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—Aquí está bien— le avisó el rizado sentándose en el asiento con las palomitas en una mano y su refresco en la otra.

El mayor solo asintió y se sentó a su lado, con su refresco en la mano.

La sala donde se iba a proyectar la película estaba casi llena, solo faltaban algunos minutos para que la película diera comienzo.

—Oye—musitó el castaño y Joel lo miró prestándole atención— yo en serio pude haberme pagado mi refresco— Joel bufó y rodó los ojos, Chris había estado jodiendo con lo mismo desde que él pagó las bebidas.

—Christopher, deja de joder con lo mismo, si quieres la próxima te lo pagas tú.

—¿Próxima?

—Si tú quieres— se encogió de hombros y volvió a acomodarse en su asiento.

Chris con sus ojitos brillando de ilusión asintió con una sonrisa, volviendo a posar su vista en la pantalla que aún seguía en negro.

Se quedaron en silencio varios minutos. La gran pantalla se alumbra y Chris sigue con su mirada pegada en la pantalla sin dejar de comer palomitas, mientras que Joel mira de reojo a la persona que se ha sentado a su lado y no puede disimular cuando ve que es un lindo chico, y gracias a las luz de la gran pantalla logra captar esos lindos ojos verdes.

—¿Qué me ves?— preguntó el ojiverde un tanto molesto por la penetrante mirada de aquel extraño.

—Eh..., hola— muerde su labio inferior sin saber que decir, suspira mirando sus hermosos ojos verdes— lo siento, es que me encantan tus ojos.

El ojiverde lo miró impactado ante tal halago que no esperaba, mientras que el rizado se quedó en silencio algo apenado y queriendo morir por la vergüenza.

Chris, quien había seguido la vista de su amigo apenas notó que no estaba viendo la película, escuchó todo y no pudo evitar sentirse algo frustrado y triste, con una rara presión en el pecho.

No era la primera vez que sentía eso, celos. Joel siendo un chico lindo siempre atrajo a varias mujeres y varones. Pero no quería admitir que estaba celoso, nunca.

Además, por más que quisiera, no podía armarle una escena de celos solamente porque estaba hablando con alguien, y a parte porque ellos eran solo amigos. No tenía derecho alguno de hacerlo.

—Joey—tocó suavemente su hombro y el recién nombrado lo miro— la película ya va a empezar— intentó llamar su atención para que deje de prestársela al otro chico.

—Bien— fue lo único que dijo y se volteó para seguir hablando con ese tipo.

Abrió la boca indignado, suspiró molesto y se acomodó mejor en el asiento para así, por lo menos, poder disfrutar de la película.

(editado)

ғʀɪᴇɴᴅs ; ᴠɪʀɢᴀᴛᴏ [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora