Capítulo dieciseis

234 13 2
                                    

No me había llamado más y yo necesitaba oírla. Necesitaba saber de ella, si me extrañaba, si pensaba en mi... Si volvería. Había empezado a salir porque estaba menos ansioso gracias a una medicación que me mandó Aurelius desde el Capitolio. Las pesadillas no se iban a pesar de que los flashbacks habían bajado en número, pero como sea debía retomar mi vida ahora o no lo haría nunca. Había empezado a reconstruir la panadería junto a algunos habitantes del districto. Hablaba con Haymitch todos los días y Delly me preparaba de comer. Delly... No sabría qué decir de ella. Era una gran amiga, me contenía con respecto a Katniss y me daba ánimo, pero no quería que ella se confundiese. Me había contado de un amor que dejó en el 13... Pero ver para creer, así que mejor era siempre mantener las cuentas claras para no lamentarnos después. Ella sabía perfectamente lo que sentía por Katniss y eso me bastaba.

...****...

Gale había pasado por mi temprano esa mañana y habíamos salido a recorrer el pueblo, era un bello día soleado donde todos estaban felices, salvo nosotros. Nuestras conversaciones eran tensas y casi diría que forzadas. Me contó de su nuevo trabajo, de los avances de la familia y de lo bien que estaba en el 2. Hasta que me tomó de la mano y me dijo lo mucho que me extrañaba, había dilatado la conversación ya impostergable. Estábamos sentados en una plaza viendo los árboles y los pájaros, cuando me tomó de la mano y mirándome a los ojos me dijo:

-Catnip, tenerte aquí y con este espacio verde me recordó a casa. Me hizo sentir de golpe lo mucho que te extrañaba. ¿Y tú como has estado?

-Mejor.-Contesté secamente.-He tenido épocas mejores. Es por eso que he venido a buscarte.-Después de pronunciar esas palabras comprendí que quizá estaba confundiendo a Gale aún más y decidí ser clara.-Necesito saber... no puedo olvidar la muerte de Prim y necesito que me digas si fue una de tus bombas la que le quitó la vida.-Dije con lágrimas en los ojos negándome a llorar.

-Sinceramente no lo sé.-Dijo mirándome con tristeza y soltándome la mano.- Beetee, tampoco lo sabe. Nosotros ideamos trampas para el campo de batalla, pero no fuimos nosotros los que las desarrollamos. Se armaron sin nuestro consentimiento y mucho menos con nuestro conocimiento.

No aguanté más y me largué a llorar. El dolor que sentía por la muerte de Prim era inmenso, pero saber que mi mejor amigo había contribuido aunque sea en una pequeña porción me partía el alma.

-¿Nunca podrás perdonármelo verdad? Ya te lo dije una vez... solo tenía a favor haber cuidado de tu familia, pero ahora ni eso me queda ya. Por más que yo no haya participado en su construcción y mucho menos en su puesta en marcha, nunca podrás olvidarte de que fue un diseño mío y del dolor que te causó.

-Es verdad Gale. Todo lo que dices.-Dije secándome las lágrimas. Algo en mi se había cerrado y a pasar del dolor me sentía esperanzada en el futuro.

-¿El amor no va a ser suficiente para hacerte olvidar? Lo que tenemos... esa química, ese cariño... no van a poder sanar las cosas ¿No?

-Gale...-Era ahora o nunca. Ya que el solo se había puesto en tema, no era un momento que debiese desaprovechar.-¿Tu me amas?

-Por supuesto que si... creo que desde el día en que te vi. Pero solo lo noté tiempo antes de la cosecha y ese día que te ofreciste voluntaria lo confirmé. Pero ese día te perdí. Debí haberme presentado voluntario en lugar de Peeta, pero no podía dejar a la deriva a dos familias... de cuidarlas no puedo arrepentirme. Nunca lo haré.

-Por mucho tiempo estuve confundida... no sabía lo que sentía por ti. Creí amarte y en ese momento dejé todo para estar contigo. Te besé y extrañé tus besos. Incluso hasta ayer cuando me acompañaste hasta la hostería dudaba de mis sentimientos pero ya no. Confundí durante mucho tiempo, el cariño inmenso con el amor... pero ahora me di cuenta de que estoy perdidamente enamorada de un hombre y eso no puedo compararlo a lo que siento por ti.

-Debí volver. No debí dejarte sola. Debí haber luchado por ti, no haberte arrojado a sus brazos...

-Shhh...-Le dije poniendo un dedo sobre su boca.-No hubieses ganado nada. A pesar de que acabo de descubrir lo que siento, estoy segura de que ese sentimiento lo tengo desde el día en que me arrojó el pan... desde el día que después de verlo vi el diente de león y descubrí que en mi vida no estaba todo perdido. Tu mismo se lo dijiste en lo de Tigris, cuando estábamos refugiados...-Dije mirándolo con una pequeña sonrisa dolorosa.- elegirá al que necesite para sobrevivir... y necesito esperanza y no tormentos del pasado o venganza.

-Yo también puedo ofrecerte un futuro de paz si es lo que necesitas. Dime lo que quieres y lo hago posible para ti... por ti.-Dijo desesperadamente.

-Peeta. Lo que necesito es a Peeta, Gale. Solo sus brazos me dan paz y sus besos me hacen sentir esperanza y ganas de más. Lo necesito para vivir, para sobrevivir a todo el dolor que llevo a cuestas, para salir adelante y creer en el futuro.-Estaba rompiéndole el corazón a mi mejor amigo, pero era la verdad y nunca le había mentido.-Quisiera que a pesar de todo tu también estés en mi vida; Pero como mi amigo, mi confidente... no puedo ofrecerte nada más.

-Y yo no puedo aceptarlo... al menos por ahora. Dame tiempo. Calculo que eso me ayudará a olvidar. Quizá eso es lo que debo hacer, olvidar y comenzar de nuevo... Pero no creo poder hacerlo. Lo siento.

Después de la charla con Gale me sentía rara. Por un lado mi corazón estaba triste por haberlo perdido, por otro lado sentía la enorme tranquilidad de haber sido sincera y haber aclarado las cosas con el, pero finalmente me sentía feliz porque ahora si podía entregarme a Peeta Mellark en alma y vida. Ahora si veía salir de a poco el sol en mi ventana y eso me llenaba de paz.

En los días que restaban, pasé bellos momentos con Gale y su familia. Me contó sobre su trabajo y sobre los avances en el orden y la paz que había impuesto Paylor. Parecía que todo volvía a ser como antes, pero nunca lo sería. La guerra nos había cambiado a todos y debíamos ver qué hacer con nuestras vidas. Gale me acompañó a la estación y nos despedimos tibiamente luego de que lograra que me prometiera que iba a llamarme para seguir en contacto. Aunque no dijimos nada, sabíamos que era una despedida. Una despedida, al menos hasta que Gale pudiese sobreponerse a la destrucción que le había causado la chica en llamas.

...****...

Queridos lectores, perdón por la tardanza en subir el capítulo. No tengo mas excusas que una vida algo agitada. Espero que les guste. Al fín Katniss se dió cuenta que Peeta es quien le da la esperanza de una vida nueva, es quien le demuestra que no todo está perdido.

¡Los leo!

Cariños,

IM

La búsqueda del diente de leónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora