Ella era el plan, su objetivo era conquistar los corazones de los Mikaelson que aún no superaban la muerte de la reina. Grace, que era más que una simple arma, iba junto con la Trinidad a derrocar a la jerarquía que llevaba un milenio en funcionamie...
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CHAPTER TWENTY TWO | BROKEN CROWN
Aya observó como los dos hermanos originales eran metidos en el agua bajo la atenta mirada de sus brujas, las Hermanas. Nunca se había sentido tan orgullosa al ver que finalmente lograrían por lo que tanto habían luchado, que serían libres por fin de ese calvario que suponían estar vinculados a esos monstruos. Respiró hondo y sumergió sus dedos en las aguas oscuras del estanque, observando como los dos cuerpos flotaban mientras sus mentes, en otro lado, se encontraban ocupadas obteniendo su merecido.
Una por una las Hermanas fueron preparándose para el hechizo, a medida que la bruja que guiaba todo hacía una revisión, claro está, también tomando en cuenta su propio beneficio. De alguna manera tendría lo que le habían prometido, y no le importaba sí tendría que enfrentarse a los Strix para obtenerlo.
Tras varios minutos en un confortable silencio el sonido de la suela de los zapatos del nuevo jefe del círculo, hizo que Aya abriera lentamente sus párpados. Sus oscuros ojos, casi negros como el carbón, miraron con tranquilidad a los hermanos
－¿Algún problema?
－No, ya casi está －respondió con la misma tranquilidad en la que se encontraba, con una suave sonrisa en su cara que era casi imperceptible－. A partir de hoy, sus imprudencias no serán más una carga para sus descendientes. Miles de vampiros de todo el mundo serán liberados de la tiranía de los originales －dijo alzándose, para voltearse y acercarse a su jefe－. Me alegro que estés aquí, Marcel. Mantente cerca cuando ocurra.
－No iré a ningún lado－ le aseguró negando con la cabeza.
La vampira le sonrió antes de irse hacia la otra habitación dejando al moreno a solas con el aquelarre, estaba claro que ella seguía sin fiarse de Marcel pero tarde o temprano lo sacaría de su puesto, él pertenecía a un linaje diferente a los de ellos sin dejar de lado que sus intenciones no eran las mismas que las del círculo. Antes incluso de desaparecer por la esquina, lo miró de reojo con desconfianza. Vio como se acercaba a la bruja y sin necesidad de oír la conversación pudo saber con certeza que iba a tratar de boicotear lo estaba a punto de realizarse, pero el rey de la ciudad no era capaz de ver la obsesión de Davina con Kol que haría cualquier cosa por tenerlo con ella. Sí no hubiese sido así, claramente la joven bruja no estaría liderando a las suyas.
Tras un último vistazo Aya fue a reunirse con los suyos en la habitación, en donde le esperaba Grace bajo la custodia de dos vampiros de los Strix. Digamos que el día entero que llevaba allí no le había hecho pensar en las opciones que tenía, aunque por su expresión deducía que ya sabía que le esperaba: tanto si cooperaba como sino acabaría muerta por sus decisiones.
Con un gesto de cabeza de la vampira, uno de los suyos agarró por la nuca a la bruja alzándola para que se quedara de pie y mirarla fijamente a los ojos.
