Los días avanzaban con normalidad; algunos hasta parecían repetirse, cosa que era entre aburrida y un poco aterradora. Todos los alumnos se acostumbraron a su horario de clases rápidamente y, cuando menos lo esperaban, la primera época de exámenes dio inicio.
Las conversaciones que se alcanzaban a escuchar en los pasillos habían pasado de "Deberíamos ir a tal lugar para divertirnos" y "¿Ya viste cómo viene vestida tal persona?" a "Ayúdame a entender este tema para el examen" y "Por favor préstame tus notas". Del mismo modo, la biblioteca estaba más llena que en días anteriores. Muchos estudiantes se reunían ahí para estudiar juntos, aunque eso no garantizaba mejores resultados.
A Lu Han le gustaba pasar tiempo con sus amigos, pero prefería estudiar por su cuenta, pues decía que así se concentraba con mayor facilidad. A pesar de que los demás no parecían muy contentos con su decisión final, se despidieron entre risas y hasta bromearon diciéndole que se sentían "abandonados" por él.
—Son unos exagerados —les dijo acompañado de una risa.
Todo iba bien. Ya no estaba tan inquieto porque había hablado acerca de su secreto con Baek Hyun, y en serio debía reconocer que éste hacía un magnífico trabajo manteniéndolo como tal. No quería que nadie más supiera acerca de sus sentimientos hasta que pudiera asegurar al cien por ciento que eran lo que él creía.
Lu Han subió a la azotea y, después de una larga sesión de estudio al aire libre, finalmente regresó a su dormitorio. Eran las diez de la noche cuando el rubio abrió la puerta y saludó a su compañero de habitación, quien estaba acostado en su propia cama y se veía de lo más tranquilo mientras sostenía su teléfono celular entre sus manos. De vez en vez el sonido de la risa de Se Hun llegaba a los oídos del más bajo, despertando así su curiosidad.
—¿Qué haces? —Decidió preguntar, dejando su mochila en el suelo.
—Hablo con unos amigos —respondió Se Hun.
—¿De la universidad?
—No —sonrió—. Son unos amigos a los que también conocí por internet —hizo una breve pausa—. Como a ti.
Lu Han intentó sonreír de lado al escuchar aquellas palabras, pero no pudo hacerlo. Un sentimiento muy extraño se había apoderado de él en cuestión de segundos, mas le era imposible reconocer de qué se trataba con exactitud. ¿Acaso se sentía celoso?
No, no podía ser. ¡Qué tontería! Se Hun podía tener tantos amigos por internet como él quisiera y compartir chistes con las personas que él quisiera.
—Sólo estoy siendo tonto... —Susurró.
—¿Qué dijiste?
—¡Nada!
—No nací ayer, ciervo —dejó su teléfono celular a un lado y volteó a ver a su compañero de habitación.
—Está bien, está bien. Me atrapaste —soltó un suspiro, sabiendo que Se Hun no lo dejaría en paz hasta que le diera una respuesta aceptable—. Dije que tengo ganas de ver una película.
—¿Eso es todo? ¿Por qué ocultarías algo tan simple como eso? —Preguntó el castaño, sin entender la razón detrás del comportamiento tan raro de Lu Han.
—Porque la película que quiero ver es... una película animada —se sintió obligado a decir la primera mentira que llegara a su mente—. ¡Me gustan esas películas! No te rías... —Al menos esa parte sí era cierta.
—¿Por qué me burlaría de ti por algo así? Además, ya me lo habías contado.
—¿Ah, sí? ¿Cuándo?
—Hace tiempo. Por WhatsApp, tonto —le recordó—. Te dije que no me parecía infantil, que no hay nada vergonzoso en ver ese tipo de películas, hasta te comenté que a mí también me gustan algunas.
—Ah... ¡Es cierto!
—Has estado estudiando mucho para los exámenes, ¿verdad? —Preguntó de repente—. Creo que te mereces un buen descanso, Lu. Usemos mi computadora portátil para ver la película.
—¿Usemos? —El uso del plural lo desconcertó un poco.
—Sí, podemos entrar a Netflix o algo —se levantó de la cama sólo para caminar hacia su escritorio y poder agarrar su computadora de ahí—. A menos que no quieras que vea la película contigo... Si es así, lo entiendo. Puedo salir un rato.
—¡Claro que puedes ver la película conmigo, tonto!
—Genial —sonrió—. Ven aquí y dime cuál quieres ver...
Lu Han se acomodó a un lado del castaño y mencionó la primera obra de Disney en la que pudo pensar. El más alto buscó y, tras presionar el botón para empezar a reproducir la película, se acostó en la cama.
—Uh...
—¿Qué haces ahí? —Palmeó el sitio que quedaba junto a él en el colchón—. Mira, aquí cabemos los dos.
El más bajo no dijo nada, simplemente asintió y se acostó también, quedando así a un lado del cuerpo de Se Hun.
Prestar atención a la película fue prácticamente imposible al estar tan cerca de Se Hun y poder escuchar los latidos de su corazón a la perfección. Le parecía un sonido agradable, único, ideal para relajarse... Sin darse cuenta, cerró los ojos y se quedó dormido con la cabeza recargada contra el pecho de su compañero de habitación.
—Se Hun... —Lo llamó entre sueños.
—¿Sí? —Volteó a verlo, llevándose una sorpresa al notar que el contrario ya estaba dormido. Soltó una risa suave y movió su cabeza de lado a lado un par de veces—. Eres todo un caso... Buenas noches, Lu.
Y aunque la película no había terminado aún, el castaño apagó su computadora portátil y la dejó a un lado, acomodándose para dormir también. ¿Qué daño podía hacer el permitir que Lu Han pasara esa noche en la misma cama que él, después de todo? Eran amigos por internet, pero ahora también lo eran en la vida real.
Continuará.
..............................
Algo de fluff, nada más porque sí, porque la vida ya es lo suficientemente difícil. Espero que haya sido de su agrado y que... ¡Un momento! ¡¿Mis ojos me engañan?! ¡No lo puedo creer! MUCHAS GRACIAS POR LAS +100 ESTRELLITAS EN ESTE FANFIC. Su apoyo siempre me motivará a seguir escribiendo, no hay duda.
La próxima actualización será para "Sin palabras". Tengo la intención de actualizar pronto, aunque todavía no sé si podré hacerlo. ¡Esperemos que sí!
Hasta la próxima. ¡Y GRACIAS OTRA VEZ!
ESTÁS LEYENDO
El compañero más insoportable [HUNHAN]
FanfictionLu Han comienza su vida como estudiante universitario y se muda al edificio de dormitorios, pero se lleva una desagradable sorpresa al conocer a Oh Se Hun, su compañero de habitación. El único amigo con el que puede contar y desahogarse es Yun, un s...