16. 🍀

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Día 6.

- ¡Estoy tan emocionada!

- Izzy, ni siquiera los conoces.

- Lo sé, pero has visto ¿cómo se miran? Por el ángel, sus ojos brillan  mucho y están llenos de amor cuando se miran, se nota a distancia. Es como tú y Magnus se miran. - las mejillas de Alec se tornan de un ligero color rojo.

- Llevan un día y medio con nosotros, no puedes notar eso en tan poco tiempo.

- Oh, mi querido hermano. Claro que puedo. Cuándo dos personas se aman, es imposible ocultarlo y como yo soy una gran observadora, puedo notar lo mucho que esos dos se aman.

- Hey! Izzy, Alec, vamos que ya empieza la ceremonia - Clary grita para que se apresuren a tomar sus asientos.

El patio trasero de los Lightwood estaba lleno de enormes decorados, muchas flores blancas, sillas color azul. Al fondo de todo, un hermoso altar guiado por un camino de pequeñas flores amarillas y verdes.

Entre Isabelle, Magnus, Raphael y Ragnor habían hecho un trabajo asombroso.

Eran pocas personas las que estaban presentes.

Isabelle, Alec, Magnus, Jace, Clary, Simon, Rosa ( la hermana de Rapha), y unos cuantos familiares de los novios.

El lugar era perfecto, todos vestían sus mejores vestidos y trajes. Aunque sin lugar a dudas Magnus Bane, siempre vistiendo para impresionar. Su novio no dejaba de mirarle todo el tiempo, y es que a los ojos de Alec, él se veía perfecto o incluso más que eso.

Sin embargo Alec tampoco se quedaba atrás, con su traje elegante azul marino, camisa blanca acompañado con moño negro. Sus ojos resaltaban más que en cualquier ocasión. Alexander nunca fue de vestir elegante o formal, pero esa era una ocasión especial. Sin en cambio, su cabello negro tan despeinado como siempre estaba. En opinión de Magnus esa pequeña característica de él, lo hacía ver más sexy.

Tanto Magnus como Alexander se miraban con deseo y amor.

Sus miradas lo decían todo y claro que Isabelle podía notarlo con una sonrisa satisfecha, ella sabía lo mucho que se querían y deseaban.


Pov Alec.

Magnus estaba a un lado de Ragnor, pues él era un padrino. Hace un minuto cuando entró y me miró, mi piel se erizó y mi corazón comenzaba a latir como loco.

Todo mi ser necesitaba de él, yo lo amaba. Porque no necesitas conocer por mucho tiempo a una persona, para poder amarla toda la vida, o tal vez hasta después de la vida.

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Cuando la ceremonia terminó, todos estaban disfrutando de la fiesta, Izzy y Simon bailaban, Jace y Clary asaltaban la mesa de bocadillos, Ragnor y Rapha perdidos en su propio mundo, sentados en la mesa principal. Izzy tenía razón a distancia se puede notar que se aman y su completa felicidad.

Y yo, bueno yo estoy en busca de mi hermoso chico. En dónde demonios se habrá metido.

Voy hacia Izzy a preguntar si no a visto a Magnus.

- Oh si, está adentro. Dijo algo sobre retocar su cabello. No lo sé Alec, busca a tu hombre.

- Gracias, Izzy.

Ella vuelve a su baile con Simon y yo voy a mi habitación porque creo yo, es el único lugar para retocarse.

La música es ensordecedora por lo que no escucho cuando Magnus me abraza por la espalda y besa mi cuello.

Ladeó un poco más mi cabeza para poder darle libertad de besar mi cuello.

- ¿Dónde has estado? - dijo con un jadeo.

- Arreglando una cosas - susurra contra mi cuello y mi corazón se acelera - Nada importante, no hay de que preocuparse.

Separa sus labios de mi cuello y me giro para quedar frente a frente.
Su mano acuna mi mejilla y me besa lenta y perfectamente. Aún no entiendo cómo es que sus labios encajan tan bien con los míos.

- Alexander te ves tan sexy con este traje - dice contra mis labios.

- Y tú te ves tan deseable. - ambos sonreímos y nos separamos.

- Ven, vamos a disfrutar de la fiesta - toma mi mano y salimos.


Pov Magnus.

Estaba anocheciendo después de tantos bailes y sonrisas.

La hora del brindis había llegado.

- Yo sé que a penas los conozco, pero como se lo dije a mi hermano, en sus miradas se nota todo el amor que ambos se tienen. Así que salud, por está hermosa pareja que tiene mucho que vivir y disfrutar. - todos aplaudían ante las palabras de Isabelle.

Alexander estaba ahora frente al micrófono con sus mejillas rojas.

- Yo, bueno realmente no soy bueno con las palabras. Así que solo diré que creo en el amor verdadero, y al parecer ustedes lo encontraron, se encontraron. Tal vez no pensaban que una pequeña mirada coqueta podía llevarlos hasta esto... hasta su matrimonio. Ahora ambos están unidos, tal vez en unos años hasta hijos tendrán o no lo sé. Solo sé que el amor lo es todo, disfruten cada momento juntos porque nunca sabrán cuando será el último te amo. Los felicito y estoy seguro de que serán más que felices - sus palabras dirigidas a Ragnor y Rapha me hicieron soltar una pequeña lágrima. Todos aplaudían, gritaban y chiflaban, yo creo que fueron las palabras más hermosas que se han dicho en toda la noche.

Bien. Mi turno.

- Vaya, quién lo diría mis dos mejores amigos ahora unidos por el matrimonio. La primera vez que los ví hablando tímidamente, pensé oh estos dos terminarán casados y aquí estamos, yo siendo el padrino de la boda que siempre espere. He sido testigo de la evolución de su amor, yo sé que no fue fácil llegar hasta aquí. Catarina nuestra amada amiga decía su historia de amor es mejor que la de crepúsculo, y ya lo creo porque ustedes han pasado por momentos que nadie pudiera comparar con alguien más. Estoy tan feliz y orgulloso por ustedes. Le deseo lo mejor y ¡Que viva los novios!

••••••••••••••••••

- Shh! No hagas ruido Magnus, los vamos a despertar. - susurró Alec mientras los dos soltabamos risitas.

- No es mi culpa que este ebrio y no pare de hablar - ví a mi novio sonreír.

- Yo estoy igual y no por eso ando diciendo cosas sin sentido a las 4:00 de la mañana.

- Aquí hay mucha gente, vamos a mí departamento.  - entrelaza nuestras manos.

- Vamos, pero yo maneja tú. Yo no puedo... - choco mis labios contra los suyos.

- Estaremos bien, vamos.

Salimos de su casa para dirigirnos a mi departamento.

Veinte minutos después seguimos riendo como estúpidos, tratando de no chocar con todo lo que se cruzaba por nuestro camino.

Al subir al ascensor perdí la poca cordura que me quedaba. Me besaba con desesperación haciendo mi cuerpo chocar contra el espejo del ascensor, mis manos sobre su nuca y cabello, enredando mis dedos entre sus mechones.

Sus manos sobre mis caderas aferrándose a mi. Su lengua enredada con la mía se movían para después explorar en totalidad mi boca, mis dientes mordiendo sus labios son control hasta que un gemido de Alec me hizo parar para luego bajar mis labios hasta su cuello y no pude llegar a más porque el maldito ascensor se abrió, dejándonos frente a la puerta de mi departamento.

Sus labios tan hinchados como seguramente los míos estaban.

- Eso fue... - susurró.

- Muy sexy - termino por él.

- Y caliente - afirmó él para luego entrar a mi departamento besándonos de nuevo.

Íbamos a terminar lo que empezamos.

Gracias por leer. 💚
Siguiente capítulo ya saben que vendrá. 😏🔥

Don't let me fall. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora