―¿Esperando correspondencia?― me cruce de brazos mirando a Steve, al parecer estaba ansioso por recibir otra de esas ridículas cartas pero para su mala suerte eso no iba a pasar no hoy, no tenía la inspiración para redactar algo.
― No― respondió cerrando su casillero.
― Eres pésimo mentiroso ¿Que va pensar Sharon sobre que su novio espera la correspondencia de otra chica?
No dijo nada, cogió sus cosas para pasar delante de mi e ir directo al gimnasio, sonreí para mis adentros al parecer a Rogers si le fascina eso de la cursileria no va conmigo pero si eso hace que al menos pueda acércame de a poco a él creo que tendré que hurgar en mi mente y sacar más de esas palabras.
Días después...
― No tengo nada― mire a Hill y el pedazo de papel que descansaba en mi escritorio. ― Nada― repetí dándome un leve golpe con el lápiz en la cabeza como si aquello ayudaría a sacar un par de palabras.
― ¿Como le has hecho la otra vez?
― No sé, sencillamente salió.
― Pues busca en el fondo de esa cabezita tuya...― Hill me resto importancia mientras se colocaba un barniz rojo en las uñas de sus manos.
― Iré por algo de tomar― me despegue del escritorio para bajar a la cocina quizá alguna bebida podría refrescar mi mente, de camino a la cocina intentaba armar un par de palabras que se escucharan lindas pero no lograba colocarlas en el orden correcto...
― Yo te amo más― podía oír un par de risas seguidas de las palabras.
Era Sharon y Steve y aquella escena de un intercambio de besos sencillamente le provocaba una especie de retortijones en el estomago, aunque no solo le provocara nauseas aquello basto para que las palabras que ya habpian tardado en llegar se colocaran en su cabeza, dejo de lado la bebida y fue directo a su habitación donde sencillamente no podía despegar el lápiz del papel.
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Como solía ser Rogers se dirigió a su casillero después del entrenamiento, su mente se había alejado un poco de aquella nota que recibió hace ya varios días, fue hasta que abrió su casillero que fue consciente que su admiradora secreta había vuelto a escribir, por lo cual cogió entre sus manos el pedazo de papel colorido...para empezar a leer
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Los orbes azules de Rogres se deleitaban con cada linea que iba leyendo una sonrisa de lado se dibujo en sus labios, soltó un suspiro mientras envolvía de manera cuidadosa aquella carta que aunque fuese algo corta le provoca un sierto efecto con cada palabra, no sabía de quien se trataba pero si sabía que Sharon no era la autora de aquellas palabras.
