Capítulo 14.

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—Vamos, Lu... Lu Han... ¡Lu Han! —El más alto movió al rubio sin ser demasiado brusco con él—. ¡Despierta ya! ¡Vamos!

—¿Eh?

Lu Han abrió sus ojos lentamente, sintiéndose de lo más confundido. Parpadeó un par de veces, haciendo un gran esfuerzo por hacer que su vista se acostumbrara a la luz, que en sí no era mucha, pues venía sólo desde la lámpara de su compañero de habitación. Alcanzó a reconocer al otro chico justo delante de él, pero aún se encontraba con la garganta seca.

—Parece que en verdad te gusta quedarte dormido en mi cama —suspiró Se Hun—. ¿Crees que, después de todo, sí deberíamos cambiar de lado?

El rubio se sonrojó levemente, volteando a ver el colchón sobre el cual descansaba su cuerpo y dándose cuenta de que, en efecto, una vez más estaba encima de la cama del castaño.

—Perdón —murmuró, incorporándose a toda velocidad.

—No me molesta, pero... En serio eres extraño, Lu —Se Hun soltó una risa suave—. Primero me pides que venga porque quieres hablar conmigo frente a frente, pero después no dices absolutamente nada y sólo te quedas dormido.

—¿Qué quieres decir...? —Cuestionó el más bajo, pero en ese mismo instante comenzó a recordar la conversación que había tenido con el contrario. ¡Se había declarado! Y si sus recuerdos no estaban mal, Se Hun sentía lo mismo que él—. ¡Espera! ¡¿Cómo que no te dije absolutamente nada?!

—Pues así fue —cruzó sus brazos—. Nos quedamos sentados durante media hora, más o menos, pero al final no dijiste nada... Tu cara estaba muy roja, así que te pregunté si te sentías bien, pero después de eso sólo avanzaste hasta mi cama y te dejaste caer sobre ella —le contó.

—N-no puede ser... Yo...

—Decidí despertarte porque me estabas preocupando —señaló el reloj encima de su pequeña mesa—. Mira, ya es hora de cenar y tú no despertabas.

—Entonces... —Se llevó una mano al pecho, sintiendo algo de dolor—. ¿Eso quiere decir que no te confesé mis sentimientos? —Preguntó en voz realmente baja—. ¿Nosotros... no sentimos lo mismo por el otro? ¿No nos gustamos?

Se Hun no pudo más al ver semejante escena y sólo comenzó a reír. Se acercó a Lu Han y lo abrazó fuertemente contra su pecho. Por supuesto, el rubio no pudo hacer otra cosa que no fuera caer en más confusión. ¿Qué rayos estaba pasando? Quería que Se Hun le explicara todo de una buena vez, pues tenía un nudo en la garganta.

—Perdón, sólo estaba bromeando, no me resistí —dijo el castaño antes de dejar un beso tierno sobre la cabeza del más bajo—. Sí que me dijiste algo. Por fin lograste desahogarte y decirme qué piensas acerca de mí realmente... Estás enamorado de mí —sonrió al pronunciar aquello—. Y yo estoy enamorado de ti.

—¡Se Hun! ¡Eres un tonto! ¡Por poco me haces creer que todo fue un sueño! —Se quejó, pero Se Hun sólo volvió a reír—. En serio, eres tan... —Se separó de él y agarró la primera almohada que tuvo a su alcance—. ¡Insoportable! —Exclamó antes de golpearlo con la almohada.

El castaño se defendía como podía, cubriendo su cabeza y su rostro con ayuda de sus brazos, pero ni así le era posible dejar de reír. La reacción de Lu Han había sido épica.

—Ya basta, ya basta —pidió después de medio minuto—. Está bien, lo siento, fue una pésima broma.

—Qué bueno que lo entendiste —comentó Lu Han con una sonrisa, dejando la almohada a un lado y abrazando a Se Hun—. Entonces... ¿Estamos juntos?

—Aún no te lo pido de manera oficial.

—¿Y no crees que te estás tardando un poco? —Desvió la mirada. Sus mejillas estaban algo ruborizadas tras hacer esa pregunta.

El compañero más insoportable [HUNHAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora