Lealtad Tatuada (R#4) [Lealtades #1]

117. Alguien que no existe

Le informo al doctor en jefe que la máquina solo trae una advertencia sobre una droga, la cual aún no tengo datos, y luego me pongo a trabajar como siempre.

Rato después, regreso a ver al hombre que hace tres días, sigue fingiendo estar inconsciente ¿Cómo lo hace? Es demasiado tiempo.

—¿Vas a decirme tu nombre al menos? Si voy a morir por terroristas, mínimo necesito saber el nombre del culpable de mi muerte —Observo los análisis mientras siento que hablo sola —. Sé que estás despierto —digo enfadada y sonríe.

—Primero tú, luego yo —Voltea hacia mí y al abrir sus ojos me encuentro con ese hermoso mar azul.

—¿Qué?

—Eso, ¿cómo te llamas?

Me sonrojo.

—Alexandra, y no me mires tanto —Bajo la vista.

—Bueno, "Alexandra no me mires tanto" —lo repite como un nombre y se ríe —soy Yerik.

Frunzo el ceño y vuelvo a observarlo.

—¿Te crees gracioso?

—No —expresa serio —¿Y tú?

—¿Te estás burlando de mí?

—Para nada —Sonríe ampliamente —. No te preocupes, soy raro ¿Te gusta lo extraño doctora?

—No me gusta el misterio, así que comienza a hablar.

—¿Qué hablar? No tengo nada que decir.

—No mientas, la droga en tu sangre es confusa —Miro las planillas y luego a él —y lo de los terroristas...

—No te preocupes, nadie va a morir, al menos no, sino me provocan, es que soy un chico malo —Mueve las cejas.

—¿Te persigue la policía?

—No.

—¿Entonces?

Se gira y pone las manos en su nuca observando el techo.

—Para la policía ni existo, ni siquiera para el mundo en sí, yo estoy muerto o eso quieren hacerle creer a los demás.

Me sorprendo.

—¿Por qué? ¿Tienes familia?

—Quizás sí, quizás no.

—¿Juegas conmigo? —Comienzo a enfadarme más —Deja el lío de palabras —lo reprendo.

—¿Jugar? Supongo.

¡Ag! Cómo me enerva, es desesperante y confuso. Trágame tierra y que sea rápido. No puedo con esto.