15

2.8K 186 28
                                    

Ranma ½ y todas sus situaciones y personajes son propiedad de Rumiko Takahashi.

.

Todo el olvido está lleno de memoria

. . .

. .

.

.:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:.

«El olvido está tan lleno de memoria

que a veces no caben las remembranzas

y hay que tirar rencores por la borda».

. . .

. .

.

(XV)

.

Embarazada.

Decirlo en voz alta le daba un sentido de realidad insospechado, sintió todo de golpe: felicidad, miedo, emoción. Tuvo pequeñas visiones llenas de luz, potentes imágenes de un segundo que su imaginación le mostraba acerca del futuro que les esperaba. O el que harían juntos. A partir de ahí la vida iba a cambiar, y mucho. Iba a ser un constante desafío, día a día, pero era un desafío que ella quería asumir. Si él la acompañaba.

Simplemente no podía ser más feliz. No podía creer que hacía solo unos momentos se había balanceado entre la incertidumbre, la desolación y la oscuridad, y ahora pudiera estar sonriendo tan alegre, notando que la tormenta había pasado.

Volvió a apartar de la cara de Ranma un mechón de cabello que la brisa se empecinaba en poner frente a sus ojos. Entonces vio cómo su mirada ardió de furia. Akane se hizo un poco hacia atrás instintivamente mientras la pelirroja la tomaba de las muñecas y le apartaba las manos.

—Debe ser una broma —dijo en tono bajo.

—¿Qué...?

—¡Más te vale que estés bromeando! —recalcó apretando el agarre.

—¿Crees que bromearía con algo así? ¿Después de todo lo que pasamos? —se indignó Akane—. Nunca. No sería capaz. ¿Eso piensas de mí?

—Entonces, estás loca. ¡Estás loca! —Ranma la abrazó desesperado, apretándola contra sí—. ¡¿Cómo vas a saltar del techo estando embarazada?!

—Yo no iba a...

—¡Nada! Te prohíbo que subas al techo, a menos que yo te lleve... No, no, no puedes subir al techo para nada. No se te ocurra usar la escalera de nuevo... ¡Ah! Y tampoco vas a seguir dando clases, podrías golpearte. ¡Qué digo! ¡Una mujer tan torpe como tú! Vas a ser un peligro constante, voy a tener que atarte. Sí, esa es la mejor solución... Un hijo... ¿Qué voy a hacer? No puedo... ¿Qué voy a hacer, Akane?

Su esposa apoyó la cabeza en su hombro, escondiendo la sonrisa.

—No te vayas a desmayar, Ranma —le advirtió.

—Creo que no me siento muy bien.

—Respira —aconsejó.

La pelirroja la apartó para poder mirarla a la cara. La inspeccionó entera con una mirada.

—¿Estás bien? ¿Te duele algo? Es decir... —titubeó.

—Estoy bien —respondió la muchacha.

—Ah... perfecto... —movió un poco las manos sin saber qué hacer.

Su esposa le acarició una mejilla y la mujer de trenza aprovechó para esconder la cara en su cuello y abrazarse a ella de nuevo.

Todo el olvido está lleno de memoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora