Silvia escuchaba voces apagadas pero no podía distinguir nada. Se volvió a concentrar en el libro que tenía delante, pero cuando la puerta se abrió, este cayó al suelo. Su primer impulso era tirarse al cuello del extraño que acababa de entrar, se parecía tanto a Dani que podría pasar por su hermano, aunque mucho más delgado. Chales y Miguel la observaban sonriendo. No puede ser…
- Hola Campanilla.
Silvia comenzó con un pequeño sollozo antes de ponerse a llorar en serio. Dani se asustó y miro a Charles que le dio un pequeño empujo en dirección a Silvia. Se sentó a su lado y no pudo más que abrazarla con fuerza, hecho que causo otro mar de lágrimas. Dani no sabía si lloraba de alegría o de pena, por lo que la mantuvo en sus brazos hasta que el llanto ceso.
Silvia no podía más, llevaba 2 meses sin ver al amor de su vida, pensando que jamás lo volvería a ver, y ahora estaba aquí, abrazándola. Tenía las hormonas revolucionadas y su cuerpo reacciono al contacto. Se separó un poco de él, avergonzada.
- ¿Qué haces aquí Dani?
Dani no dijo nada. Solo saco el sobre con los papeles del divorcio, y se lo entrego.
- ¿Por esto has venido? Se lo podías haber dejado a mi madre.
Silvia se levantó, dolida. Sentía ganas de llorar un poquito más, pero Dani ya la había visto débil y quería mostrarse fuerte. Dani la miro intensamente, pero seguía sin decir nada. Charles y Miguel parecían haberse esfumado, dejándolos a solas. Y por la manera en la que Dani la miraba parecía que sabía lo que ella trataba de esconder con la ropa suelta que llevaba. Se trató de recolocar la sudadera que llevaba mientras Dani sacaba algo de una pequeña bolsa que llevaba consigo. Cuando Silvia vio lo que llevaba empezó a llorar otra vez. Dani había encontrado su baúl.
Dani espero a que Silvia reaccionara al ver la pequeña figura de campanilla, pero solo lloraba e intentaba taparse la barriga. Había cogido algo de peso y estaba preciosa, pero no sabía cómo hablarle sin hacerla llorar aún más.
- ¿Campanilla?
- ¿Por qué has venido, Dani?
Se levantó y se acercó a ella lentamente, y aunque parecía asustada, no lo rechazo cuando puso sus brazos a su alrededor.
- Te necesito.
Silvia lo miro sorprendida
- ¿Qué?
- Campanilla, te necesito en mi vida. Sin ti no sé quién soy, no sé qué hacer. Estos 2 meses separados han sido peor que los 6 años que estuve sin ti.
Cerró los ojos fuertemente y suspiro.
- Si me dices que no sientes nada por mí o qué prefieres estar con Charles, me voy ahora mismo, lo prometo. Los papeles están firmados así que puedes deshacerte de mí si quieres. Pero si sientes algo, por muy poco que sea, pienso luchar por tenerte a mi lado.
Silvia sonrió incrédula.
- Has abierto mi baúl.
- Si, eso he hecho.
- Has invadido mi intimidad.
- Si, me temo que sí.
- ¿Que más has encontrado?
Dani abrió los ojos y la miro.
- Nos encontré a nosotros. Encontré nuestro pasado en común. Creo… no. Espero que tú hayas sentido lo mismo que yo sentía, y que puedas volver a sentirlo. Aunque sea un poco.
Silvia estaba mareada, pero esta vez era culpa de Dani. El tenerlo tan cerca después de tanto tiempo y oírlo decir todas esas cosas tan maravillosas hacían que sintiera temblorosa y aturdida, pero de una manera deliciosamente buena.
- ¿Dani?
- Dime Campanilla.
- No prefiero estar con Charles.
- Me alegro.
- Pero tengo que confesarte algo.
Dani apoyo su frente en la de ella y se preparó para lo que le iba a decir Silvia. Le dolía que hubiese vuelto con su ex pero aceptaría lo que fuera con tal de tenerla a su lado de nuevo.
- Dime.
- Estoy embarazada.