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Ranma ½ y todas sus situaciones y personajes son propiedad de Rumiko Takahashi.

Todo el olvido está lleno de memoria

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«Ese es un pasado

que no ha de volver

por algo los sabios

dijeron amén».

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(I)

Akane Tendo cerró con fuerza la cortina del probador. «Estúpidas mujeres chismosas», pensó, aunque sabía que no era culpa de ellas. ¿Por qué a su tía se le ocurría hacer esa clase de comentarios?, ciertamente era una mujer peculiar y decía cosas peculiares (cosas que nadie se atrevía a cuestionar si no quería verse expuesto al filo de una katana), pero ¿era necesario? ¿Nodoka Saotome hacía eso para hacerla enfadar? ¿Lo hacía a propósito? Empezaba a creer que sí.

La cosa le pareció extraña desde el principio, pero no le dio importancia, últimamente en su vida solo pasaban cosas raras. Nodoka quería hacer unas compras y como Kasumi le había pedido a Akane que trajera algunas provisiones para la cena fue natural que la mujer le propusiera ir juntas. La muchacha accedió sonriente, probablemente Nodoka hubiera arrastrado a Ranma con ellas, solo que él se había ido a un viaje de «entrenamiento» con su padre. Últimamente hacía eso a menudo, desde que volvieron de China y ella había aceptado casarse; a Akane le resultaba divertido como él siempre estaba atento a lo que ella hacía, pero en cuanto ella lo miraba (como indicándole que sabía que le estaba prestando atención) le rehuía. Y a veces estaba tan silencioso, como si reflexionara profundamente sobre algo. Akane conocía su secreto, lo había descubierto en Jusenkyo, él la quería, aquel día pudo sentir esa emoción atravesándola mientras él lloraba y la abrazaba. Que no hubiera obtenido la confesión (ni siquiera a la fuerza) no la preocupaba mucho, no por ahora, ella tampoco estaba preparada para soltarla sin más, era algo importante ¡y había tantos problemas aún! Pero ella lo sabía y se esforzaba por pelear menos con él y controlar su temperamento, aunque no era nada fácil, y no solo con Ranma. Ahora mismo le estaba resultando muy difícil dominarse.

Después de comprar los alimentos, Nodoka quiso ir a una tienda para que Akane se probara algo de ropa, quería regalarle algo para su cumpleaños. La muchacha se rehusó amablemente, pero la mujer insistió.

—Tú serás la esposa de mi hijo —sentenció sonriendo—, quiero darte algo especial.

Se encaminó hacia una tienda de lencería y Akane la siguió, presintiendo lo peor.

—Por supuesto que cuando se casen te compraré algo especial también —siguió Nodoka. Akane se aclaró la garganta con nerviosismo cuando vio que una mujer se acercaba a atenderlas.

—Algo para la noche de bodas, ¿qué te parece? —continuó muy alegre la señora Saotome—. Será para ti, pero también lo va a disfrutar él —la chica no sabía hacia dónde mirar mientras Nodoka se ponía a revisar algunos conjuntos de ropa interior diminutos—. ¿Qué te parece este? Creo que te quedaría bien, ¿le gustará a mi hijo?

Akane miró el conjuntito de encaje rojo y abrió la boca pero las palabras no le salían, con el rostro de todos los colores se puso a buscar la salida con la mirada.

Todo el olvido está lleno de memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora