24 (FINAL) 🍀

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El ruido de la máquina que registraba los latidos de Magnus se hizo presente. Alec sabía lo que significaba, pero a él no le bastó. Aún no podía creer que el gran amor de su vida se haya ido. Él no lo creía y su corazón no lo soportaba. Besó los labios de Magnus y comenzó a llorar, su llanto era doloroso, era desgarrador porque así estaba si corazón, roto y desgarrado.

- ¡Basta! !Basta! Vuelve, vuelve conmigo. Entiende que te necesito, llévame contigo. Te prometí que estaríamos juntos, incluso después de la muerte. - las lágrimas del ángel de Magnus caían sin parar, los doctores que entraron a la sala trataban de sacarlo de ahí.

- ¡Sueltenme! ¡Que me dejen, entiendan! - Alec gritaba. Él no quería separarse del que era su esposo.

- Alec, hermano. Por favor sal de aquí. Los doctores tienen que actuar. Tal vez puedan salvar a Magnus. - la hermana menor de Alec estaba asustada, triste y sentía el dolor de su hermano.

- ¡Él no se puede ir! Lo amo, entiendan. - dijo antes de que Jace lo sacará de la habitación.

Alec se lanzó a Jace, lo abrazó. Jace dejo que su hermano pudiera desahogarse.

- Shh, tranquilo Alec. - y es que a pesar de todo Jace y Alec eran una pareja de hermanos ordinaria. Casi podían sentir lo mismo que el otro. Jace era el único que podía hacer que Alec se tranquilizara, ellos compartían una conexión única. Todos lo sabían, incluso Magnus se dio cuenta de ello. Por eso él le había pedido a Jace que si algo le llegase a pasar el rubio cuidaría de Alec más que a nadie, como si su vida dependiera de ello.

- ¿Porqué todo lo bueno en mi vida, se va? - susurró Alec.

- No lo sé, la vida siempre será complicada.

- Lo amo Jace, no sé qué haré sin él.

- Lo superaremos juntos, ¿Si?. Estaremos todos contigo, Izzy, Clary, Simon e incluso Rapha y Ragnor. Todos estaremos contigo.

- Siento como si debiera sonreír, aunque me este rompiendo. - y es que la voz de Alec daba la impresión de que todo en él estuviera roto. Aunque en realidad, así estaba, roto.

- Dios, Alec. No digas eso.

- Gracias Jace, por estar conmigo.

- Siempre Alec, siempre estaré para ti.

••••••••••••••••••

Las horas se pasaban como una eternidad, o eso pensaba Alec.

Magnus Bane Lightwood.
Hora de muerte     3:30pm.
Donador de órganos.

Una simple hoja que tenía que firmar Alec por ser su esposo. Pero Jace sabía que su hermano no estaba en condiciones para hacerlo, así que como ambos tenían una firma parecida, Jace firmó por él.

Para el anochecer ya todos se encontraban en la casa de los Lightwood. Todos llorando, era difícil no hacerlo cuando se perdía a una persona que es amada. Una persona que alegraba sus días con solo su presencia. Porque Magnus Bane era pura felicidad. La felicidad de Alec.

- ¿Qué es lo más extrañaras de él? - Isabelle sabía que era una pregunta tortuosa, pero necesitaba que su hermano dijera todo lo que sentía. Alec le dio una mirada llena de tristeza.

- Extrañaré su voz, su voz diciendo que me ama. - Alec rompió en llanto de nuevo. Esto era demasiado para él.

- Oh, cariño. - Izzy lo abrazó con fuerza. Ella sabía que esto no iba a ser fácil para él, sabía que Magnus había dejado una huella imborrable en su hermano.

- Izzy, necesito estar un momento a solas. Quisiera pensar y desahogarme. Podrían irse, aunque sea unas horas, ¿Si? - la mirada de Alec suplicaba, su hermana comprendió y solo asintió con la cabeza. 

- Está bien, hermano. Sabes que te amamos, ¿Verdad?. - Izzy beso la frente de su hermano e hizo una seña para que todos salieran de la casa.

Pov Alec.

La casa vacía y fría. Así como mi corazón. La vida es una asquerosa mierda, porqué cuando había hecho algo bien por primera vez en mi vida me lo arrebata de esta manera. Magnus era lo único bien que había  hecho en mi vida.

Yo sé que le dije adiós, pero en la garganta me quemaba un no te vayas, por favor.

Mi vida será un asco sin él. Pero es que es simple, yo quería a él, no el mundo. Soy un egoísta por pensar así, pero como pretenden que siga viviendo así, sin mi amor, sin el hombre que se llevó mi corazón. Pero nadie sabe lo horrible que es ver los pedazos en el suelo de mi mundo que se vino abajo.

Nunca me gustó que mi casa tuviera tantos pisos de alto, pero tal vez en este momento lo agradezco. Con mucho pesar subo las escaleras hacia el último piso.

Mi amor, tan solo espera. Esto no tardará, te encontré. Aquí, dentro de la obscuridad yo abriré paso, no importa donde estés porque yo te encontraré.

El aire sopla muy fuerte, es una noche triste, con las calles solas. Ja, que ironía. Ahora para mí todos los días serán gris o tal vez no, si tomo la decisión correcta. Desde pequeño le tuve miedo a las alturas, pero ahora es mi mejor solución.

Magnus, amor puedo sentirte esta noche.

Puedo sentir el vacío bajo mis pies. Un paso más y estaré con mi esposo, solo un paso más.

Tú serás la luz y me guiarás a mi hogar, cuándo no tenga un lugar a donde ir. Tú serás la voz que siempre sabrá cuando este perdido y solo. Y yo no te dejaré ir.

Perdóname Izzy - mis lágrimas de nuevo caen, pero el viento se las lleva. - perdóname Jace. Los amo tanto hermanos, pero ya no tengo motivo para seguir vivo. Se que con el amor de su vida a lado suyo estarán bien y podrán soportar mi partida.

- ¡ALEC! - la voz de Izzy me rompe el alma. - Por favor hermano, baja de ahí.

- Te amo Izzy. A ti y a Jace. - mi respiración se entrecorta.

- Por favor, por favor Alec. Te necesitamos, no nos dejes. - mi corazón se termina de romper con las palabras de mi hermano.

- Lo siento. - mis palabras hacen eco en el aire frío.

Doy el paso que cambiará mi futuro.

- ¡NOO! - los gritos de mis hermanos se hacen presentes, pero en este punto ya no puedo escuchar nada más.

Te encontraré, te buscaré y encontraré en esta obscuridad. Porque nuestro amor no termina aquí, nuestro amor vivirá por siempre, en esta vida y en las que están por venir.

De un momento a otro dejo de sentir mi cuerpo y solo me dejó llevar por la oscuridad. Se que voy a encontrar a Magnus, lo sé porque aún después de la muerte lo amaré con cada parte de mí.

Espera un poco mi amor, ya estoy cerca de ti.

Te puedo sentir, todo en mí te siente. Una enorme luz dorada me consume.

- ¿Ángel? - esa voz, la reconocería en cualquier lugar.

- ¿Magnus? - siento esperanza.

- Oh, mi hermoso ángel. No tienes porque estar aquí. - trato de acercarme, pero me detiene.

- Te dije que te encontraría, aún dentro de esta obscuridad. Aku cinta kamu Magnus.

Fin.

Mañana el Epílogo.
Gracias por leer. 💚

Don't let me fall. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora