undyne estaba enloquecida, generaba lanzas y las arrojaba con fuerza, sus manos ardían. Sus ojos expulsaban lágrimas a chorros.
Ingrid, dentro del cuarto, tuvo sólo una idea. Tenía que hacer que Undyne la recordara. Tomó el leotardo, las medias, el tutú y las zapatillas. Si la veía vestida como la primera vez, quizás haría que recordara todo, era su única esperanza, aún estaba llena de INTEGRIDAD.
Undyne rompió la puerta después de algunos golpes, dentro, encontró a Ingrid, su pecho estaba encendido en un poderoso color azul
-¡Undyne! Recuerda todo lo que eres, recuerda lo que somos. –Gritaba Ingrid con asertividad- 
Undyne pareció retroceder, verla de esa manera, le trajo todos los recuerdos del día en que la conoció, su poder bajó un poco
¡Hazlo!
La voz de Gaster enfureció a Undyne, generó una lanza algo más pequeña y la lanzó. Ingrid, por inercia, puso sus manos al frente, ella sabía que en ese momento iba a morir, pero no. Ella se rehusó.
Un resplandor de color verde cubrió las manos de Ingrid, evitando el golpe sin ningún rasguño, Undyne, al ver esto, se llenó más de furia incontrolable, generó 2 lanzas en cada mano, y las lanzó todas al mismo tiempo, Ingrid logró detener dos de ellas, las otras dos pasaron junto a su cuerpo, desgarrando el tutú. Ese espíritu de pelea, de supervivencia. Estaba escondido en Ingrid, pero existía y era muy fuerte.
-¡Undie Por favor, recuérdame!
Ingrid se desmoronaba, el temor la hacía retroceder, y el amor la hacía no querer atacar, pero, ¿Y si no ataca y es asesinada? ¿Cómo se sentiría después si atacaba a su amada? Ella no atacó. Undyne, por su parte, generó esta vez 3 lanzas en cada mano, gritaba de dolor al hacerlo, pero no podía controlarse, dentro de sí misma, se decía “Detente” pero no lo lograba. Lanzó los 6 proyectiles al mismo tiempo. Ingrid detuvo 3, los otros 3 la dañaron en sus brazos y una pierna. Ingrid cayó al piso, no podía más. Undyne generó una última lanza. Se acercó con calma hacia Ingrid, sus pies y manos temblaban, 
¡NO LO HAGAS, PORFAVOR NO LO HAGAS! Gritaba Undyne desde el interior del monstruo, pero no lo podía evitar. Ingrid volteó hacia arriba para verla, estaba hincada, con los brazos lastimados y una pierna sangrando. Ella sangraba, los monstruos no hacían eso. Con una enorme sonrisa, Ingrid pronunció sus últimas palabras a la mujer que amaba. La tomó por las mejillas escamosas y le dio un último beso. La lanza entró en su pecho sin obstáculos. Atravesó su cuerpo entero. Ese golpe emocional fue lo único que logró despertar a Undyne de su letargo. 
Lágrimas escurrían de los ojos de Ingrid y de Undyne, esta última abrazaba el cuerpo sin vida de Ingrid. La sangre escurría de su cuerpo, Undyne lloraba y lloraba desconsoladamente. Sus desgarradores gritos hicieron que la gente que fuera pasando cerca de su casa se preocuparan. Llamaron a la guardia real. Al saber que lo que pasaba era en casa de Undyne, Asgore acudió también. (Moon: Me afecto mucho esto ;-; pobre Undyne :'''v)

Todos se encontraron con una escéna desgarradora. Undyne abrazaba el cuerpo de Ingrid, estaba manchada de sangre y lloraba como jamás se le vería llorar de nuevo. Gaster había desaparecido antes de que todos llegaran. Una curiosa pareja de novatos en la guardia real tomaron a Undyne y la levantaron. Justo cuando eso pasó, el resplandor de color azul en el pecho de Ingrid se apagó y su alma surgió. Un fuerte resplandor de color azul inundó el lugar entero. La pareja de guardias se llevaron a Undyne al otro cuarto y Asgore tomó el alma de Ingrid. Podía sentir que su poder era mayor, no sabía por qué… Gaster sí lo sabría.

Un tiempo después, Undyne pudo continuar con su entrenamiento, Asgore logró convencerla de que el alma de Ingrid sería empleada para su libertad, que su muerte no sería en vano, y que ella debía continuar. Le costó trabajo a Undyne, pero al final, se volvió el ícono de fortaleza de todo el subsuelo, y era considerada el monstruo más poderoso de todos. El pequeño collar de cristal que le había dado Ingrid se lo colocaba, todos los días. La recordaba al hacerlo, a veces lloraba, pero en definitiva, su fortaleza aumentó. 

En otro lado, el doctor Gaster hablaba con Asgore, y con la ayudante y aspirante a científico real, Alphys. Les explicaba las propiedades que tenían las 3 almas, cada una daba una fortaleza distinta. La azul claro proporcionaba control y paz a quien entraba en contacto con ella, la amarilla aumentaba el poder y la azul oscuro potenciaba en gran medida el primer ataque que se hacía. Fue entonces cuando la propuesta entró al fin. Gaster sugirió a Asgore que necesitaban algo para controlar este poder, algo para que no estuviera en “crudo”. Necesitaban “extraer” el poder del alma.
Asgore lo meditaría, aunque la respuesta afirmativa era clara. 

Un extractor…