Dani separo la cabeza ligeramente para poder mirarla a los ojos. No dijo nada durante un instante.
- Lo criare como si fuera mío.
Silvia se separó de él, empujándolo
- Perdona, ¿qué has dicho?
- Bueno, si Charles quiere formar parte de la vida del niño…
- ¿Y porque iba Charles querer hacer eso?
Dani estaba perdido, ¿porque reaccionaba Silvia así?
- Bueno Campanilla, si el padre es el otro chico, no me importa.
- ¿Pero de que hablas? ¿De verdad crees que he estado con Charles o Miguel?
Dani le miro la barriga, y la esperanza de ser el padre del hijo que Silvia llevaba dentro hacia que le doliera el pecho.
- ¿Silvia?
- Por si no te has dado cuenta, Charles y Miguel son pareja.
- Ah…Pero…
- Yo solo accedí a casarme con él porque sus padres no sabían que era gay y el temía decírselo. Jamás estuvimos juntos de verdad. Yo ya no te tenía a ti, así que no tenía nada que perder casándome con él. Me daba igual.
- Pero tu padre no estaba de acuerdo.
- Exacto.
- Por mí. Porque sabía lo que yo sentía por ti.
Silvia asintió y desvió la mirada.
- Y lo que yo sentía por ti.
Dani la sorprendió besándola apasionadamente. Sin soltarle la cara, la miro, esperanzado.
- ¿Entonces?
La sonrisa radiante de Silvia se lo confirmo.
- Vas a ser papa.
Dani la abrazo emocionado.
- Un hijo. ¡Vamos a tener un hijo!
La preocupación reemplazo a la alegría.
- ¿Está todo bien? ¿Has ido a un médico? ¿Estás comiendo bien?
- Si Dani, todo está bien.
Alargo el brazo con cuidado.
- ¿Puedo…?
Silvia asintió y le cogió la mano para ponérsela sobre la barriga, donde crecía su hijo. Dani parecía haberse quedado sin palabras, y eso que aún no se notaba mucho del embarazo. Aparte de haber ganado un poco de peso y las ocasionales nauseas, Silvia se sentía igual. Mejor, ahora que Dani estaba a su lado.
- Tenemos que volver a España cuanto antes. ¿Tus padres lo saben?
- No se lo he dicho aun.
- Lo haremos juntos.
Le dio un beso lento y suave antes de mirarla con preocupación.
- No podemos volver en avión.
- Si podemos.
- ¿Estás segura?
- Si claro.
- Pues prepara la maleta Campanilla, que volvemos a casa.
Silvia dejo a los chicos entrar y les confirmo que se iba con Dani. Parecían apenados, pero lo entendían. Subió a su habitación después de rechazar la ayuda de los tres hombres para hacer la maleta. Todavía no se podía creer que Dani hubiese venido a buscarla. Si lo hubiese sabido le hubiese enseñado las cosas que guardaba, mucho antes. Sonrió, ahora todo iba a salir bien. Su hijo tendría a su padre y ella tendría a su Dani por fin, después de todos estos años. Jamás pensó que la noche en la que intento seducirle para que no fuera a Barcelona, fuera a darle el regalo de llevar dentro al hijo de Dani. Pero así era. Podía oír a los hombres hablando, parecía que Charles le estaba contando su historia a Dani, contándole porque se habían prometido. Termino la maleta y se sentó en la cama, tendría que llamar a Dani para bajarla ya que pesaba demasiado para ella. Se sentía bien, estaba feliz pero había un pequeño detalle que la preocupaba, porque, aunque Dani la había ido a buscar y le había dicho que la necesitaba, todavía no le había dicho lo que Silvia necesitaba oír. No le había dicho que la quería.