Un Amor Inolvidable - Capítulo 18

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Se despertó cuando ya estaban llegando, y únicamente porque le dolía el cuello del ángulo tan incomodo en el que se había quedado dormida. Dani la miro brevemente y volvió a concentrarse.

- Ya queda poco.

Silvia sonrió.

- Sí, creo que me acuerdo de donde viven mis padres.

- Primero iremos a casa, y luego ya iremos a visitar a tus padres. Tengo que ducharme y cambiarme.

- Ah…y eh, ¿a qué casa vamos entonces? Mi piso queda por el bario de…

- Vamos a nuestra casa, ya la veras.

Silvia se quedo muda el resto del viaje, no sabía muy bien que esperar. Cuando por fin aminoraron velocidad, Silvia no reconocía la calle, que estaba llena de casas enormes y preciosas. Dani se situó delante de una de ellas y abrió el portón con una llave electrónica. Silvia miraba boquiabierta la casa tan bonita que apareció ante sus ojos.

- Es preciosa.

Y no mentía. De aspecto rustico, podría fácilmente haber sido sacada directamente de una revista de hogares.

Mientras ella admiraba la fachada, el parecía haber perdido algo, y lo buscaba soltando maldiciones. Estaba encantador.

- ¿Que pasa Dani?

El la miro antes de seguir palmeándose los bolsillos de los pantalones.

- Las llaves, creo que las he dejado en el piso. En Barcelona…

Volvió a entrar en el coche y miro en todos los huecos. Cuando pareció tirar la toalla, cerró los ojos y apoyo la cabeza. De pronto, salto del coche.

- Tus llaves, dame tus llaves.

- ¿Y qué vas a hacer con ellas, forzar la puerta?

- ¿Todavía tienes la llave que te regale verdad?

Silvia lo miro como si estuviera loco.

- Si, pero…

- Pues dámela.

Aunque extrañada, Silvia hizo lo que le pidió y saco su llave del llavero en el que lo llevaba. Cuando encajo la llave y la puerta abrió sin problemas, Dani la miro con una sonrisa triunfal, pero Silvia se había quedado estupefacta. Dani le había regalado una llave hace más de 6 años. Y esa llave abría la puerta de su casa. ¿Qué demonios significaba eso? ¿Que había comprado la casa para ella? ¿Qué le había dado la llave para vivir juntos? Necesitaba que Dani le explicara algunas cosas, y lo necesitaba ya.

Dani vio que Silvia se sorprendió cuando se dio cuenta de lo que él le había regalado hace ya tantos años. Estaba delante de la casa, temblando y en su rostro se podía ver la sorpresa. Con una mano se tocaba distraídamente el colgante que llevaba en el ombligo, mientras que en la otra apretaba el llavero de donde había sacado la llave de su casa.

Sonó un trueno a lo lejos y rápidamente Dani metió las bolsas de viaje en la casa antes de ir a por Silvia, no pensó que esto podría suponer una sorpresa tan grande para ella. Después de todo, lo que él había sentido por ella en el pasado no era ningún secreto. Con cuidado se acercó a ella.

- ¿Silvia? ¿Va todo bien?

La vio parpadear rápidamente, y le pareció que intentaba esconder unas lágrimas que estaban a punto de caer. Pero Silvia se recupero rápidamente y lo miro. No dijo nada, simplemente lo miro. Así se quedaron un rato, hasta que las gotas de lluvia empezaron a caer sobre su cabeza.

- Vamos Silvia, entremos en casa.

- ¿Porque Dani?

Sonó otro trueno, y la lluvia comenzó a caer con más fuerza.

- Silvia, entra en casa, y hablamos tranquilamente.

Silvia negó con la cabeza y tuvo que levantar la voz para hacerse oír.

- Necesito saberlo. Aquí. Ahora.

La ropa se estaba empezando a empapar y el frio le calaba hasta los huesos, pero Silvia no parecía sentir nada mientras esperaba su respuesta.

- Silvia, vamos a coger una pulmonía. Vamos a entrar y hablamos ¿vale?

No se movió, y el pelo negro que llevaba suelto se le había pegado a ambos lados de la cara. Dani cerró los ojos un momento antes de acercarse a ella y retirarle el pelo de las mejillas mojadas. Dejo sus manos en su cara helada, acariciándola suavemente con los pulgares. Silvia ni se inmuto, seguía esperando una respuesta.

- Compre esta casa para los dos, cuando empecé a ganar lo suficiente para poder comprarla.

La tormenta a su alrededor seguía ganando fuerzas.

- Soñé que algún día tu y yo…

Bajó la mirada, no quería que Silvia viera la tristeza que le daba pensar en el pasado.

- Esta casa es tuya, ¿vale? La compre para ti, y quiero que la tengas tu.

Parecía que Silvia estaba llorando, pero con la lluvia no podía estar seguro. Estaba a punto de cogerla en brazos para llevarla dentro cuando ella lo sorprendió pegando sus labios mojados a los suyos. Dani no lo podía creer, y la abrazo fuerte, apretándola contra su cuerpo y dando vía libre a los sentimientos que llevaba reprimiendo desde que hicieron el amor por primera vez.

Dani cogió a Silvia en brazos para meterse dentro de la casa y refugiarse de la tormenta. Silvia estaba segura que la casa debía ser preciosa, pero ahora mismo, dentro de los brazos de Dani, y con sus piernas alrededor de su cintura, el interior de la casa no le interesaba demasiado. Como estaba temblando, Dani la llevo directamente a la ducha donde la ayudo a entrar en calor, con ayuda del agua, sus manos, su boca… Era como si no se hubieran peleado, como si Dani no la hubiese acusado de engañarla. Como si todavía la quisiera. Silvia se dejo llevar por la fantasía y cuando Dani la seco casi con adoración y la llevo a su cama para hacerle el amor una vez más, Silvia estaba segura de que ya nada podría estropear esto. Lo que fuera que le había pasado a Dani, parecía olvidado y Silvia se sentía en las nubes. Estaba adormilada y noto que Dani se levanto, para un instante después volver a la cama. Le dio un beso en la cabeza.

- Duerme tranquilla Campanilla, ya mañana hablaremos con tus padres.

Silvia quería decirle que no hacía falta, que por su puesto seria su esposa, pero estaba tan cansada que el sueño la venció antes de que pudiera decir nada.

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